Mientras tanto, debemos proteger la nación. La juventud de valores es clave y en vez de huir a sus Fuerzas Armadas, debe reclutarse y formar parte de ella; la cohesión y unidad es importante para la defensa nacional. Las FFAA son el instrumento esencial e imprescindible para la defensa de la Patria…
Entre los años 1605 y 1606, el rey Felipe III ordena las famosas “Devastaciones de Osorio”, y con dicha estrategia —que consistió en incendiar de manera indiscriminada toda la parte norte de la isla para evitar la penetración, comercio y contrabando de otros reinos—, se logró expulsar a toda la población de allí; tuvieron que emigrar, ocurriendo, se podría decir: la primera o una de las primeras migraciones forzadas del Nuevo Mundo.
Cabe destacar, que relacionamos las Devastaciones para que tengamos una idea clara, de cómo se puede manipular el traslado masivo de las diferentes poblaciones sin tirar un tiro, y estos métodos de despoblamiento vienen siendo empleados desde la antigüedad, siendo el gobernador Antonio Osorio el primer o uno de los primeros ideólogos en el continente de esta estrategia.
Dicho plan, desde la óptica militar y geopolítica, fue un éxito. Sin bajas que lamentar, y se logró la movilización masiva de personas. Se fundaron nuevas ciudades, de Montecristi, Puerto Plata, Bayajá y Yaguana, surgieron Monte Plata y Bayaguana, nombradas, así como resultado de la fusión de los nombres de las antiguas ciudades. Con ello, se trajo desarrollo de una región a otra y estaban, a la vez, más españolizadas.
Hay algo que nos preocupa, y a lo largo del tiempo parece relacionarse y ha sido la estrategia o táctica militar haitiana de “tierra quemada” o “tierra arrasada”. El primero en utilizarla lo fue Toussaint Louverture, quien ordenó incendiar las plantaciones y luego asesinar a sus amos franceses.
El principal discípulo de Louverture lo fue el “emperador” Jean-Jacques Dessalines, este último como servidor fiel y abnegado, aprendió y perfeccionó sus métodos crueles y junto al sanguinario Henri Christophe, accedió todo el norte de la isla (actualmente República Dominicana).
La derrota recibida significó un fracaso militar de enormes dimensiones para los haitianos invasores, motivando a que dichos generales, en la retirada, como venganza y represalia, incendiaran las ciudades en el trayecto a Haití. Estos líderes haitianos fueron los responsables del “Degüello de Moca”. Estas acciones ante la historia están constituidas como hechos inhumanos y verdaderamente diabólicos contra la nación dominico-española.
En la actualidad, grupos de pandilleros, terroristas e incendiarios, liderados por Jimmy Chérizier, alias Barbecue, con respaldo de sectores oscuros; con premeditación, maldad y de manera sistémica y progresiva, han tomado las antiguas tácticas, incendiando ciudades y medios de producción haitiana. El referido líder reside en Puerto Príncipe, para que se tenga una idea, la capital haitiana es casi tres veces más pequeña que el Distrito Nacional (parte céntrica de Santo Domingo), por lo que resulta curioso y a la vez indigna que, en tan pocos kilómetros para identificarlo, no se dé con su paradero.