El exjefe del Ejército de Nicaragua, general en retiro Humberto Ortega Saavedra, reconoció que en el país “aquí lo que no hay es democracia”, y destacó que la dirigencia sandinista —encabezada por su hermano mayor Daniel Ortega— “se ha salido del rumbo democrático” y “está marcando un autoritarismo”, aunque trató de trasladar parte de la culpa a la oposición nicaragüense.
En una entrevista con el influyente diario español El País, el exjefe militar relató que “la posibilidad de tener democracia en Nicaragua nace cuando cae Somoza y se legitima con la constitución política de 1987 (…) Después vino la elección de doña Violeta (Barrios de Chamorro) y hasta ese momento se comienza a forjar el rumbo de lo que hoy llamamos revolución democrática. Eso todavía está por hacerse”.
“Actualmente —prosiguió—, hay una dirigencia que vino de aquellas luchas, que se ha salido del rumbo democrático y que está marcando un autoritarismo que no es correcto, como también es un desastre la posición de opositores políticos que no quieren ninguna negociación porque están esperando que el Gobierno se derrumbe totalmente y que por sí solo se desplome”.
Esta es la segunda entrevista, en menos de un mes, que el exjefe militar brinda a un medio internacional. En ambas, ha señalado a la oposición de intransigente y de tratar de derribar al Gobierno sandinista, aunque los hechos muestran que su hermano mayor incumplió todos los acuerdos con los opositores, a quienes luego persiguió, encarceló y recientemente desterró y declaró “apátridas”.
Sobre el despojo de la nacionalidad a 317 nicaragüenses y el destierro de 222, en su mayoría dirigentes opositores, el general en retiro dijo “eso es totalmente arbitrario y desproporcionado. No solamente a ellos, sino a cualquiera, al más sencillo campesino”.
“Eso no es por lo que luchamos, por lo que murieron decenas de miles para botar a Somoza. No era para poner un sistema autoritario, era para realmente hacer una democracia nueva. Pero tampoco fue perfecta la democracia durante doña Violeta, ni tampoco con el doctor (Arnoldo) Alemán ni con Enrique Bolaños. Últimamente, se ha empantanado más”, añadió.
El papel de Rosario Murillo
El periodista Javier Lafuente, subdirector de la edición americana de El País, le preguntó al exjefe militar “¿Hasta dónde cree que llega el poder de Rosario Murillo sobre Daniel Ortega?”, a lo que el general en retiro respondió: “Rosario Murillo tiene el peso que Daniel Ortega le quiera dar”.
“Públicamente ha dicho, aunque no sea constitucional, que para él ella es copresidenta. Está diciendo que ahí mandan él y ella. No hay que investigar mucho”, remató.
Destacó que, dentro del Gobierno nicaragüense, “el fundamental es Daniel Ortega”, por lo que él nunca menciona otras personas. “Yo siempre hablo de Daniel Ortega, sin tratar de irrespetarla a ella, porque él es responsable de lo que pasa en Nicaragua. Yo no puedo estar viendo el lente a través de ella”.
Lafuente insistió sobre el papel de la vicepresidenta y esposa del dictador, y le preguntó: “¿Usted se imagina una Nicaragua gobernada solamente por Rosario Murillo?”.
“Yo recuerdo que el famoso Comandante Cero, Edén Pastora, dijo en una ocasión que ella no podía ser la sucesora impuesta en el movimiento sandinista. Yo pienso que sería muy difícil, muy complejo. Hasta ahora le da toda la fuerza y tiene su derecho, pero veo muy difícil pensar en una situación con ella sola al frente”, respondió el otrora jefe de las Fuerzas Armadas nicaragüenses.
La última vez que Humberto criticó en público a Daniel fue tras la muerte del combatiente histórico sandinista Hugo Torres, fallecido bajo custodia policial en febrero de 2022 a causa de una “enfermedad” no especificada aún por las autoridades.
Tras cuatro años sin verse en persona, los hermanos Ortega Saavedra se encontraron en casa de Humberto, la noche del pasado 23 de diciembre. El Ejecutivo nicaragüense aseguró que Daniel visitó a su familiar porque este “ha sufrido muy graves afectaciones de salud, con consecuentes fragilidades y agudos padecimientos colaterales”.
Insiste en un diálogo
El pasado martes 7 de marzo, el general en retiro publicó un artículo de opinión en el diario La Prensa, en el que llamó una “tregua santa” en la crisis sociopolítica que vive el país. En el texto exculpó a su hermano mayor de las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, así como del fracaso de los dos diálogos nacionales en 2018 y 2019.
Ortega subrayó, en la entrevista con El País, que “mientras no haya una forma de superar esa total falta de comunicación entre dos que se están negando yo no veo cómo se pueden montar en un diálogo, una negociación que pueda producir un acuerdo. Yo lo que trato es no tanto de estar lamentándome de lo que pasó, sino de ver cómo no vuelva a pasar nunca y que Nicaragua no se derrumbe de nuevo”.
“Hay algunas fuerzas que dicen que no se puede negociar con un Gobierno que es criminal, que está acusado de crímenes de lesa humanidad, un montón de cosas. Y el Gobierno dice también que ellos (la oposición) son los que causaron la situación en el 2018. No veo que haya otro camino más que buscar de nuevo el encuentro”.
Para el también exministro de Defensa, Daniel Ortega es “quien debe tener la iniciativa de buscar una forma de comunicación para generar un diálogo con los mismos opositores a los que ha negado el espacio”.
Señaló que, para buscar el diálogo, su hermano mayor “tendrá que rectificar todos los excesos, esta situación en que ha colocado a la oposición, porque con ella excluida no puede haber ningún acuerdo de cara a las elecciones de 2026”.
“Si no rectifica, le va a ser muy difícil continuar, se va a aislar y va a ser difícil poder gobernar”, apostilló.