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Itziar González, exconcejala de Ciutat Vella Se restituye mi dignidad. Se me trató de iluminada y problemática

La exconcejala de Ciutat Vella Itziar González y la funcionaria municipal Lourdes Conesa recibirán este viernes en el pleno municipal de Barcelona un reconocimiento como alertadoras de un caso de corrupción, el de la concesión irregular de licencias de pisos turísticos en Ciutat Vella, juzgado en marzo. González y Conesa han sufrido amenazas desde hace 14 años y no pocos problemas personales a raíz de sus denuncias. El ayuntamiento, subraya González, las dejó solas pese a que defendían a la institución.

Con la sentencia que condenó a la trama corrupta que usted denunció en Ciutat Vella y con el reconocimiento del plenario, acaba ahora un proceso de 14 años.

Las penas impuestas pueden ser recurridas. Pero que Lourdes y yo resultamos perjudicadas ha quedado probado en la sentencia, ya no es algo cuestionable. Se nos veía como víctimas. El cambio es que nos reivindicamos como alertadoras y no solo como víctimas.

"Como vecina, veía que se levantaban dos plantas en edificios de Ciutat Vella en los que no se podían levantar"

¿Cómo empezó todo esto?

Yo era vecina y arquitecta. Vivía y trabajaba en Ciutat Vella. Y ya había detectado un funcionamiento irregular de los servicios técnicos del distrito. Veía que se levantaban dos plantas en edificios en los que no se podían levantar.

Y luego lo vio como concejala.

Cuando entré en el distrito acababa de incorporarse al ayuntamiento una excelente arquitecta de licencias que es Lourdes Conesa, con la que yo había estudiado. Le dije que me alegraba encontrarla porque estaba preocupada. Desde el principio yo sabía que Heliodoro Lozano (jefe de servicios técnicos de Ciutat Vella y uno de los condenados) no era de fiar, porque lo había visto actuar como vecina. El anterior concejal, Carles Martí, intentó limitar el fenómeno de los pisos turísticos con un plan de usos, y el sector contrató a un ingeniero, Joaquim Quílez (uno de los condenados, identificado como autor de amenazas recibidas por la entonces concejala), para que tramitase rápidamente las licencias. Me encontré con 600 expedientes de apartamentos turísticos por firmar y dije que no, que a ver qué pasaba. El gerente municipal, Andreu Puig, un gerente excelente, que me sugirió hacer una búsqueda por internet, donde encontré 2.000 pisos operando como turísticos en Ciutat Vella. Preguntamos a la Agencia Tributaria si estaban tributando.

"Desde el principio yo sabía que Heliodoro Lozano no era de fiar"

¿Resultado?

Todos trabajaban en negro. Hablé con Carme Trilla para que se introdujera en la ley de vivienda de 2007 el concepto de vivienda turística. Eso viene de Ciutat Vella, de mi época. Me siento orgullosa de ello. La ley prevé que cada municipio pueda regular los pisos turísticos. Eso me permitió emprender mi propio plan de usos: el anterior lo había hecho Heliodoro Lozano, a su medida. Él reguló el marco y él decidía todo.

¿Cuando llegaron las amenazas?

Empecé a tener problemas cuando creé un protocolo para pillar in fraganti a los pisos turísticos ilegales. El primer ataque fue tras precintar un piso turístico después de la Semana Santa de 2008. Cuatro días después, entraron en mi casa. Me reventaron la puerta, lo removieron todo, se llevaron los ordenadores. Podría parecer un robo, pero tenía mala leche. El impacto fue muy fuerte. Hicieron correr información personal mía que lograron en el piso. Tuve claro que tenía relación con el precinto del piso. Me sentí en peligro. Denuncié los hechos, pedí escolta al entonces alcalde, Jordi Hereu, que me la concedió. Mi vida se complicó.

"Entraron en mi casa. Me reventaron la puerta, lo removieron todo, se llevaron los ordenadores. Me sentí en peligro. Pedí escolta al alcalde Hereu, que me la concedió"

¿Y Heliodoro Lozano?

Despedí a Lozano. Le dije que se fuera. Lo llevaron a servicios centrales y luego lo hicieron director de licencias de Nou Barris. Y me indigné por ello. Mi gerente sufría por que yo tuviera que tomar todas estas decisiones, hacer de arquitecta y no de concejala. Me dijo que necesitaba una figura técnica de referencia, y confió en la de servicios jurídicos, Elena Ariza, que en realidad era la socia de Lozano en todas estas operaciones.

Una trama mafiosa.

Lourdes Conesa me iba avisando de que no se estaba diseñando bien el protocolo para dar licencias de forma reglada. Aquí empezaron a amenazarla, porque vieron que me influía, que tenía la valentía de avisar de que las cosas no iban bien de avisar a la gerente, de plantar cara a Ariza. La gerente, viendo que Lourdes estaba amenazada, creyó que lo mejor era cambiarla de sitio. Lourdes lo vivió muy mal, no entendía por qué se tenía que ir.

