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Aldo Grasso: “En Misiones se debería avanzar en un programa provincial de reconversión estructural para el sector de PyMEs foresto-industriales”

El ingeniero forestal y empresario maderero considera que las forestaciones de pequeños y medianos productores cuya materia prima tienen destino a la industria pulpable o triturable, debería ser autofinanciado por las grandes empresas y no más con fondos públicos. “Tiene que ser un negocio rentable entre las partes”, dice. También insiste que las PyMEs deben orientarse a nuevos nichos de mercado globales, y para ello hay que reforestar con especies alternativas al pino y eucalipto, de mayor valor y para otros usos. Propone debatir un programa provincial “misionerista”, con característica social y que incluya a los pequeños productores con especies alternativas y de mejor valor en el mercado.

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

MISIONES (5/2/2023).- El inició de 2023 se presenta con críticos escenarios para la actividad forestal y foresto-industrial desde lo económico, social y ambiental, en lo que se refiere a temas que ocupan la agenda diaria. Por otro lado, la información que surge del Censo de Aserraderos (2021-2022) de Misiones expone datos que permiten simular escenarios futuros y  planificar qué medidas son necesarias para el desarrollo del negocio y su rentabilidad, que por sus características de largo plazo en el retorno de la inversión que se realice, requiere de políticas de Estado que se sostengan en el tiempo.

El ingeniero forestal y empresario Aldo Grasso aporta una mirada diferente al modelo actual desde hace varios años y cuestiona la “agenda de la dirigencia sectorial” en la Argentina, y en Misiones en particular, cuando habría que ocuparse de temas estructurales, además de los coyunturales.

Insiste que es necesaria una “reingeniería” si se quiere salir del estancamiento actual y para recuperar rentabilidad hay que focalizar más en los problemas estructurales que arrastra la actividad. “No todos están preparados para debatir estos temas, pero en la medida que no se realicen cambios a lo que se viene haciendo, como por ejemplo plantar especies alternativas para obtener madera en diferentes nichos de mercados globales, el PyME seguirá forestando pinos sin obtener valor por su materia prima por varios factores”, señala el profesional.

Ahora plantea, además, que es momento de avanzar en un programa foresto-industrial provincial o “misionerista”, y explica en una entrevista con ArgentinaForestal.com  su visión sobre cuales serían algunas de estas medidas para acompañar este cambio en la planificación foresto-industrial en la provincia.

El ingeniero forestal es consultor especializado en Industrias Madereras con más de 30 años de experiencia en los negocios de la cadena foresto-industrial en el país.

AF: El relevamiento del Censo de Aserraderos (2021-2022)  identifica que entre más de 500 aserraderos (pequeños, medianos y grandes) el patrimonio forestal de 30 mil hectáreas está en manos de 168 industrias que han integrado la forestación a su proyecto industrial, para garantizarse parte de su abastecimiento en el futuro. ¿Esto es nuevo en la actividad?

La integración vertical de las empresas forestales en otros lugares del mundo, no se presentan en mayor medida. Es típico en otros países ver empresas que son puramente viveristas, forestales o industriales, sin ningún tipo de integración entre sus partes.

Incluso en el área industrial, se presenta la misma situación, se ven aserraderos que solo producen tablas simplemente aserrada y seca, sin ninguna integración a procesos superiores, más allá de sus áreas de cepillado.

Los aserraderos son solo aserraderos, existen los remanufactureros “puros” y los muebleros industrializan a partir de la compra de madera clasificada, sin integración vertical alguna.

En la Argentina esa integración se ha ido dando desde los inicios de nuestro sector, por la forma en que el mismo se fue constituyendo (algo que ya he planteado en entrevistas anteriores de Argentina Forestal), pero desde hace unos años a esta parte, además de por la falta de seguridad en las entregas, de quienes se encuentran en el eslabón anterior de la cadena de agregado de valor en lo que respecta a tiempo, forma y sobre toda las cosas, en calidad de la materia prima.

Por esta razón, muchos aserraderos han debido valerse de forestaciones a  través de compra de bosque en pie o plantaciones propias, e incluso integrarse hacía empresas de cosecha, para perfeccionar o asegurar su gestión.

Ante estos factores, es natural que se produzca la situación de pertenencia de tanta materia prima y que haya pasado a manos del sector industrial.

AF: ¿Y qué análisis hace a partir de esta información?

