Costa Rica
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Christopher, el niño que puso a la venta sus juguetes y se ganó el corazón de Costa Rica

La siguiente historia tiene como protagonistas a un niño audaz y lleno de ilusiones. También a un padre, que tras sufrir la amputación de su pierna izquierda busca cómo darle lo mejor a su único hijo. Y, además, a una conocida figura de las redes sociales que compartió un video, el cual se hizo viral y le ha llevado ayudas a esa familia integrada por un papá y su hijo, de nueve años.

Si los protagonistas se le hacen familiares debe ser porque posiblemente usted ha visto en redes sociales el video de Christopher, un niño de Hatillo, que empezó a vender sus juguetes; entre otras cosas, él ofrecía sus dinosaurios a ¢1.000. Su historia se popularizó luego de que la presentadora, locutora y creadora de contenido Maureen Salguero compartiera el videoclip que conmovió a miles de personas, quienes le dieron me gusta o comentaron la publicación.

Érick Arroyo y su hijo Christopher Arroyo han recibido palabras de admiración y ayudas luego de que el niño tuviera la tierna iniciativa de vender sus juguetes para ayudar a su papá. (Jose Cordero)

Inicialmente, se dijo que Christopher Arroyo Vega, de 9 años, estaba vendiendo sus juguetes para ayudar a su papá, Érick Arroyo Campos. A ese hombre de 52 años la vida le cambió luego de que un accidente le provocó la amputación de su pierna izquierda y le afectó gravemente una mano.

Conversando con don Érick y Christopher, ambos contaron que el propósito principal de la venta era obtener dinero para poder comprar un juguete que el niño quería para su cumpleaños, además de ropa, pues crece muy rápido.

Niña tica que perdió a su papá por covid-19 quería volar para alcanzarlo en el cielo

La intención nació del pequeño, quien le dijo a su papá que pondría a la venta algunos juguetes para poder “ayudar a comprarse lo que quería y necesitaba”. Su único fin era apoyar a “su persona favorita en el mundo”: su papá.

Lo que empezó como una generosa idea infantil desató “una lluvia de ayudas” para Christopher y su padre. Incluso este 4 de octubre, mientras se realizaba la entrevista, una persona llegó a dejarle una silla de ruedas a don Érick.

Asimismo, entre las personas que ofrecen el servicio de transporte de estudiantes en la escuela y uno de los padres del centro educativo, se unieron para cubrir el transporte del niño durante los meses que quedan del curso lectivo, ya que al progenitor se le complica ir a dejarlo y traerlo durante los días lluviosos.

Christopher Arroyo es una persona cariñosa y de sentimientos nobles, así lo describe su padre, don Érick, quien quedó impresionado con el gesto de su hijo. (Jose Cordero)

Luego, siguieron llegando los apoyos para esta familia.

El padre dice que no entiende “qué hizo tan bien en la vida para merecer a un hijo tan extraordinario como Christopher”, a quien describe como su razón de vivir.

Con lo recaudado durante el primer día de venta, Christopher cambió de opinión con respecto a su juguete y la ropa; entonces, decidió ofrecerle el dinero a su papá para que él “se comprara” lo que quisiera.

Esta es una experiencia que el pequeño aún no termina de asimilar. Don Érick anhela que su hijo pudiese tener algún acompañamiento psicológico, pues durante su vida ha tenido que afrontar “situaciones muy complicadas”.

Christopher y don Érick son una familia que ha recibido el cariño de muchas personas después de la generosa iniciativa del niño. (Jose Cordero)

“Alma de héroe”

Para don Érick, Christopher es un niño que tiene “alma de héroe”: pese a haber vivido períodos difíciles es una persona empática y de nobles sentimientos.

Érick y Christopher han tenido una relación de padre e hijo muy estrecha. El niño destaca que lo adora.

La rutina de padre e hijo consiste en llevar al niño a la escuela, donde cursa tercer grado, y compartir durante el día. Debido a la condición de discapacidad de don Érick, ambos reciben el apoyo de una señora, quien dos veces por semana ayuda a organizar y dejar la comida lista en la casa. También cuentan con la ayuda de una muchacha cuida al niño por las noches, mientras su papá trabaja. A ambas, el señor les paga.

Para el progenitor, el accidente cambió sus vidas y su estabilidad. Él trabajó por muchos años como guardavidas hasta que llegó la pandemia y perdió ese empleo. Entonces, se hizo repartidor de comidas y fue en esta labor que ocurrió el accidente que lo dejó dos meses y medio en coma. Asegura que “sus probabilidades de vivir eran de un 1%”. Logró sobreponerse y, gracias a las terapias, hoy se siente más fuerte.

