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Los sondeos dan una rotunda victoria a la ultraderecha de Meloni en Italia

Giorgia Meloni votó a las 22.30 horas / Agencias

Elecciones en Italia

Si el escrutinio confirma los datos de las encuestas a pie de urna, la coalición liderada por Meloni obtendría la mayoría absoluta

La coalición conservadora liderada por Giorgia Meloni, candidata del partido de extrema derecha Fratelli d'Italia (FdI, Hermanos de Italia), habría logrado una amplia victoria en las elecciones legislativas celebradas este domingo, que le permitiría gozar de mayoría absoluta en las dos Cámaras del Parlamento, según los sondeos a pie de urna publicados por diversos medios locales.

Junto al partido de Meloni, que obtendría alrededor del 23% de las papeletas, también forman parte del bloque conservador la Liga de Matteo Salvini, que rozaría el 10% de los sufragios, y Forza Italia, la marca electoral de Silvio Berlusconi, que tendría que conformarse con el 8%. Las proyecciones en escaños de estos porcentajes otorgan a la derecha margen para controlar tanto la Cámara de los Diputados como el Senado. «Con estos números podemos gobernar», comentó al conocerse estos primeros resultados Fabio Rampelli, dirigente de FdI.

De confirmar el recuento lo que apuntan los sondeos a pie de urna, Meloni lo tendría todo de cara para convertirse en la primera jefa de Gobierno de Italia. De 45 años de edad, la candidata de FdI se ha hecho con el liderazgo entre los electores conservadores comiéndole el terreno a la Liga y al partido de Berlusconi, al tiempo que atraía a una parte del voto de protesta que antes se concentraba en el Movimiento 5 Estrellas (M5E). Pese a que los analistas daban por muerta a esta última fuerza política, liderada por el exprimer ministro Giuseppe Conte, habría conseguido alrededor del 16% de las papeletas: son la mitad que en los últimos comicios, celebrados hace 5 años, pero mejora lo que pronosticaban las encuestas.

Este resultado es en parte fruto de la resistencia demostrada por el M5E en el sur del país gracias a la enconada defensa realizada por Conte de la renta de ciudadanía (equivalente al ingreso mínimo vital de España). La reciben 1,05 millones de núcleos familiares, de los que dos terceras partes viven en las regiones meridionales, y tiene un importe medio de poco menos de 600 euros mensuales. Meloni, en cambio, ha clamado durante toda la campaña contra la renta de ciudadanía prometiendo acabar con ella, porque aseguraba que desincentiva el ingreso al mercado laboral, mientras que Conte advertía que si la eliminaban «significaría la guerra civil» y que él estaba luchando «una batalla por los más pobres».

Los datos que arrojan los sondeos a pie de urna muestran una severa derrota para la izquierda italiana, que concurría a los comicios en desventaja respecto a los conservadores debido a su desunión. Enrico Letta, candidato del Partido Democrático (PD), la principal fuerza progresista, habría logrado poco más del 20% de las papeletas, un discreto resultado que puede abrir la enésima crisis interna en esta fuerza política e incluso costarle el puesto a su líder. Letta no fue capaz de mantener una alianza con el M5E y también fracasó a la hora de forjar un pacto con el Tercer Polo, el bloque centrista liderado por Carlo Calenda que habría superado el 7% de las papeletas, demostrando así la viabilidad de una opción centrista en el país.

La teoría del péndulo

La más que probable llegada al poder de Meloni supone el triunfo de su estrategia durante el último año y medio, cuando ha ejercido la única oposición a la heterogénea coalición que sostenía al Gobierno de Mario Draghi, de la que formaban parte sus aliados en la derecha, la Liga y Forza Italia. «Su victoria sigue la paradójica teoría del péndulo: después de un Gobierno técnico, gana las elecciones un candidato populista o que, al menos, desafía la lógica de la racionalidad económica y promete soluciones milagrosas», explica Michele Prospero, profesor de ciencias políticas en la Universidad La Sapienza de Roma. Lo ocurrido ahora con Meloni también pasó en 1994, cuando Berlusconi ganó sus primeras elecciones tras el Gabinete técnico liderado por Carlo Azeglio Ciampi, y en 2013. Entonces el Ejecutivo del tecnócrata Mario Monti culminó su experiencia en el poder con unos comicios que ganó el M5E. «Y después del éxito de los populistas pueden volver otra vez los técnicos», pronostica Prospero, advirtiendo del peso que puede tener en el futuro el alza del precio de la deuda pública o los posibles choques entre Roma y Bruselas.

Este experto vaticina que en los primeros meses del posible Gobierno de la coalición conservadora no habrá grandes cambios en política económica, debido a que las cuentas «están bajo el control de la Unión Europea y, si te mueves, sube la prima de riesgo». La elaboración de los Presupuestos será el primer reto importante para el futuro Ejecutivo de Roma, que contará con pocas semanas para presentarlos en Bruselas. «Sí que puede haber en cambio una discontinuidad con la gestión de la inmigración. La derecha puede plantear un gesto simbólico en este asunto sin miedo a que tenga grandes repercusiones», señala el profesor de La Sapienza.

Los comicios se desarrollaron sin grandes incidentes, más allá de que Meloni votó a última hora. Antes de ello publicó un peculiar video en su perfil de las redes sociales en el que aparecía bromeando sobre su apellido al mostrar dos melones que sostenía con las manos. La participación fue del 64%, diez puntos menos que en los comicios precedentes.