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Claudio Moroni, el ministro cuestionado por los K que quedó en la mira por el conflicto con los neumáticos

Cuando Juan Manzur inaugure la reunión de Gabinete de este miércoles, prevista para las 9 en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, Claudio Moroni estará ausente. Un rato antes, el ministro de Trabajo encabezará en el edificio de la avenida Alem una cumbre crucial para el conflicto del sector de los neumáticos que tiene en vilo al sector y a la industria automotriz, y que volvió a poner al funcionario bajo la lupa del kirchnerismo, el sector más ruidoso de la coalición que lo quiere afuera del gobierno desde hace rato.

Del riñón más íntimo de Alberto Fernández, sostenido no solo por ese vínculo si no, en gran medida, por parte de la CGT -en especial, por el sector de los "gordos"-, y a diferencia de buena parte de los colaboradores más cercanos del Presidente que tuvieron que salir eyectados del gabinete, Moroni pudo sortear hasta ahora la embestida del cristinismo y de La Cámpora.

"Salvo este conflicto, que es fuerte y grave por lo que significa, casi no hubo conflictividad a estos días y no hay paritarias pendientes", se excusaron desde el entorno del ministro, que está agotado. "Si fuera por él, ya se hubiera ido", aseguraron fuentes que lo conocen desde hace muchos años.

Alejandro Crespo, dirigente del gremio Neumático. Foto Marcelo Carroll.
Alejandro Crespo, dirigente del gremio Neumático. Foto Marcelo Carroll.

Lo cierto es que desde el propio Gobierno aseguran que, a pesar de las críticas del kirchnerismo, el ministro no pudo encarrilar un conflicto sindical con los gremios más radicalizados del sector, que piden una recomposición salarial y que dejó sin neumáticos a las principales automotrices. Este martes, el ministro de Economía, Sergio Massa, se metió de lleno en la disputa: habló de "caprichos" y de "rehenes" de un grupo que pone "en riesgo 150 mil empleos", y advirtió que se liberará la importación si este miércoles no hay una solución.

En ese marco, y tras meses de conflicto, el jefe de la cartera de Trabajo encabezará la reunión número 35. "Es el Estado el que tiene que mediar para resolver este problema", cuestionó Ricardo Pignanelli, secretario general de SMATA, en Radio con Vos. 

"Claudio estaba teniendo una gestión tranquila, y se le quemó el rancho la semana pasada. Él y (Marcelo) Belloti -el secretario de Trabajo del riñón del ministro- están sobrepasados", remarcó a este diario un dirigente que accede sin permiso a Olivos. El fin de semana, Moroni ya había tenido un alerta por el paro de remolcadores que impidió el ingreso a puerto de la Fragata Libertad: no pudo, en un principio, levantar la medida a pesar de la conciliación obligatoria decretada.

En mayo del 2020, en plena pandemia, el kirchnerismo ya le había declarado públicamente la guerra al ministro, nada menos que en boca del jefe de La Cámpora: en el Congreso, durante un discurso de cierre, Máximo Kirchner, entonces presidente del bloque oficialista en Diputados, le reprochó al funcionario la homologación de una reducción salarial a los empleados de la fábrica de golosinas Mondelez.

Después, la propia Cristina Kirchner lo incluyó, sin nombrarlo, en la lista de "funcionarios que no funcionan" que publicó en su carta de octubre de ese año. Desde ese momento, el kirchnerismo pidió, en público pero más en privado, la cabeza del ministro de manera sistemática.

En la Casa Rosada subrayan que ese sector de la coalición ya había hecho lo mismo con Carlos Tomada, el ministro de Trabajo de Néstor y Cristina Kirchner que ahora rescatan pero que por entonces era cuestionado de a ratos. De hecho, hubo intentos para reemplazarlo por el senador Mariano Recalde.

El kirchnerismo ahora está mucho más urgido: es la primera vez que un gobierno de tinte peronista no puede con la inflación, y los salarios quedan rezagados. 

Ante la consulta de Clarín, desde Trabajo respondieron que las críticas son infundadas. Lo hicieron a través de un relevamiento que se hace desde el 2006 y que mide la conflictividad laboral: según ese informe, "en el segundo trimestre del 2022 se registraron 26 conflictos con paro, siendo el período en el que se verifica el número más bajo de conflictos de los segundos trimestres relevados desde el 2006". "Se contabilizan en el sector privado algo más de 56 mil trabajadoras y trabajadores en situación de huelga, lo cual representa una reducción del 31% en relación al valor relevado en el segundo trimestre de 2019", se defienden. 

Este lunes por la noche, el ministro cenó en Olivos junto al Presidente y Julio Vitobello y siete integrantes de la cúpula de la CGT, entre ellos Héctor Daer y Carlos Acuña. Hablaron de la posibilidad de establecer sumas fijas salariales, de la conflictividad de estos días y hasta de las PASO, una conversación que trascendió adrede y que llegó a oídos de los gobernadores del norte que están de viaje por Estados Unidos junto a Eduardo "Wado" de Pedro. El Presidente, dicen, juega con fuego.

No fue invitado Pablo Moyano, que amagó con renunciar a la central obrera -está en pie de guerra con sus colegas-, una decisión que por ahora no se hará efectiva, al menos en los papeles. 

El líder camionero es uno de los principales detractores del funcionario. Igual que el kirchnerismo. Pero el ministro tiene el apoyo del resto de la cúpula: es el respaldo político que en estos años no tuvieron Marcela Losardo, Juan Pablo Biondi, Matías Kulfas, Gustavo Béliz o Martín Guzmán. Son algunos de los albertistas que no aguantaron la embestida y se fueron del Gobierno.