"A Lourdes Conesa le hicieron amenazas telefónicas, le llegaron cartas. Le manipularon la moto: se le partió en dos. La gerente del distrito, Mercè Massa, también recibió amenazas"

¿Qué amenazas recibió Conesa?

Amenazas telefónicas, cartas. Le manipularon la moto: se le partió en dos. Lo denunció. Hubo una investigación de la Guardia Urbana y tuvo escolta por un breve espacio de tiempo. Y se la quitaron. Ella podía haber sido la jefe de servicios técnicos y en cambio fue cambiada para hacer trabajos de un nivel inferior. La gerente del distrito, Mercè Massa, también recibió amenazas. Ella no puso denuncia. Yo recibí una carta amenazándome de muerte, metiéndose conmigo y mi familia. Decían que habían impulsado el allanamiento de mi piso y que ahora iban a por la caja de madera, a meterme dentro, a matarme.

"Afrontar a las mafias sin que el ayuntamiento nos acompañara a presentar nuestras denuncias de amenazas supuso que quedaran en la vía muerta"

Y la falta de acompañamiento pesó.

Afrontar a las mafias sin que el ayuntamiento nos acompañara a presentar nuestras denuncias de amenazas supuso que quedaran en la vía muerta. Luego la fiscalía anticorrupción las recuperó.

Y un día decidió irse.

Empecé a tener problemas de salud. Lourdes y yo íbamos aguantando. Me sentía maltratada por los consejeros socialistas del barrio, que no entendían que hubiera sacado a Heliodoro Lozano. A mi familia le dije que estaba sola, que tenía que irme. Antes debía acabar el plan de usos. Aguanté cuanto pude. Iba a migraña diaria. Con estrés y paranoia. Me sentaba en una mesa y miraba quién estaba cerca. De mis compañeros concejales tuve la sensación que pensaban que por qué me pasaban esas cosas. Que qué habría hecho mal.

¿Cuando dimitió se acabaron las amenazas?

No, no. He recibido cartas durante años. Cuando he hecho declaraciones sobre irregularidades. Cuando fui de testigo al juicio del Palau de la Música sufrí seguimientos que se demostraron. Y cada vez que pasa algo relacionado con el caso, como cuando llegó el juicio, tengo llamadas de gente que no habla y cuelga. Lourdes también. Han sido así 12 años de mi vida.

"Para los altos funcionarios, admitir que se les había colado una mafia en Ciutat Vella era tan grave que prefirieron taparlo que ayudarnos"

¿Y cree que el origen de todo ha sido la mafia de los pisos turísticos?

No. Es una suma de malas prácticas con otros elementos. Por ejemplo, ¿el jefe de servicios técnicos de Ciutat Vella, que luego dirá sí o no, tiene que regular un plan de usos? La manera como se ha ido regulando Ciutat Vella ha sido irregular. Y así en todo. Cuando Lourdes y yo alertamos de que algo iba mal, la tecnocracia del ayuntamiento se lo tomó como algo personal. Para los altos funcionarios, admitir que se les había colado una mafia en Ciutat Vella era tan grave que prefirieron taparlo que ayudarnos. Tenemos una patología muy seria en la casa: la deshumanización. Hay una aplicación arbitraria de la ley. Lo he visto a menudo.

"¿Con quién rinden cuentas los altos directivos? Los alcaldes no controlan esos puestos de poder del ayuntamiento"

¿Cómo remediarlo?

Hay que revisar los altos niveles de la administración. Qué seguimiento se hace de sus decisiones. ¿Con quién rinden cuentas los altos directivos? Los alcaldes no controlan esos puestos de poder del ayuntamiento.

¿Sintió que algunas críticas ponían en duda incluso que estuvieran cuerdas?

Los alertadores de todo el mundo siempre son degradados. Por eso lo que pasará este viernes es también la restitución de mi dignidad. Porque se me trató de iluminada, de problemática. No quiero las gracias, pero si se me ha difamado, quiero un gesto de la propia maquinaria, un expediente que diga: estas mujeres cobrarán esto porque no las acompañamos al jugado, porque hicimos esto y lo otro.

En su caso, el salario del tiempo que no fue concejala, de su dimisión a fin de mandato. En el caso de Conesa, el ingreso que no tuvo al perder categoría.  

Sí, pero no solo eso. ¿Cómo puedes valorar los problemas de salud que ella ha tenido o el estrés postraumático que todavía tengo yo?

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Se reunió con Colau hace poco más de una semana. ¿Qué tal?

Muy bien. Entré en ese despacho el 14 de abril de 2010 para decirle a Hereu que no podía más, que mi sistema nervioso había llegado al límite, que tenía que dejarlo. Y volví este 21 de septiembre con Lourdes para explicarle lo que habíamos pasado. Fue estupenda su actitud de escucha. Fue muy reparador para mí.