Dominican Republic
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Orto- Escritura: ¿Es una pugna de palmeras contra cocoteros?

En el artículo del domingo pasado (25 de septiembre), titulado “Una productiva mata de dominicanismos”, hemos tratado la tendencia del habla dominicana a citar los árboles por el nombre del fruto que ofrecen, precedido del sintagma “mata de…” (mata de naranja), (mata de limón),(mata de cereza) …

Deliberadamente, no incluimos el cocotero (árbol que produce el coco) al cual los dominicanos solemos identificar como “mata de coco”, entre los mencionados en esa publicación. Este árbol se identifica también por el nombre mismo del producto, es decir, coco. De ahí un dicho popular usado para agredir ingenuamente: “Ni sirve la palma ni sirve el coco, ni sirve Fulano ni Fulana tampoco”.

Sucede que el nombre del cocotero está involucrado en un pequeño problema lexicográfico que viene cobrando intensidad. Se ha desatado una propensión a llamar /palmera/ a los cocoteros, como si quienes tal cosa hacen hubiesen nacido en un país donde nunca ha brotado un árbol de esta familia.

Palmera (de palma y -era) es un árbol de la familia de las palmas. Hay varios tipos de palmas y en el habla dominicana predomina la voz /palma/ en vez de palmera: palma cana, palma africana, palma real. Esta última es la predominante en nuestro ambiente y en la referencia común como hablantes. Observe cómo la define el Diccionario de la lengua española:

Palma real. “f. Árbol de la familia de las palmas, muy abundante en la isla de Cuba, de unos quince metros de altura, con tronco limpio y liso, de cerca de medio metro de diámetro, duro en la parte exterior, filamentoso y blando en lo interior.

Tiene hojas pecioladas, de cuatro a cinco metros de longitud, con lacinias de un metro, flores blancas y menudas en grandes racimos, y fruto redondo, del tamaño de la avellana, colorado, con hueso que envuelve una almendra muy apetecida por los cerdos”.

Esa es la palma de nuestra cultura, la palmera. Ha servido de gran ayuda para criadores de cerdos, sobre todo los de menos recursos económicos. “Las palmas son más altas y los puercos comen de ella”, es una frase popular que promueve la esperanza. Juan Luis Guerra la acogió en uno de sus temas musicales.

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Y bueno, hablemos de Juan Luis, el más difundido artista dominicano le canta a las palmeras en franco olvido de los cocoteros. Su producción “Entre mar y palmeras” fue grabada en playa Esmeralda, Miches, donde abundan los cocoteros y escasean las palmeras.

Conviene que veamos lo que dice el Diccionario académico respecto de la palabra coco: Árbol de la familia de las palmas, que suele alcanzar de 20 a 25 m de altura (…). 2. m. Fruto del coco, que es de la forma y tamaño de un melón regular, cubierto de dos cortezas, al modo que la nuez, la primera fibrosa y la segunda muy dura; por dentro y adherida a esta tiene una pulpa blanca y gustosa, y en la cavidad central un líquido refrigerante.

Con la primera corteza se hacen cuerdas y tejidos bastos; con la segunda, tazas, vasos y otros utensilios; de la carne se hacen dulces y se saca aceite.

La conspiración léxica contra la voz cocotero quedó evidenciada el lunes 19 de septiembre, cuando azotó el ciclón Fiona. Los reporteros que se cubrieron estos sucesos en Samaná y Punta Cana se referían a “las palmeras derribadas”.

Los lugares que en República Dominicana llevan nombre de Palma, en ningún caso aluden al cocotero: Palma Sola, Palmar de Ocoa, Palmar Arriba, Tres Palmas…Ni tampoco piensa en “matas de coco”, quien advierte que no cargará yagua para donde hay palmar. Son diferentes palmeras y cocoteros