Un Mundo Sexual
Soy una mujer soltera de 27 años. Hace dos meses, a mi novio se le ocurrió ponerse un piercing en el pene, es como un aro, y él dice que así las mujeres disfrutan más y tienen más orgasmos. Desde entonces hemos tenido varias relaciones, pero a mí me molesta, siento como que me raspa las paredes de la vagina y un día tuve un “sangradillo”. Él dice que es cuestión de acostumbrarse, pero yo no me siento a gusto.
- Los aros o piercings se volvieron populares a finales de los noventa y desde entonces son muchas las personas que optan por esta moda. Al inicio, la mayoría eran colocados en zonas en áreas expuestas, como la nariz, los lóbulos de las orejas, el ombligo, entre muchas otras.
Con el advenimiento de los sitios para adultos, la población comenzó a observar a muchos actores con piercings en los órganos genitales, sea en los senos, en los labios vaginales, en el pene, específicamente en el glande y también en el escroto.
El piercing genital tiene que cumplir con diversas características con el fin de evitar lesiones, así no debe tener zonas salientes, áreas cortantes, ni irregulares porque pueden lesionar la piel. Además, se recomiendan que no tengan asas o aros para evitar que se queden atrapados.
Es común que los piercings se queden atrapados en la ropa interior, en las sábanas, y algunas veces en los piercings de la pareja, por eso es recomendable retirarlos antes del acto sexual. Además, es relativamente frecuente que provoque dolor o molestia durante el acto sexual, y en algunos casos puede lacerar las paredes de la vagina. Como se entenderá, en estos casos el deleite sexual se ve comprometido.
