Argentina
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Pulseritas de acceso y poca presencia policial en la reaparición de Máximo Kirchner tras el atentado contra su madre

"Todos con la pulserita arriba, a la vista", pide uno de los más de 50 hombres y mujeres que llevan pechera celeste con la leyenda organización y que custodia el único acceso al club Los Matreros de Morón, donde Máximo Kirchner reapareció en público exactamente un mes después de que Fernando Sabag Montiel intentara gatillar en la cabeza a su madre, la vicepresidenta.

Desde un altoparlante, una voz advierte a los militantes elegidos que deberán permanecer sentados durante el plenario del Frente de Todos que encabezará el diputado. "Por motivos de seguridad", aclara como si fuera necesario.

Como un ingreso a un partido de fútbol, la columna de peronistas en marcha -una de las pocas que llega cantando- entrega los paraguas. El custodio y militante corpulento y de gafas que pide calma, se da por satisfecho. Peor le irá a la más ruidosa corriente militante que llega con bombos, redoblantes, trompetas, bengalas y estruendo, además de banderas con la cara de Néstor y Cristina Kirchner, Maradona y Rosas. Muchos llevan abajo de las pecheras, camisetas del Club Deportivo Morón. Se quedan todo lo que pueden en una de las esquinas linderas y al final, como todos, entregan sus banderas para entrar.

Cada uno de los manifestantes que ingresa se lleva un afiche con la leyenda "Todos con Cristina" y otro de "Si el pueblo quiere, Cristina puede". Todos, también, deben abrir sus mochilas como si fuera un recital. Cada tanto, alguien -sin pechera- sale con una pila de pulseras para entregarlas a militantes que esperan con ansiedad. Nunca son desconocidos. Un consejero del PJ bonaerense se queja de la idea de las pulseras. "¿Qué pulseras? Es discriminación", se lamenta hasta que se funde en un abrazo con el custodio corpulento y pasa, sin más. Las pocas banderas que se permiten no están entre el público sino en el perímetro del club, que es una reja que cuestiona el sentido de tantos controles.

Por debajo de la reja que está tapada por una mediasombra que no impide espiar qué pasa del otro lado, un joven pasa un envase de cerveza. Apenas un patrullero y dos policías de la bonaerense custodian el acceso, a 50 metros. El móvil se va y solo queda una camioneta de la policía municipal. Cuelgan entonces banderas de La Cámpora, pero también una con el nombre de Sergio Massa otra del MUP, y varias de Nuevo Encuentro, que en esta localidad manda. Por eso el intendente Lucas Ghi y Martín Sabbatella serán los únicos dos oradores que precedan al diputados.

Desde las entrañas de La Cámpora aclaran que ellos son quienes están a cargo de la organización del acto. También se mezclan militantes de camioneros y del Movimiento Evita que teje un acercamiento con La Cámpora. Del lado que mira a la calle hay pancartas que advierten sobre la situación judicial de CFK. "Fuerza Cristina, jueces macristas no jodan", dice.

La titular del Pami Luana Volnovich y su pareja y número 2 Martín Rodríguez salen por el acceso principal para volver a ingresar por una puerta exclusiva para dirigentes. La titular del INADI Victoria Donda hace el camino inverso, pero todos se sientan en las primeras filas.

Los ministros intendentes también dijeron presente: Gabriel Katopodis fue uno de ellos, igual que Juan Zabaleta que quiere dejar Desarrollo Social para volver a Hurlingham, a cargo del alcalde interino Damián Selci otro de los mencionados. También hay funcionarios bonaerenses como el ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini, y Walter Correa, de Trabajo. Axel Kicillof está a más de 400 kilómetros, en Mar del Plata.

El acto se demora 40 minutos. Por los altoparlantes siguen pidiendo a los asistentes que se sienten mientras siguen colocando sillas.

Al costado, un escenario con dos pantallas dominan la cancha de rugby. De uno de los arcos cuelgan dos banderas argentinas. En el centro de la mesa montada sobre el escenario se sienta Máximo Kirchner, flanqueado por Ghi y Sabbatella. Cuando hablan los últimos dos, la militancia cumple y escucha de pie. Cada vez que mencionan a CFK hay aplausos. El hijo de la vicepresidenta aplaude a Ghi, cuando el intendente asegura que el FDT no se romperá y que la ex presidenta es la conductora. "El FDT de Morón hoy empieza a militar la victoria de 2023", insiste el alcalde desde el atril. La militancia celebra cantando "Cristina presidenta".

A las 17 en punto, Kirchner toma el micrófono sin levantarse de la mesa. Hablará más de una hora. Menciona a su padre y compara los recursos de la Ciudad con los municipios del Conurbano. En un mensaje al gobernador reclama elevar el sueldo de los estatales. Habla pausado, también cuando describe la experiencia de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal en el Ejecutivo nacional y bonaerense.

El discurso del líder de La Cámpora es calcado al de otros plenarios peronistas que encabezó hasta julio y se centra en la deuda con el FMI que contrajo la gestión de Macri. El presidente del PJ Bonaerense vuelve a hacer un repaso de las dificultades de la gestión del FDT en pandemia y la guerra en Europa. "Está insatisfacción material que mucha gente también tiene una insatisfacción espiritual. No es pensando que si suprimo a tal o cual vamos a estar mejor", señala en la que parece la primera alusión al ataque contra CFK.

Kirchner recuerda, 22 minutos después de empezar a hablar, el atentado contra su madre, aunque no lo menciona. Tampoco pronuncia en ningún momento el nombre del presidente Alberto Fernández, que llevó el ataque contra CFK a la ONU. "Para muchos de nuestros militantes no fue una sorpresa", repite mientras carga contra la Federal, los medios, Macri y Horacio Rodríguez Larreta a quien eligió como uno de sus principales blancos, por las tomas en las escuelas. "Inflexible tendrías que haber sido con Macri, no con pibes de 16 años, cuando te humilla", dispara una y otra vez contra el jefe de Gobierno porteño.

La militancia acompaña con un tímido "Olé olé Lula, Lula" cuando Kirchner se refiere a las elecciones en Brasil. "Si todo les parece una mierda, tenemos que transformarlo. Para eso militamos", añade en un mensaje para los sectores más anti políticos y que venía repitiendo meses atrás mientras Javier Milei empezaba a repuntar en en las encuestas.

El jefe de La Cámpora también se anima a poner sobre la mesa la interna oficialista. "Cuándo fue el día en que nuestro gobierno empezó a desconfiar de nosotros y de Cristina por querer que la gente esté mejor", se interroga mientras eleva la voz y recibe aplausos. Al final, el canto de los militantes es el mismo que lo recibe. "Cristina Presidenta". Kirchner, desde el escenario, se toma fotos con carteles que le acercan. La voz por el altoparlante pide paciencia para desalojar el predio