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El fiscal Diego Luciani describió la "caja clandestina" con la que Lázaro Báez ganó $ 650 millones

La decisión estaba tomada: Lázaro Báez tenía que ganar. El plan -como dijo el fiscal Diego Luciani- “se cumplió al pie de la letra”. Ese universo de 51 licitaciones “amañadas y direccionadas” que terminaron de analizarse en la tercera audiencia de su alegato, incluyó un conjunto particular de obras que fueron catalogadas como una “caja clandestina”, es decir, un “mecanismo fácil de sustracción de fondos”. Luciano se refería a la "remediación de canteras" por unos 650 millones de pesos. En muchos casos sin saber si se hicieron los trabajos, se pagaron anticipadamente. En otros, no se especificó dónde quedaban: colocaron 700 kilómetros de extensión. Pero los fondos “estaban garantizados”.

Con el transcurrir de los años, el sistema que la fiscalía definió como una “estructura de corrupción”, funcionaba cada vez mejor. El fiscal Diego Luciani explicó en la tercera audiencia de alegatos en el juicio por la presunta corrupción en la obra pública que “el mecanismo estaba aceitado y Lázaro Báez no tenía que hacer el mínimo esfuerzo para ganar, sólo presentarse con tres de sus empresas. Ni siquiera tenía que hacer la mejor oferta, iba a ganar de todos modos”.

Recorriendo de forma cronológica y obra por obra, la fiscalía analizó las diversas irregularidades detectadas en los procesos licitatorios. Se habló en este punto de un “modus operandi de corrupción”: competían las empresas del holding juntas, ofertaban por encima del 20% del presupuesto oficial, nadie las impugnaba, no contaba con certificados de capacidad de obra, presentaban al mismo representante técnico, se modificaban los costos y los plazos de obra, la ruta no se terminaba, había sobrecostos y finalmente, Báez terminó abandonando 24 de esos trabajos.

Junto a lo que denominó como un “sistema de cartelización y contratos amañados”, se expuso un circuito de irregularidades administrativas: la publicación de la obra se realizaba con pocos días (favoreciendo que sólo se presente Báez), el Grupo Austral compraba pliegos antes de que se hicieran públicos, la comisión evaluadora analizaba las ofertas del holding en 24 horas, se pagaban anticipos del 30%, entre otros trámites omitidos que permitieron otorgar obras a una empresas “sin capacidad de construcción”.

En el análisis de los contratos adjudicados en base a este cúmulo de irregularidades, el fiscal Luciani se ocupó de detallar un conjunto de licitaciones particulares: la remediación de canteras. Las sospechas sobre estos contratos se delinearon desde la improcedencia de Vialidad Nacional para licitarlas, para financiarlas, la falta de especificación sobre su ubicación, los sobrecostos, y la imposibilidad de corroborar que los trabajos se hayan realizado.

Para empezar, la fiscalía sostuvo que no había ninguna explicación para que Vialidad Nacional haya licitado la remediación de canteras, siendo que no eran rutas ni caminos.

En el listado de obras que recibió el empresario K se encuentran seis expedientes: dos de ellos licitados en 2006 con dos meses de diferencia, y los restantes en 2007, algunos con diez días transcurridos entre un concurso y el otro. En la documentación oficial figuran como “remediación de canteras”.

En toda obra pública vial se necesita extracción de material rocoso o arena, para la preparación de las distintas capas de lo que sería la nueva traza. Se saca una gran cantidad de material para después poder asfaltar. Esa extracción mineral se hace en algún lugar cercano al obrador para que llevar esa tosca a la traza del camino sea lo más económico posible.

Según las leyes provinciales, cuando la obra termina el constructor está obligado a remediar la cantera, es decir que hay que tapar el lugar trabajando con topadoras.

En el caso de Austral Construcciones se realizaron seis licitaciones. “Báez inaugura este esquema de Vialidad Nacional licitando remediación de canteras”, dijo Luciani, quien consideró que estos contratos “se constituyeron en la caja clandestina del empresario”.

La fiscalía expuso que “estas licitaciones nunca fueron informadas al registro nacional de constructores y los controles fueron inexistentes. Tenemos por corroborado que muchas de esas obras nunca se hicieron, pero se pagaron anticipadamente”. Bajo ese argumento, señaló que la remediación de canteras fueron “obras fantasmas”.

Los seis contratos por “remediación de canteras” figuran como concluidos, aunque tuvieron "redeterminación de costos", es decir aumentos respecto del monto licitado. Para el Ministerio Público Fiscal, la declaratoria de terminalidad de las tareas tampoco es real.

Hay tres contratos en los que sólo se detalló: Límite con Chubut hasta Monte Aymond. Esto representa una extensión de 811 kilómetros. "Dos días antes de la apertura de sobres, se firmaba una circular dando alguna especificación de la zona, pero para entonces sólo habían participado de la oferta las empresas de Báez", se indicó.

Más caro tapar un agujero que hacer una ruta

En algunos casos, la remediación terminó siendo más costosa que la ruta en sí misma. El 10 de abril de 2007 se le adjudicó a Austral Construcciones un contrato para remediar la cantera de la obra sobre la ruta nacional 281. Ese trabajo debía terminarse en 12 meses, pero a Báez le demandó 30. Eso significó más fondos.

. La obra de pavimentación sobre la ruta 281, Más barata que la remediación de su cantera.

Esa ruta -sin embargo- también sufrió una redeterminación de costos y. Para entonces, sólo cinco millones más que las tareas para tapar el lugar del que, en teoría, se habían extraído los minerales para iniciar la pavimentación.

Las licitaciones para remediación cuestionadas por la justicia tenían un valor de 516,970,436 pesos, pero Vialidad Nacional -a través de la agencia provincial- autorizó la modificación de los costos y de los correspondientes plazos y , es decir 133,234,992 pesos más de lo que se había licitado.

La licitación para tapar la cantera de la Ruta 3 desde Fitz Roy hasta Río Gallegos -625 kilómetros, una vez más sin mayores detalles sobre la ubicación- debía concluirse en nueve meses por un valor de 61.600.648 pesos.

El 5 de julio de 2007, tan sólo un mes después de que Austral ganó uno de los controvertidos contratos de remediación, se modificó el contrato para incorporar una cantera, con "un incremento de 10 millones de pesos al presupuesto inicial”.

Otro ejemplo: se hizo una licitación por nueve canteras. Sin embargo, luego se redujo a cinco canteras. “Pero nunca modificaron el presupuesto”, enfatizó el fiscal Luciani.

Tiempo después de adjudicada esa licitación, “se agregaron dos canteras, se aumentó la partida presupuestaria y nunca se especificó el mojón de dónde estaban esas canteras”. Luciani admitió que “no sabemos si eran las mismas, cuáles eran, dónde estaban”.

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