El análisis que se puede hacer es, otra vez, más de lo mismo y de lo que vengo pregonando en cuanto foro sectorial me ha tocado participar; la forma en que la “política forestal” a descuidado al productor forestal pequeño y mediano, “alma mater” de la generación genuina de materia prima durante todos estos años, no solo, por el no pago en tiempo y forma de los subsidios forestales, sino también por la falta de implementación de políticas de apoyo a su sostenibilidad como subsector. Esto es lo que ha originado esta situación.

Por eso, hablo siempre de cuestiones estructurales y no coyunturales. Hoy a muchos les asombra que en Misiones no se planten más árboles, pero eso proviene de una situación no momentánea, sino de la desmotivación que el productor ha sufrido durante todos estos años y que además trae aparejado la debacle del sector prestador de servicios y del metalmecánico en nuestra provincia. Quienes “caminamos” a diario esta provincia, sabemos que esto es asi.

AF: Desde hace varios años se viene forestando menos en Misiones, en promedio se estima 15 mil has/año y en 2022 se solicitaron planes por 12 mil hectáreas para reforestar. Y del Censo de Aserraderos también surge que los industriales que forestaron, de las 30 mil hectáreas entre 168 aserraderos, solo un poco mas de 10 mil lo hicieron bajo el sistema de promoción de la Ley Nac 25.080. ¿Qué lectura se puede hacer ante esta información?

Es absolutamente razonable que así sea… ¿Que productor, y hablo en todos los casos de los pequeños y medianos, puede confiar hoy en el sistema de subsidios instrumentados por la 25080 para continuar con su labor plantadora?.

En lo personal, afortunadamente, tengo una gran amistad con los dos últimos directores nacionales de Desarrollo Foresto Industrial de la Nación, y siempre les he planteado -en nuestras charlas de café- que la Ley N° 25.080, no debería ser la única herramienta para la definición de políticas para nuestro sector. Mucho menos para el subsector PyMEs, que es el que me ocupa y me preocupa. Este es el segmento que viene sufriendo los avatares de estos últimos años en gran parte, por la deficitaria implementación de la ley.

Sin lugar a dudas, fue un gran instrumento (considero que no el mejor) para la generación del gran patrimonio forestal de las provincias mesopotámicas, pero como sabemos, ha tenido siempre problemas en su financiamiento y no logró alcanzar para el acompañamiento de los procesos de intervenciones hasta su tala rasa.

AF: ¿Es para preocuparse que hayan dejado de forestar los pequeños productores en Misiones?

Obviamente es muy preocupante. Como ya dije, el pequeño y mediano productor ha sido el real generador de gran parte del patrimonio forestal de estas provincias y ha sido el proveedor habitual a su vez de aserraderos PyMEs. Fueron quienes más han influido es ese cambio de matriz de propiedad del recurso, que el censo platea.

Las grandes empresas propietarias de la materia prima no venden plantaciones en pie, las atesoran y comercializan rollos producidos por grandes contratistas de cosecha.

Por ellos, si de las 30 mil hectáreas pertenecientes a esos 168 aserraderos recientemente relevadas, al menos 20 mil, han sido generadas por productores Pymes y vendidas posteriormente a Industriales Pymes.

AF: Ud. considera es más adecuado que se oriente a los pequeños productores por otras especies forestales alternativa y orientadas a otro mercado, destino, uso…  (Ver entrevista anterior)

Veo que ha releído la entrevista anterior que me ha realizado y analizado en alguna medida mi planteamiento, lo cual me alegra mucho. Definitivamente la respuesta es SI.

El modelo que propongo de “reingeniería” del sector, así lo plantea.

Las forestaciones tradicionales de Pinos y Eucalyptus, tal como las concebimos -con un primer destino celulósico papelero y un posterior uso maderil-, deben ser sostenidas a mi criterio, en su cuantía actual y más; y en el financiamiento de nuevas implantaciones por las grandes empresas de rubro, entiéndase compañías propietarias de grandes plantaciones, celulosas, papeleres, demás trituradores y grandes aserraderos del sector, ya no más con recursos fiscales, ni planes de incentivos.

Hasta le diría que me parece obsceno hacerlo después de 4 o 5 ciclos de corta, donde la necesidad de “incentivar” ya no cuenta con ninguna lógica.

Y también debo responder a la segunda parte de su pregunta (especies alternativas al pino orientadas hacia otros usos y mercados), con otro elocuente, SI.

