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"Llevamos un mes sin trabajar, y esto parece duradero"

Los mariscadores lamentan la duración de la marea roja que invade las costas gallegas. Esta semana tres de los trece parques del cultivo de mejillón abrieron en la ría viguesa

La marea roja mantiene en vilo a los mariscadores. Durante semanas, la Ría de Vigo está viviendo episodios de toxina, que se produce por las microalgas presentes en el fitoplancton marino. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Vigo, Iago Soto, valoró la presencia de este fenómeno en las costas viguesas, afirmando que su aparición ha detenido completamente la actividad pesquera: “Ahora llevamos un mes parados. Este fenómeno suele darse en primavera y otoño, y no sabemos cuanto tiempo puede darse, pero parece duradero”. Menos de la mitad de las zonas se encuentran abiertas para mejillones, zamburiñas y almejas, y ante ello los mariscadores tienen que alternar lugares para poder trabajar. “La explotación sigue porque hay zonas abiertas, pero muchas menos, entonces tenemos opción de explotar otras zonas en las que estamos autorizados”, afirmó Soto.

 Intecmar, al detectar niveles de toxicidad superiores a los legalmente establecidos, procedió al cierre cautelar, ya que puede suponer un riesgo para la salud humana. Para el patrón mayor, no existe una solución sino que “hay que esperar a que se elimine la toxina. Nos consta que el Centro de Control de Pesca está trabajando en su análisis”, siendo rechazada su petición para el cese de actividad porque “tenemos permiso en un plan de explotación de algas, pero eso es secundario". 

Ese cierre afecta a las bateas (mejillones y ostras), los moluscos infaunais (almeja y berberecho) y los moluscos epifaunias (volandeira y zamburiña). Tras detectarse la marea roja por altos niveles de toxina, las zonas de marisqueo se cerraron sin fecha de apertura. Ahora, todavía más de la mitad de subzonas de la Ría de Vigo se mantienen cerradas, mientras que otras han abierto en los últimos días para la vuelta al trabajo.

En cuanto a las bateas, tan sólo se mantienen abiertas tres de las trece zonas entre Cangas, Redondela y Vigo. Dos de ellas fueron abiertas durante esta semana. La falta de mejillones, no obstante, no afectó por ejemplo a la fiesta del mexillón celebrada en Castrelos hace un par de semanas. La zona de ostras se mantiene cerrada desde el día 2 de septiembre. 

Para almejas, navajas o berberechos, moluscos enterrados en el substrato, tres de seis zonas se encuentran abiertas, mientras que, de las otras tres, dos se han cerrado. Para zamburiña y volandeira, sólo una zona se encuentra abierta desde el mes de junio. Las otras dos existentes se encuentran cerradas desde hace 12 años.

Durante la visita de la conselleira do Mar al Mercado de Teis con la promoción del mejillón, Rosa Quintana pidió “paciencia” para todos aquellos trabajadores que se ven perjudicados por la marea roja. “Una explosión natural de fitoplacton no se puede evitar. Eso también indica las buenas condiciones que tienen nuestras rías”, señaló Quintana, que aseguró el análisis  y el control del mar para que se abran las zonas de marisqueo cuando no existan niveles preocupantes de toxina. “Este año con las condiciones que hubo abundaron todos los dinoflagelados que producen todo tipo de toxinas, y es una situación molesta para los productores”, concluyó.

La vieira perdió la “nacionalidad gallega” hace 20 años

Un símbolo tan arraigado a la cultura gallega como lo es la vieira lleva sin recogerse durante 20 años. Las zonas de producción se mantienen cerradas y la última en clausurarse fue Vigo en el año 2002, según muestra el Instituto Tecnológico para o Control do Medio Mariño en Galicia (Intecmar). De tres zonas para la recolección de este bivalvo en la ría viguesa, dos de ellas cerraron en el año 1995, siendo la última a principios de 2002. Y eso también se extrapola a las diferentes zonas de Galicia, echando el cierre entre esos años, lo que indica que toda vieira que se consume es congelada y viene de otros lugares. Francia, Noruega o las costas de Florida o Argentina son los más demandados para su importación.

Iago Soto, arrojó un poco de luz al cierre de las zonas de recogida del molusco, sin actividad desde hace veinte años: “El culpable es la propia toxina, que se acumula en el cuerpo de la vieira. Tiene un periodo de tiempo para expulsarla diferente a los mejillones o berberechos, así que sólo queda esperar a que se elimine", pero, por esta tardanza, no puede ser reducido sus niveles de toxicidad si cada primavera u otoño sufren con este revés. “No puede ser reducido sus niveles de toxicidad y, por tanto, no puede ser comercializado. Por eso están cerradas desde hace tiempo”, afirmó Soto. 

Aunque reconoció que en pequeñas épocas se pueden recoger vieiras en algunas zonas prefijadas, pero durante un tiempo limitado donde los niveles de toxina no son elevados y pueden ser consumidos: “El año pasado se pudo recolectar vieira en Redondela o Arousa, pero fue por poco tiempo”.