Mejoras en el procesamiento del lenguaje natural y conversacional, reconocimiento de las redes neuronales, así como un desarrollo de sistemas de diagnósticos y tratamientos médicos e incluso, aportes en la movilidad autónoma de robots y máquinas, son algunas muestras que conforman lo que hoy entendemos por Inteligencia Artificial (IA).
La Inteligencia Artificial, que en la actualidad suele verse como una inmensa fuente de contenido alimentada por toda la data del globo, tiene sus orígenes en 1956 cuando su nombre fue mencionado por primera vez en la Conferencia de Dartmouth gracias a los informáticos y científicos John McCarthy, Marvin Minsky, Nathaniel Rochester y Claude Shannon.
Dicha conferencia, celebrada en la universidad Dartmouth College de Estados Unidos aquel año, reunió a varios panelistas e investigadores que, entre tanto discutieron sobre las potencias de resguardaban las máquinas electrónicas en cuanto a la resolución de tareas humanas.
Aunque la Inteligencia Artificial puede remitir al nombre de los cuatro científicos mencionados, fuentes como el MIT Technology Review sugieren que fue al matemático Claude Shannon quien procuró el primer sistema con esta tecnología, y el el cual consistía en un ratón controlado de forma remota que podía encontrar la salida de un laberinto, así como recordar su camino en el circuito.
Más de siete décadas después de aquellos prístinos esfuerzos, la Inteligencia Artificial se ha convertido en un elemento vital y casi irrenunciable en la cotidianidad de muchas personas.
Asistentes virtuales, chatbots, reconocimiento de voz o de cara y hasta pronósticos de tráfico dan cuenta de la funcionalidad en la mencionada tecnología que cada vez expande las facilidades en el mundo.
“Hemos estado usando muchas formas de inteligencia artificial por años. Se trata de un conjunto de herramientas computacionales que han sido fundamentadas por investigación matemática, estadística y computación”, subraya el ingeniero en electrónica Julio Fajardo, subdirector del laboratorio Turing de la Universidad Galileo de Guatemala.
Fajardo, quien se ha dedicado a investigar la Inteligencia Artificial, explica que dicho entramado de algoritmos computacionales suele “buscar rutas óptimas” dependiendo de las necesidades de las personas.
A la vez, dice el ingeniero, este tipo te tecnología podría asociarse con un cerebro estimulado: “Se va entrenando e irá variando a lo largo del tiempo. Cuando hablamos de aprender, el algoritmo computacional reunirá cierto tipo de variables. Aprenderá por sí solo a hacer las cosas, a partir de redes neuronales”.
No obstante, aún siendo un terreno donde se presta atención a las máquinas, el aprendizaje de estas debe ser estimulado por las personas. Julio Fajardo explica que, en varias plataformas que operan con Inteligencia Artificial, se necesita entrenar los algoritmos. Para ello, los usuarios deben dar información a los sistemas para que estos generen un criterio desde su respuesta.
Dicha estimulación permite que los sistemas absorban y comprendan de forma completa los datos. Esto convierte a la IA en una herramienta poderosa alrededor del conocimiento que puede llegar a desplegarse en plataformas como Chat GPT, que consiste en un modelo de conversación que facilita a las personas datos desde un robot que “responde” a partir de datos conglomerados en internet.
El poder de la Inteligencia Artificial ha generado debates en cuanto a la forma óptima de utilizar el conocimiento dado por máquinas. A propósito de esta idea, el ingeniero Fajardo comenta que “la herramienta no es para hacer trampa, sino para ayudar”.
Durante el último año se han dado a conocer noticias donde destacan hechos en los que plataformas como OpenAI, la cual permite crear piezas visuales y textuales, han llegado a ser cuestionadas por la supuesta falta de autoría u originalidad de los humanos que desarrollan piezas, ya que se valen de la tecnología.
Ante estas situaciones, Julio reflexiona que “la máquina puede generar respuestas, pero siempre carecerá de una personalidad” por lo que no siempre debe considerarse como un absoluto, ya que el criterio humano también juegan un rol importante en la creación de contenido.
“Se debe tener criterio de lo que se nos proporciona desde estos servicios. Al final se trata de una máquina y no todas las fuentes que tiene siempre serán verídicas. Es importante saber con qué fines se pretende usar”, agrega el ingeniero.
El especialista señala que, en Guatemala, la Inteligencia Artificial es un tema que falta explorar, sobre todo por la desinformación que le rodea.
“No siempre es fácil explicar que se trata de un algoritmo de computadora que opera por ecuaciones. Además, no todos quieren entender esto. Al final es una maquinaria que utiliza herramientas matemáticas para relacionar ciertos tipos de variables”, explica Fajardo.
Entre los distintos aportes de la IA destacan herramientas que pueden ayudar a personas de todas las edades a tener más facilidades en su cotidianidad. Las siguientes son algunas plataformas recomendadas. Para conocer más de ellas, puede presionar el nombre de cada una.
Para los amantes del arte, Midjourney se presenta como una opción para crear imágenes a partir de los textos que los usuarios indiquen. Este tipo de creación ha sido llamada ‘text to image’.
Su versión gratuita permite crear hasta 25 imágenes en una resolución estandarizada a los cerca de 1,792 x 1,024 píxeles.
Las artes se han convertido en un campo inmenso de exploración a partir de la Inteligencia Artificial, y Beatoven lo demuestra así al establecerse como un sitio de creación musical desde data web.
Para crear desde esta plataforma, las personas pueden elegir varios géneros para crear una pieza, editar, y componer. El sitio es intencionado para productores musicales, así como creadores de contenido para YouTube, podcasts, desarrolladores de videojuegos e incluso de audio libros.
Quizá una de los sitios más reconocidos en materia de IA es ChatGPT, el cual a través de una forma conversacional, permite interacciones con un robot que cuenta con información global.
A través de diálogos que pueden ser gratuitos, el chat responde preguntas de los usuarios sobre una gran variedad de temas. Aunque no puede responder tópicos psicológicos e incluso “existenciales”, la máquina ofrece un panorama de ideas a lo largo de una conversación que puede ser inagotable.
Entendida como la plataforma #1 en creación de vídeo a partir de Inteligencia Artificial, Synthesia funciona como un programa que permite a los usuarios crear vídeos en más de 120 idiomas a partir de textos que los mismos suban a la plataforma. Los vídeos son moderados por un facilitador creado a partir de la IA.
Para quienes tengan el deseo de desarrollar sitios web con el propósito de presentar sus proyectos de emprendimiento y más, Renderforest se presenta como un asistente de creación visual para explorar a través de los navegadores que se basa en machine learning.
Una plataforma idónea para los generadores de contenido en plataformas sociales es Predis. Esta herramienta permite desarrollar vídeos, imágenes, estéticas y textos partir de las ideas que indiquen los creadores.
7- Tome
Esta aplicación busca priorizar la fuerza de las narrativas indistintamente del formato que se cuente. Tome procura ofrecerle a los usuarios maneras de presentar información ya sea en presentaciones o proyectos en formato de “historias” o storytelling. Su operatividad se basa en modelos de lenguaje que pueden generar textos sobre cualquier tema.