Esos recursos, deberían aplicarse a mi parecer y propuesta, a los pequeños productores, pero para la implantación de especies no tradiciones o alternativas como acostumbro a llamarlas, que se adaptan más a la idiosincrasia del colono productor misionero, en lo que respecta a los cuidados silviculturales que estas especies requieren (desbrote, poda, etcétera) y que este puede ejecutar incluso a través de su propio núcleo familiar.

Por otra parte, en un análisis liso y llano, no dudo en pensar que, a un pequeño productor local le resultará mucho más interesante y atractivo contar con un patrimonio de 10 hectáreas de Paraíso, Toona, Grevillea o Kiri, que con 10 hectáreas de pinos que fueron generadas con el mismo esfuerzo productivo.

Y agrego un último y nuevo comentario respecto a mi propuesta, que se suma a lo que ya llevo algunos años defendiendo y planteando.

Creo que Misiones, por su importancia dentro del sector forestal nacional y por ser la provincia forestal por excelencia (Corrientes y Entre Ríos cuentan con otra problemática particular), merece la implementación de un programa de forestación propio o “misionerista” que atienda esta problemática de nuestros pequeños productores o colonos, los cuales hoy están abandonando la plantación de árboles hacia otros cultivos como la de yerba mate o te, entre otros, como nos indican las estadísticas.

Mercados exigentes en volumen, a bajos precios y más sostenibles

AF: En la coyuntura, hay varios escenarios que se presentan en el negocio de la madera para analizar. A nivel internacional, un tipo de cambio de dólar y una caída de precios que no hace competitiva a la Argentina y, por otro lado, una suspensión de las órdenes de compra a varias empresas tradicionalmente exportadoras….

Bueno eso es “harina de otro costal”, cuando nos referimos a la situación internacional de productos madereros, pero que no escapa por completo a la problemática general de PyMEs que vengo planteando.

Cuando las ventas a los mercados externos se caen o minimizan, todas aquellas industrias grandes o medianas (muchas de ellas cuentan con perfil exportador en estas regiones), redireccionan sus volumen de producción al mercado doméstico, tomando rápidamente una porción del mismo, ocupado en la otra situación por pequeñas industrias madereras, prevaleciéndose de alguna manera, por su mayor poder de venta y por los bajos precios a los que comercializan algunos material bajo la figura de “excedente de exportación” (asi llaman a la madera que no tuvo destino de exportación y que se vende localmente a bajos precios de mercado).

Esto obviamente repercute drásticamente en la facturación de las industrias PyMEs y en el desplome de los precios de mercado local. Todo esto no es para nada un mal menor.

AF: Se habla además de un año complejo en 2023, con una recesión global y nuevos escenarios para los proveedores de madera ante la guerra de Rusia y las medidas que exigen sostenibilidad y transparencia al origen de la madera.

Lamentablemente creo que así será…

A la actual situación del mercado internacional de productos madereros, donde no solo se han suspendido órdenes de compra por las razones exógenas que Ud. menciona, se debe sumar que las pocas ordenes aún vigentes, cuentan con un muy bajo precio, que se remontan a valores históricos de los años 2008 o 2009 diría. Con lo cual, se tiene una gran incidencia de los costos logísticos y portuarios actuales. Nuestros industriales solo “toman” los pedidos para mantener el contacto comercial con el cliente externo.

Respecto a las exigencias comerciales de normativas de sostenibilidad y origen, a decir verdad, no se han presentado mayores inconvenientes en ese sentido, ya que nuestras industrias, producen mayoritariamente para el mercado externo, material de uso destinado al “Packaging” o madera con grado de apariencia cepillada (APG), que presentan bajas solicitudes de ese tipo; pero que de profundizarse esa exigencia a futuro, podría convertirse en una problemática importante ya que no contamos masivamente con madera certificada o, las mismas, se encuentra en manos de grandes compañía y su accesibilidad por parte de los aserraderos exportadores más pequeños, no siempre es tan simple.

AF: Misiones es una provincia de cultura foresto-industrial ¿Qué se puede esperar en este escenario? ¿Cómo considera pueden prepararse las PyMEs ante el mercado internacional, con la macroeconomía argentina?

Obviamente, Misiones es también y por el momento, la principal provincia foresto-industrial en referencia a su instalación industrial y sus niveles de producción general, pero menciona Ud. dos cosas que atentan directamente sobre las posibilidades de acceder más masivamente al mercado internacional de productos madereros por parte de nuestros aserraderos; ellos son justamente la condición de PyMEs de la gran mayoría de ellos y las condiciones macroeconómicas de nuestro País.

