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Alemania quiere que España forme parte del escudo antimisiles que abandera Scholz

A orillas del mar, en el corazón de La Coruña, se alza el vanguardista Palexco. Aquí será donde se escenifique hoy la buena sintonía del eje Madrid-Berlín, hoy marcada por la crisis energética que asola Europa y la invasión rusa de Ucrania como temas primordiales. Con este contexto, uno de los asuntos que estará sobre la mesa es la creación de un escudo antimisiles europeo, una iniciativa que abandera Alemania y de la que quiere hacer partícipe a España, además de otros países. La embajadora alemana confirmó esta noche en la Ser que el asunto puede tratarse en La Coruña entre Pedro Sánchez y Olaf Scholz.

El canciller alemán ya abogó el pasado agosto por crear un sistema de defensa aérea conjunto a nivel europeo con el objetivo de ganar "en seguridad" en el continente y entonces anunció que Alemania lideraría la iniciativa, invirtiendo "de forma significativa" en defensa en los próximos años.

La embajadora alemana asegura que "es una idea que ha lanzado Suecia. Hubo primeros encuentros de investigación, pero a nivel relativamente bajo. Seguramente se discutirá en la cumbre. Es un asunto que puede estar mañana en la mesa. Hubo dos reuniones en Berlín, pero no a alto nivel. Estamos sondeando". Fuentes españolas del Gobierno y de Defensa explicaron que el asunto no está en la documentación a abordar en la cumbre y llegaron a mostrar su sorpresa por el planteamiento.

Fuentes gubernamentales, a última hora del martes, ahondaron en el propósito de "desmentir que el Gobierno de España haya recibido ninguna propuesta o comunicación al respecto".

España ya forma parte el escudo antimisiles de la OTAN a través de las bases de Rota y Morón y esta sería una nueva iniciativa que, a buen seguro, provocaría el rechazo de Unidas Podemos.

Tope europeo al gas

Desde La Moncloa describen como fantástica la relación de España con Alemania y la de este miércoles será una cita en la que Pedro Sánchez pedirá al canciller Olaf Scholz que apoye en Europa el tope del precio al gas, medida a la que hasta ahora se opone Alemania, y que sea también comprensivo para que Europa relaje las reglas fiscales, debido a la duración de la guerra en Ucrania y sus consecuencias. Donde sí van de la mano es en la necesidad de aumentar la interconexión gasista entre la Península Ibérica y Europa. Los dos forman una entente frente a las reticencias de Francia.

Pese a la entente socialdemócrata que han tejido Sánchez y Scholz son estas dos cuestiones en las que mantienen posiciones distintas, al tiempo que son dos asuntos que el presidente del Gobierno de España quiere liderar en Europa. De ahí que la celebración de la XXV cumbre hispano-alemana sea una oportunidad para abordar estos asuntos en el encuentro bilateral que ambos mandatarios mantendrán durante la tarde. Sánchez sigue firme en su propósito de reforzar su perfil internacional, buscando abanderar debates en Europa y ahora en La Coruña, tratar de convencer a un país clave a que se avenga a sus posicionamientos.

Fuentes del Gobierno admiten las dificultades en alcanzar un consenso en cuanto al tope de gas y las reglas fiscales, toda vez que parten de posicionamientos distintos. Hay 15 países, entre ellos España, Francia e Italia, que han solicitado de forma conjunta un tope al gas sea cual sea su origen. Alemania, junto a países como Bélgica, Luxemburgo o Austria, entre otros, se opone, pero el gobierno alemán sí ha acordado en su país un límite al precio del gas para proteger a empresas y consumidores de la subida de los precios de la energía de las consecuencias de la guerra.

"Trabajo por delante"

Pese a este planteamiento, que no gusta en el seno de la UE, desde el Gobierno prefieren poner el acento a que a principios de año, cuando Scholz visitó La Moncloa, fue muy contundente en la necesidad de recuperar la senda de las reglas fiscales cuanto antes y ahora, Alemania se abre a una reforma de las normas de endeudamiento, admitiendo, eso sí que Europa tiene «trabajo por delante». A cambio pide que las normas se apliquen de forma más coherente a medio plazo.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento exige a los países que el déficit público no rebase el 3% del PIB y la deuda el 60%. Esta norma se suspendió en 2020 a causa de la pandemia, y en mayo decidió prolongarse también a 2023, debido a las consecuencias de la guerra. Pese a este escenario, el propósito de Alemania sería retomar sus propias reglas fiscales para 2023. En cuanto al marco europeo, España, Francia e Italia de nuevo van de la mano y exigen que se renueve, se reforme, antes de que vuelva a aplicarse.

Ya en abril de este año, el Ejecutivo selló una inusual entente con Países Bajos, a través de la vicepresidenta Nadia Calviño con la ministra neerlandesa de Asuntos Económicos, Sigrid Kaag, en la que sellaron una posición conjunta a favor de relajar las reglas fiscales europeas para 2023.

En el marco de esta cita se firmará un plan de acción entre ambos países, que llevan tiempo trabajando desde los ministerios de Exteriores y que ha contado con aportaciones del resto de departamentos ministeriales. Además, se firmarán acuerdos en materia sociolaboral y una declaración de intenciones sobre educación superior y formación. Sánchez acude acompañado de sus tres vicepresidentas -Nadia Calviño (Economía), Yolanda Díaz (Trabajo) y Teresa Ribera (Transición Energética)- y otros cinco ministros -José Manuel Albares (Exteriores), Margarita Robles (Defensa), Reyes Maroto (Industria), Luis Planas (Agricultura) y Joan Subirats (Universidades)-.

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