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En su libro “El Conocimiento Inútil”, Jean Francois Revel rebatió la copiosa cantidad de ideas falsas que la izquierda se ha dedicado siempre a difundir en la opinión pública. Con ese título pretendió ilustrar la idea de que a pesar de todo el conocimiento producido disponible, éste es a menudo desvirtuado por el aparato propagandístico de gobiernos y partidos de izquierda, cuyas mentiras terminan imponiéndose. El esfuerzo que hace el autor en desmontar el falso conocimiento sobre hechos históricos ocurridos en el siglo XX, convierte su libro en una verdadera fuente de Conocimiento Útil, por lo que así titulamos nuestro artículo, en homenaje a la obra de J.F. Revel.
Del hecho de que los eventos históricos ocurren una sola vez se deriva una de las características que da superioridad a las ciencias naturales sobre las ciencias humanas o sociales. Estas últimas no tienen, por ejemplo, la posibilidad de repetir experimentos en el laboratorio, como pueden hacer las primeras.
Sin duda fue un hecho histórico sorprendente que la idea del socialismo se materializara, se hiciera realidad, en un país, Rusia. Fue obra de Lenin, quién para semejante logro tuvo que apartarse de la visión cientificista-evolucionista darwiniana de Marx que describía la historia como una sucesión de ¨Modos de Producción” que llevarían al socialismo.
De la mano de Lenin, y el Partido Comunista, se construyó a partir del año 1917 el socialismo en Rusia caracterizado en lo político por ser un régimen totalitario de un solo partido y en lo económico por la propiedad estatal de los medios de producción. El socialismo continuaría en China el año 1949 con Mao y luego, a sangre y fuego, en toda Europa Oriental bajo el ejército rojo de Stalin.
Pero nuestro interés se dirige hacia un caso histórico de construcción del socialismo que siempre es dejado de lado: el nacimiento y desaparición del socialismo en Alemania Oriental (llamada con fines propagandísticos República Democrática Alemana).
Cumbre de Yalta (1945): división geográfica de Alemania
Por iniciativa del sagaz Stalin que vislumbraba el triunfo sobre Hitler en la II Guerra Mundial (sus tropas estaban a menos de 100 kilómetros de Berlín), se reúnen del 4 al 11 de febrero de 1945 en Yalta, Crimea, los líderes aliados: Churchill, Roosevelt y el líder ruso. El objetivo de la Cumbre (llamada Operación Argonauta) era decidir cuál sería el destino de Europa, y en particular de Alemania, al finalizar la guerra.
Entre las resoluciones que acordaron “Los Tres Grandes” nos interesa una. Alemania sería dividida en cuatro zonas de ocupación: la Oriental administrada por la URSS y la Occidental administrada por EEUU, Gran Bretaña y Francia. La ciudad de Berlín, situada dentro de la zona de ocupación soviética, reproducía el mismo esquema de división.
Rendición de Alemania: Cumbre de Potsdam (1945)
Tres meses después de Yalta ocurrió la rendición de Alemania lo que llevó a celebrar cerca de Berlín, entre el 17 de julio y el 2 de agosto, la Cumbre de Potsdam. Los actores ahora eran: Stalin, Truman (Roosevelt había fallecido en abril) y Atlee (Churchill fue derrotado en las elecciones de 1945).
Allí se consumó la división definitiva de Alemania en 2 países: la República Federal de Alemania (RFA, Alemania Occidental) y la República Democrática Alemana (RDA, Alemania Oriental). La primera regida bajo el modelo democrático/capitalista de propiedad privada de Estados Unidos, Inglaterra y Francia; la segunda se convertiría en satélite de la URSS, reproduciendo su sistema dictatorial comunista de partido único con planificación estatal de la economía.
El Socialismo fracasó en Alemania Oriental: su PIB per cápita era 31% del de Alemania Occidental
Alemania Oriental nació como país el 7 de octubre de 1949. En su punto de partida era igual a Alemania Occidental: existía la homogeneidad cultural e institucional de un solo país desarrollado, un solo gobierno estatal, el mismo elevado nivel educativo y laboral, etc. Alemania Oriental desapareció el 03 de octubre de 1990, cuando ocurrió la reunificación. Existió durante 41 años bajo un sistema socialista y cuando dejó de existir tenía un PIB per cápita que era el 31% el de Alemania Occidental (1)
La experiencia de Alemania Oriental confirma que el socialismo siempre conduce al empobrecimiento. Si el socialismo fracasó en un país desarrollado llevándolo a la ruina, que otra cosa se puede esperar que ocurriera en Cuba comunista que no fuera llevar al pueblo cubano a malvivir en la miseria y la esclavitud por décadas.
Y, desgraciadamente, que otra cosa que no sea dictadura y pobreza le va deparar a América Latina el presente y el futuro con el reciente acceso al poder ejecutivo de líderes y partidos, cuyo propósito es construir el socialismo en Venezuela, Chile, Bolivia, Colombia, Nicaragua, Perú y Brasil.
(1) https://www.usfq.edu.ec/sites/default/files/2020-09/koyuntura-2009-007.pdf