Como siempre expreso, mundialmente hablando, nuestro negocio es un negocio de magnitudes, donde las escalas de sus industrias productoras juegan un rol importante.

En el caso de nuestras PyMEs sus escalas son incluso menores a las dichas empresas en otros lugares del mundo productores de idénticos tipos de material (Pinus y Eucaliptus); y ni siquiera todas ellas en suma, logran constituir por escala sectorial un polo exportador importante.

Misiones, y ni siquiera la foresto-industria de la Argentina, es un actor importante dentro del mercado maderero mundial con menos del 1% del volumen de negocios, si no incluimos, celulosa, papel y tableros.

La forma de propiciar una mejora de consideración que nos permita participar mas fuertemente de ese mercado, es hoy un hecho prácticamente imposible de revertir, ya que la forma de hacerlo requiere un gran proceso de inversión sectorial, para levantar el grado y la escala de las industrial locales, en donde la sumamente inestable o inexistente política macroeconómica de nuestro país, no lo permite.

Ni tampoco la instalación de grandes aserraderos de inversión extranjera, algo que no se ha producido en los últimos 25 años y no se producirá por nuestra situación económica  y mucho menos aun con estos nuevos indicios de un “apagón forestal” de disponibilidad de materia prima para los próximos años.

Debatir un programa innovador provincial para la reconversión foresto-industrial “social y productiva”

AF: ¿Insiste en que ya “perdimos el tren del desarrollo” foresto-industrial en el país y en Misiones, o la industria está frente a grandes cambios (proceso irreversible digamos) producto del propio mercado?

En la entrevista anterior hago la referencia metafórica de que nuestro sector ha pedido el “tren del desarrollo” dado que no hemos podido reinvertir tecnológicamente para configurarnos como grandes aserraderos perfiladores o de tecnología 4.0, ni hemos sido capaces de propiciar la llegada de grandes industrias con inversión extrajera. Así es muy difícil pretender participar de mejor manera en cualquier mercado global, máxime si sus productos son mayoritariamente “commodities” y por consecuencia de altos volúmenes de comercialización.

AF: ¿Cuál sería, desde su visión, las bases de un “programa misionerista” para lograr atender la realidad de la foresto-industria y brindarles herramientas para las PyMEs madereras puedan seguir creciendo?

Como lo mencioné anteriormente, propongo nuevamente y una vez más, que el sector forestal clásico y tal como lo conocemos, con especies de Pinus y Eucaplitus y destinados a la trituración y al aserrado para la construcción, el empaque y el mueble, sea gestionado y autofinanciado por las grandes empresa del sector, quienes de alguna manera deberán valerse de la autogeneración de su materia prima, para lo cual el Estado Nacional solo deberá intervenir propiciando a través de legislación apropiada, el mejor andamiaje de sus operaciones.

De esta manera, los recursos disponibles (no demasiados) podrán ser ocupados en la implementación de un programa que podrá ser provincial o “misionerista”, de un carácter más social, para la reconversión del sector forestal PyME que se oriente hacia la implantación de especies no tradicionales, hacia la reconversión tecnológica de sus industrias y en busca de la industrialización de “specialities” con ese tipo de especies alternativas.

AF: ¿ Y cuáles son los temas que considera debieran ocupar la agenda sectorial, ante este escenario?

Siempre fui un crítico de nuestra agenda sectorial, justamente porque consideré que los temas tratados en la cotidianeidad de las gestiones, terminan siendo coyunturales y a su vez repetitivos, no son cuestiones de fondo o estructurales. Pero si aporta, son estos los temas que planteo, los que entiendo deberían tratarse:

  • -La sostenibilidad del sector forestal PyME y su permanencia dentro de sector, la nueva motivación para que asi sea.
  • – la zonificación real de la provincia para el aprovechamiento de las mejores calidad de sitio y su potencial,
  • -la implantación de especies de mayor valor,
  • -programas de financiamiento blando para la reconversión tecnológica, que ya existen de alguna manera, pero no cuentan con una accesibilidad real

Entre muchos otros que bajo el formato de un Plan Maestro o programa provincial permita la reconversión del subsector foresto industrial PyMEs.

Espero tener la oportunidad en algún momento de plantear esta visión, formalmente y oficialmente,  a las autoridades provinciales del sector.