La inflación trastoca las cuentas del Congreso: pagará 3,4 millones de euros más de luz en 2023

La inflación ha irrumpido de lleno en el Palacio de las Cortes. Los recién aprobados Presupuestos del Congreso de los Diputados, que se incrementan un 10,78% con respecto a 2022 (algo menos que la inflación, que ronda el 9%), recogen el impacto de partidas como la polémica subida salarial de sus señorías, pero también un aumento significativo de la cantidad para cubrir el desbocado aumento de los precios de la energía: la Cámara Baja prevé que la factura aumente un 294% con respecto a 2022, sólo en lo que toca a la luz.

El capítulo de gastos corrientes, que engloba este y otros conceptos, es el que más sube de todos, casi un 21%. Pasa de 37,7 millones a casi 45,5 millones, el segundo por cuantía (tras el destinado a cubrir las nóminas, 50,5 millones). El Congreso no hace público el detalle, pero los números de la Cámara Baja contemplan que la electricidad sea un 294% más cara que cuando proyectaron las cuentas para 2022. El consumo se mantiene “en niveles similares”, pero los precios han experimentado “un aumento considerable”, recogen los documentos presupuestarios.

Teniendo en cuenta que el Congreso destinó 1,75 millones de euros para cubrir esta partida en 2022, la cuantía mínima para asumir un aumento superaría los 5,1 millones de euros, casi 3,4 millones más que lo presupuestado en 2022. De hecho, a causa de la subida de precios y de la insuficiencia de la partida, el 7 de junio la Mesa ya autorizó un aumento de gasto por un importe de 3,7 millones, con cargo al Fondo de Remanentes Presupuestarios.

El Congreso cuenta con autonomía presupuestaria, por lo que puede disponer libremente de sus remanentes, como también cuenta con una partida específica en los Presupuestos Generales, igual que el resto de órganos constitucionales (como el Senado, el Tribunal de Cuentas o el Consejo de Estado).

Una vez aprobados por la Mesa, sus números son remitidos al Gobierno para que los incluya en los Presupuestos Generales del Estado. En total, el Congreso ha aprobado gastar un máximo de 110,4 millones de euros, -suele haber remanentes- un 10,78% más que en 2022, cuando disponía de 99.7 millones.

De ese aumento de 10,7 millones, casi tres cuartas partes, 7,8 millones, se destinarán a cubrir los gastos corrientes, donde se encuadran la electricidad y el gas. En el ejercicio 2021, la Cámara Baja gastó 211.000 euros en este combustible, pero de 2022 a 2023 prevé que el precio del gas se dispare un 78%.

La Mesa del Congreso de los Diputados aprobó el jueves sus Presupuestos, que recogen también una subida de un 6% en gasto de personal, por importe de 2,9 millones de euros. Es aquí donde se incluye la previsión de subida del 3,5% para los sueldos de diputados y resto de personal de la casa, congelados desde hace años. El incremento final, en cualquier caso, se adaptará al porcentaje que pacten Hacienda y los sindicatos para los funcionarios.

Por otro lado, la cuestionada subida llega poco después de la polémica por la decisión de la Mesa de gastar 1,2 millones de euros en renovar los teléfonos móviles de sus señorías en el actual contexto de incertidumbre económica y precios disparados. El Congreso, el Senado y las Cortes Generales en su conjunto, cuentan con tres presupuestos independientes, y es el tercero el que cubre las nóminas de los funcionarios distribuidos en las dos Cámaras, como incluye también los gastos de los viajes internacionales de las delegaciones mixtas de diputados y senadores.

Al igual que el Congreso, las Cortes Generales y el Senado también recogen en sus cuentas la previsible subida de sueldos del 3,5%. Y, como le ocurre a la Cámara Baja, el Senado también ha aumentado sus Presupuestos un 5%, por encima de los 64 millones, justificándose en la necesidad de afrontar la subida de las nóminas y el incremento de las facturas de la luz y el gas. La subida de los precios de la energía marca los Presupuestos de las dos Cámaras, ya hinchados por la subida de sueldos prevista.