Patronales y sindicatos presionan a Pere Aragonès para que cierre un acuerdo con los socialistas
Con la lógica de los vasos comunicantes entre socios, el apoyo de ERC en el Congresos a lo presupuestos generales del Estado, tras la derogación del delito de sedición, se ha trasladado al Parlamento catalán con la negociación entre los republicanos y el PSC por las cuentas de la Generalitat.
Después de semanas escenificando desencuentros y ante la evidente dificultad para el entendimiento con sus antiguos compañeros de gobierno de JxCat, la voluntad del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de replicar en Barcelona la alianza con los socialistas en Madrid se está imponiendo a las resistencias de Oriol Junqueras. El presidente de ERC abogaba hasta ahora por prorrogar las cuentas o pactarlas solo con los Comunes de Ada Colau, la CUP y JxCat, para no "deber nada" a Salvador llla, pero finalmente ha acabado por levantar el veto a negociar con el PSC.
En la decisión de los republicanos de incorporar a los socialistas en una negociación, en la que los Comunes -el partido con el que ERC tiene "los papeles" más avanzados- son el socio prioritario, ha influido las presiones recibidas por parte de los sindicatos y patronales -con las que el Govern acaba de acordar el aumento de un 8% el Indicador de Renta de Suficiencia de Cataluña- para que se llegue a un "gran pacto" entre ERC y PSC. Fórmula que junto a los comunes acabaría reeditando el gobierno tripartito.
El mensaje trasladado a Aragonès estos últimos días es que el apoyo que ha recibido por las sectores sociales y económicos se debe a su apuesta por recuperar la estabilidad en Cataluña y que esta debe verse reflejada con un gran acuerdo presupuestario que incorpore a los socialistas.
La principal dificultad reside en el calendario, ya que socialistas y comunes apremian a Aragonès a cerrar un acuerdo para alejar el debate de las elecciones municipales de mayo. Otra es la "falta de concreción", datos y partidas, que le reprocha el PSC a ERC. Asimismo, los negociadores de Aragonès deben sortear la disparidad de las propuestas presentadas por los partidos de izquierdas y JxCat, sobre todo en materia fiscal.
Por ejemplo, Junts apuesta por una rebaja del tramo más bajo del IRPF del 10,5 % al 10 %, deflactar todos los tramos un 3,5 % para ayudar a las familias a paliar la inflación y bonificar al 99 % el impuesto de sucesiones en familiares de primer grado, lo que supone su práctica supresión.
Estas diferencias entre partidos hace casi imposible que Aragonès cierre un acuerdo exprés la próxima semana, coincidiendo con el aniversario de la Constitución, en el que esté JxCat. Pese a ello, los republicanos han comunicado al resto de los grupos que quiere un acuerdo "lo más amplio posible", aunque signifique su demora.
En este sentido, las fuentes parlamentarias consultadas señalan el pleno del 28 de diciembre como una fecha posible para el debate y la presentación de las posibles enmiendas al proyecto de presupuestos de la Generalitat y poner en marcha su tramitación parlamentaria. Mientras que la aprobación de la ley de presupuestos podría concretarse a finales de febrero.
En las últimas horas, el intercambio de documentos entre los dos equipos de negociación, con la consejera de Economía, Natalia Garriga, por parte del Govern, y la portavoz, Alicia Romero, y el exsecretario general de Economía y exalcalde de El Vendrell (Tarragona), Martí Carnicer, por parte del PSC, se ha acelerado.
La voluntad del PSC es la de facilitar los presupuestos si estos tienen un "marcado acento social" y si ERC permite que se visualice su apoyo, "igual que ellos sacan partido de sus acuerdos con el PSOE en el Congreso". En ningún caso, una vez Sánchez se ha garantizado los presupuestos del Estado para el 2023, Salvador Illa entregará sus votos sin nada a cambio.
Conforme a los criterios deThe Trust Project
