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¿Hay otra forma de producir? Una nueva ley europea plantea desafíos y oportunidades a la Argentina

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El incremento del consumo y la demanda de alimentos a nivel mundial fomenta la expansión y la intensificación de la agricultura en diferentes regiones -como en Latinoamérica-, lo que suele llevar a un aumento en la deforestación y conversión de ambientes naturales. El Informe Planeta Vivo 2022 de WWF advierte que la creciente destrucción de la naturaleza está teniendo impactos catastróficos no solo en las poblaciones de vida silvestre, sino también en la salud humana, los medios de vida y la seguridad alimentaria.

La forma en que venimos produciendo alimentos a gran escala -tanto para el consumo interno como para la exportación- debe revisarse, con el objetivo de lograr un real desarrollo sustentable compatible con la alimentación de una población global creciente y con el mantenimiento de los servicios que brindan los ecosistemas. La crisis climática y la pérdida de biodiversidad amenazan los sistemas de producción y la seguridad alimentaria, por lo que tomar acciones concretas para transformar nuestro sistema alimentario mundial es prioritario.

Trazabilidad ambiental

Para resolver el conflicto entre la producción de alimentos y la conservación de la naturaleza, es necesario contar con información que permita diferenciar productos provenientes de un manejo sustentable de aquellos que provienen de sistemas de producción con alto impacto socioambiental. Hace falta un sistema de trazabilidad que combine información sobre el sistema de producción, el ecosistema donde se desarrolla y los impactos generados, que permita rastrear el camino recorrido por un producto comercial desde su origen hasta su destino final, identificando los impactos sociales y ambientales de toda la cadena de suministros.

Las nuevas tendencias en consumo responsable y las exigencias tanto de los consumidores como de ciertos mercados empujan a los productores, las empresas y marcas globales a incluir nuevos lineamientos en materia de sustentabilidad. Es por eso que resulta necesario sumar la trazabilidad ambiental a los productos para asegurar que toda la cadena productiva sea libre de deforestación y conversión de ambientes naturales: es decir, que no se hayan realizado desmontes ni se hayan transformado áreas naturales en ninguna de las etapas del proceso de producción, industrialización y distribución.

Varios informes recientemente publicados por WWF muestran una clara relación entre el consumo de los países europeos -especialmente de soja y carne vacuna- y varios de los principales Frentes de Deforestación identificados mundialmente, como el Gran Chaco en Argentina y Paraguay. Los informes muestran cómo el consumo de productos agrícolas en el Reino Unido y en la Unión Europea (EU) están contribuyendo a la destrucción de bosques y otros ecosistemas naturales, incluidos pastizales y humedales e impactando de manera negativa sobre las comunidades locales.

Una nueva ley europea contra la deforestación

Por esta razón, la Unión Europea aprobó recientemente una nueva Ley que busca garantizar que los productos importados a la región no hayan sido producidos en tierras deforestadas. Esta nueva regulación es la primera en el mundo que aborda la deforestación global y reducirá significativamente la huella de la UE en la naturaleza. Además, establecerá estrictas normas obligatorias de trazabilidad y transparencia para las empresas que desean colocar productos relevantes en el mercado de la UE o exportarlos.

La nueva regulación significaría un desafío para el sector agroexportador argentino y la necesidad de redefinir sus modos de producción para adaptarse a las nuevas exigencias y poder mantener las exportaciones. Esta nueva ley impulsa a cambiar las políticas y los mecanismos actuales para alcanzar un sistema de trazabilidad que nos permita detener la deforestación y degradación forestal por las actividades productivas.

Desafíos y oportunidades para las exportaciones argentinas

La Argentina tiene un rol preponderante en el sistema alimentario global y, a su vez, es uno de los pocos países que puede contar con sistemas confiables de monitoreo de las cadenas de suministro (especialmente en los productos de origen vacuno), que contribuyan eficazmente a la conservación de los ecosistemas naturales y su biodiversidad. Nuestro país ya cuenta con dos elementos fundamentales: un sistema de registro de establecimientos agropecuarios y seguimiento animal provisto por SENASA, y un sistema de monitoreo constante de deforestación por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Lograr que estos sistemas dialoguen y que se sume el monitoreo de transformación de los ambientes naturales, permitiría el posicionamiento de una parte de nuestros productos con atributos diferenciales en materia de sustentabilidad y responder satisfactoriamente a las demandas comerciales, tanto locales como internacionales.

En ese sentido, desde Fundación Vida Silvestre venimos trabajando con varios sectores para lograr que las exportaciones de carne vacuna de Argentina sean libres de deforestación y conversión. Para ello, hemos avanzado con la provincia de Santa Fe en la construcción de un sistema de trazabilidad para asegurar carne y cuero vacuno libre de deforestación o conversión de ambientes naturales en el territorio provincial y garantizar que todo el proceso de producción sea bajo estándares de cuidados ambientales. Consideramos que esta experiencia puede ampliarse al resto del país.

Es necesario redefinir los modelos productivos y contar con sistemas confiables de monitoreo, que contribuyan eficazmente a la conservación de los bosques y ecosistemas naturales y que reduzcan los impactos socioambientales negativos de la actividad agropecuaria en nuestro país.

De esta forma se puede mejorar la resiliencia económica y ambiental al mismo tiempo que se posibilitan beneficios para el gobierno, las empresas, el sector productivo y el ambiente. No solo es posible que la producción y la conservación convivan: es una necesidad; a la vez que una gran responsabilidad para lograr un mundo donde las personas se desarrollen en armonía con la naturaleza.