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Furtivismo en las playas de Vigo: más de seis denuncias cada mes

La ofensiva contra el marisqueo ilegal refuerza la vigilancia en toda la costa viguesa, donde la almeja  es la más recogida

 El importante perjuicio económico y el grave problema de salud pública que supone el marisqueo furtivo ha llevado a todos los agentes implicados en su lucha a incrementar la vigilancia para frenar esta actividad ilegal. Solo en las playas de Vigo, en lo que va de año se ha tramitado una media de más seis denuncias al mes. La Policía Local, en colaboración con la Cofradía de Pescadores, ha incrementado sus intervenciones hasta en un 40%, llevando a cabo un total de 139 servicios. A ellos se suma la Policía Autonómica, con cuatro comisos y seis denuncias, además de Guardacostas de Galicia y Guardia Civil que completan el servicio por toda la Ría.

Hasta la fecha, en la costa viguesa se han intervenido 30 kilos de almeja, 25 kilos de centollas, y varios kilos de percebe.  En la zona de Baiona y Val Miñor, la Guardia Civil ha interpuesto ya 16 denuncias y ha decomisado 15 kilos de almeja, 55 de percebe y 4 de pulpo.  La actuación más reciente tenía lugar el pasado día 19 contra un furtivo reincidente al que se le pudo interceptar en Nigrán con 2,5 kilos de percebe. En toda la Ría de Vigo y la zona costera de A Guarda, el servicio de Guardacostas  incrementó tanto el número de incautaciones  referentes a la retirada de aparejos que se utilizan para extraer los recursos como la cantidad de inspecciones. En concreto, respecto al mismo periodo del año pasado, el porcentaje fue de un 35% más, mientras que las inspecciones subieron un 2%. Eso hizo que se redujeran en un 46% las cifras de comisos y un 14% el de infracciones. “Las cifras reafirman el buen resultado de la estrategia de los guardacostas de adaptar sus controles a las zonas, épocas y especies de más relevancia", aseguran desde la Consellería de Mar. 

En la zona de jurisdicción viguesa, es la almeja el producto más amenazado por los furtivos, “porque su recogida es más sencilla y está más cerca de la playa”, afirma  el inspector jefe en funciones de la Policía Autonómica de Vigo, Antonio José Torres, quien asegura que habitualmente “son siempre las mismas personas, reincidentes".  Uno de los grandes problemas es que este tipo de mariscadores ilegales no tiene en cuenta las zonas prohibidas por toxinas y “es un grave riesgo para la salud pública”.   Explica que la mayoría son personas con pocos recursos,  que viven de la Risga, “y aunque le detraigan una cantidad para hacer frente a las sanciones, les compensa seguir intentándolo”. 

Otro tipo de furtivos son los “profesionales”. Estos “invierten dinero en equipos de buceo y medios y son más escurridizos”, explica el responsable policial quien asegura que “en épocas de crisis es cuando se incrementa la actividad”. A pesar de las inspecciones a establecimientos y el riesgo al que se exponen si adquieren productos que no pasan por la lonja, “los furtivos encuentran locales donde vender sus capturas.  De hecho, saben cómo limpiarlo, retirando vísceras, pero aun así siempre hay riesgo y pueden causar un perjuicio a la salud muy grave por lo que los responsables se pueden enfrentar a un delito”, afirma  Torres.

Teis, Chapela y Toralla, los arenales más frecuentados

Los arenales con mayor número de intervenciones policiales contra furtivos se encuentran en la zona de Teis y Chapela así como en la isla de Toralla, aunque la vigilancia se extiende por todo el litoral, llegando a interceptar a mariscadores ilegales en Bouzas o Alcabre. En el resto de la Ría, la costa de Baiona y Nigrán, con A Guarda son lugares también frecuentados para este tipo de actuaciones prohibidas. Según las actuaciones llevadas a cabo por la Policía Local, en algunos casos, actúan por la noche y logran escabullirse una vez son detectados al tener un conocimiento exhaustivo de la zona en la que se mueven. “En Arealonga, ya en Chapela, hay una especial vigilancia también sobre bañistas que  se convierten de forma eventual en furtivos y dañan los cultivos de las mariscadoras. Es algo frecuente en verano, detectar a turistas cogiendo almejas”, asegura el jefe en funciones de la Policía Autonómica. 

Junto a las almejas, se han intervenido también centollas, pulpos o percebes, que, en varias ocasiones se han llevado a comedores sociales, después de una actuación. Con la marea baja o en épocas cercanas a la Navidad, se intensifica la vigilancia.

Un “medio mundo” un aparejo hallado el año pasado en el río Lagares.
Un “medio mundo” un aparejo hallado el año pasado en el río Lagares.

“Nos preocupa mucho que se comercialicen productos no aptos”

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Vigo, Iago Soto, asegura que para controlar el furtivismo, “hemos doblado la vigilancia”. Junto con la Policía Local, intentan que los mariscadores ilegales estén controlados para no causar una problemática de salud pública con su venta a negocios de restauración. “Esto nos preocupa bastante. Afecta a los ingresos de la compañía y daña mucho a la salud pública si se comercializa, porque son alimentos que no están aptos para consumir”, afirma. 

El desconocimiento de la realidad actual con la marea roja y las zonas vedadas es el principal causante de la existencia de esta captura fraudulenta en el mar, aunque otros, simplemente, “están más perdidos, o no quieren saber lo dañino que puede ser vender estos productos. No le dan la importancia necesaria”. Ante su venta, Soto alertó a los furtivos de que “una denuncia de un local de restauración por la comercialización de productos con toxina puede hundir el negocio de un mariscador”.