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Alf: Los 36 años del alien que soñaba con comerse a su gato

Tom Patchett y Paul Fusco tenían en sus manos la historia de un extraterrestre divertido que adoraba comer gatos y que llegó al jardín de la casa de la familia Tanner para darle un enloquecido giro a sus vidas. No era como E.T. y no buscaba aterrar a nadie, pero logró convertirse en una serie y marcar a una generación en los 80.

Un 22 de septiembre de 1986 se estrenó el primer episodio en la televisión estadounidense (NBC). Alf caía por accidente en la Tierra tras escapar de la destrucción de su planeta Melmac. Los primeros capítulos mostraban a una criatura irónica, que amaba la cerveza y hasta hacia algunos chistes de doble sentido en el hogar que lo acogió casi a la fuerza.

La tensión y convivencia era el motor de la risa que, con el tiempo se fue suavizando para dar paso a una serie un poco más familiar. Alf ya no tenía tantas ganas de comerse a la mascota de la casa (el gato Suertudo) y mantenía una relación más cordial y tierna con los Tanner. Esa fórmula funcionó y la serie despegó en todo el mundo,

Siempre se metía en problemas. Nunca salía de casa y en una ocasión fue descubierto por la señora Rachel Ochmonek, una vecina a la que siempre que podía le robaba pizza. También le encantaba hacer bromas por teléfono y su lugar favorito para escapar de la vista de las visitas era la cocina.

La serie fue protagonizada por Max Wright, como Willie Tanner, mientras que Anne Schedeen interpretó a su esposa, Kate Tanner. En tanto, Andrea Elson hizo el papel de Lynn y Benji Gregory era Brian, los hijos de la pareja. El propio Paul Fusco hizo la voz del extraterrestre y Michu Meszaros, lo interpretó en las escenas en que caminaba.

Alf llega a HBO MAX para construir un catálogo retro

A Alf le encanta tomarle el pelo a quien se le ponga al frente. Foto: Archivo/ HBO

Las duras jornadas de grabaciones

Aunque el humor destilaba con las ocurrencias de Alf frente a las cámaras, el rodaje de la serie fue siempre una tortura. Los actores pasaban horas repitiendo escenas y planos con una marioneta que se manejaba con titiriteros y controles especiales. A veces sobrepasaban las horas legales de trabajo o, en el peor de los casos, el muñeco no funcionaba.

Por eso nunca se grabó con público en vivo (como era la costumbre en esa época), sino con risas grabadas. Al terminar las jornadas todos terminaban exhaustos y llegó un punto en el que odiaban ir a trabajar. Aunque la serie les dio fama y reconocimiento, hace unos años algunos de los actores reconocieron que fue una pesadilla hacer los episodios.

En sus últimos años de su vida (murió en junio del 2019), Max Wright reconoció que odiaba a Alf, que entendía el fenómeno y la conexión con la audiencia en todo el mundo, pero que fue algo que destruyó su vida. Anne Schedeen también recordó que el exceso de trabajo, la llevó al punto de dejar la actuación definitivamente. Pero la fórmula fue apagándose y la audiencia bajó, lo que llevó a terminar de manera abrupta la serie. Alf se despidió de la TV en un episodio en el que lograba contactarse con su novia Rhonda, quien decide aterrizar en la Tierra y llevarlo de nuevo a casa.

Lo que sería un episodio emotivo para un cierre en alto de temporada se convirtió en el peor capítulo para los fieles a la serie. Alf estaba listo para irse, en un mar de lágrimas y chistes que se vieron interrumpidos por una poderosa luz que los iluminó. Sin embargo, ese momento fue empañado por la abrupta aparición de unos militares que secuestraban a Alf y lo llevaban a una base para hacerle experimentos. El episodio terminó con la palabra: Continuará.

Después, la serie fue cancelada y nunca se supo cual iba a ser el destino del extraterrestre. Los fanáticos pusieron el grito en el cielo, mandaron miles de cartas a la cadena NBC exigiendo un final digno para el personaje, pero aunque sus voces fueron escuchadas, la cura fue peor que la enfermedad.

En 1996 los productores consiguieron rodar una película especial para televisión para contar lo que había pasado con el protagonista. Se llamó Proyecto Alf, pero no fue una buena jugada de Paul Fusco, sino más bien un fiasco.

El gran error de la producción fue que se enfocaba en Alf tratando de escapar de su cautiverio, se ganaba la simpatía de los agentes que lo cuidaban, pero por ningún lado aparecieron los Tanner para ayudarlo. La trama no era chistosa y tenía algunas situaciones que eran absurdas. Al final Alf termina nombrado como embajador de los alienígenas en la Tierra, pero sin la familia que lo acogió al principio.

Al parecer, ninguno de los actores de la etapa original quiso ser parte del proyecto, pero los nostálgicos pueden recordar sus aventuras y sus chistes en HBO Max.