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Es de vital importancia, que las personas con antecedente de intento suicida sea detectar a tiempo cuando muestran gestos suicidas, evaluar y tratar a las personas portadoras de esas conductas; hacerles un seguimiento y evaluación, en coordinación-colaboración con varios sectores de la sociedad.
Las medidas a tomar deben ir con intervenciones básicas, como análisis de la situación, colaboración multisectorial, sensibilización, creación de capacidad, financiación, vigilancia, seguimiento y evaluación. El papel del Estado es fundamental en el cuidado de estas personas afectadas y los que pudieran ser afectadas en el futuro, como es el caso de los ministerios de Salud, Educación, el Agricultura y Ganadería.
El Ministerio de Trabajo, de Industria y comercio, Justicia, entre otros, en estrecho vínculo con los medios de comunicación, actuando en actividades amplias e integrales, en una cuestión tan compleja.
Educar a la sociedad es fundamental en el abordaje del suicidio, dados los obstáculos y dificultades, como son los tabúes y estigmatizaciones en torno a las personas afectadas por alguna afección mental.
Estos prejuicios por lo general disuaden a muchas personas a buscar ayuda cuando piensan en quitarse la vida o tratan de hacerlo y que, por lo tanto, no reciben en su entorno la ayuda que necesitan.
La prevención del suicidio no se aborda debidamente por la falta de sensibilización respecto a la importancia que reviste este fenómeno como problema para la salud pública y porque no se tratar el tema de forma abierta.
Pocos países incluyen la prevención del suicidio entre las prioridades en la salud; solo 38 han notificado que cuentan con una estrategia nacional de prevención específica.