Se desplaza gracias a una pequeña silla eléctrica. Después del percance, él recibe una pensión por invalidez. También se le permite trabajar medio tiempo para poder tener un poco más de ingresos y él encontró una oportunidad en monitoreo de Seguridad.

Además, de vez en cuando, don Érick hace animaciones en algunas tiendas que tienen promociones especiales.

Con todos estos esfuerzos, logra juntar el dinero para cubrir el alquiler de la casa, la alimentación y lo que necesita su hijo.

Los gastos por lo general son muchos, pues él debe pagar para viajar a su trabajo en carro; se le hace muy difícil ir en bus a sus labores.

Las ayudas que han llegado tras el video de Christopher son un alivio para ellos. Don Érick no deja de agradecerle a Dios; sin embargo, sabe que podría ser algo efímero.

“Luego de mi accidente (en diciembre del 2020), soy más independiente. La señora que nos viene a ayudar me cobra barato y la muchacha que lo cuida se inscribió en el PANI (Patronato Nacional de la Infancia) para cuidar a mi hijo”, comentó don Érick, quien resaltó que ha podido demostrar que aún con su condición puede velar por el niño.

Christopher Arroyo es un niño dinámico. Cuenta que siempre quiere estar junto a su papá y que su ilusión es convertirse en policía. (Jose Cordero)

Cuando ocurrió el accidente de su papá, Christopher “estuvo muy triste toda la Navidad”, cuenta. Sin embargo, ahora se siente feliz por estar junto a don Érick, a quien jura que va a defender siempre.

“Me gusta estar con mi papá; lo amo y lo aprecio. Es mi persona favorita”, dijo Christopher.

El padre describe a su hijo como un niño tierno, bromista y cariñoso. “Ver como es Christopher ‘lo mata a uno’. Yo estaba hablando con el señor (el vecino) de enfrente, porque no entiendo cómo es que merezco a este niño.

“Él me dijo que Christopher es algo especial. El día de la venta me dice: ‘Papito tenemos dos juguetitos vendidos. Quiero que te dejes la platita para lo que quieras’, me partió el alma y empecé a llorar. Hace cada cosa que siento que me muero de amor. Su propósito era recaudar fondos para comprarse el regalito que no pude comprarle el 17 de setiembre (día de su cumpleaños) y. además, para comprar ropa. No le queda nada y lo que sí le queda no está en buenas condiciones. Le pedí que no creciera más y me dijo que me iba a ayudar”, detalló el papá, quien trata de inculcarle buenos valores al pequeño.

“Le digo: no hieras los sentimientos de nadie. Si te hieren, da media vuelta y sigue siendo feliz. Yo aprendí de la cultura budista en Japón, allá trabajé como entrenador personal”, explicó.

Para don Érick, quien vio su vida cambiar de pronto, la principal motivación es su hijo, quien cada día le transmite aliento y razones “para luchar”.

“Él es mi vida entera. Parece egoísta decirlo, pero si no es por él, qué motivación tendría a mis 52 años de mantenerme vivo con estas situaciones que manejo. No es solo por la ausencia de mi pierna, sino que por dentro estoy hecho trizas. Tras el accidente me quedaron los huesos partidos: eso deja secuelas: la mano izquierda casi pulverizada y tengo dolores todos los días. Si no tuviera a mi hijo, la historia sería otra”.

Christopher planea continuar con la venta de sus juguetes para cumplir con su propósito de comprar las figuras que quiere y la ropa que le hace falta para ayudar a su papá. (Jose Cordero)

A don Érick jamás se le ocurrió que la idea de su hijo trascendería hasta volverse viral. De repente, empezaron a llamarlos personas que querían ayudar y medios de comunicación.

Christopher y su papá llaman ángel a Maureen Salguero, ya que ella compartió el video que conmovió a tantas personas. El niño considera que el éxito de la grabación tiene que ver “con la actitud” que tuvo al hablar en cámaras.

“Yo quería vender los juguetes para ayudar a mi papá a comprarme unas figuras que le he pedido desde mis seis años (unos muñecos articulados de Dragon Ball, explica el padre). Voy a seguir vendiendo los juguetes, aunque ha pasado que las personas me los pagan y no se los quieren llevar. Aunque no venda nada, soy feliz porque tal vez pueda ganar dinero por las entrevistas”, agregó el niño, quien asegura ser el mejor dibujante de su clase.

Si usted desea apoyar a esta familia, puede comunicarse con don Érick al número 7211-6574.