La invasión rusa de Ucrania ha cogido con el paso cambiado a los principales partidos de extrema izquierda de nuestro país. Contrarios a las raíces históricas de Europa y a las democracias liberales, nostálgicos de los tiempos en los que el rumbo de los movimientos comunistas eran marcados desde Moscú, tratan de seguir apoyando a su líder histórico sin que se les salgan demasiado las costuras delante de la sociedad española y sin que ellos suponga, en algunos casos, una convulsión interna.
Podemos, Izquierda Unida (con el Partido Comunista en su interior), ERC y EH Bildu están siendo auténticos artistas de la equidistancia política, cuando no del apoyo decidido a los intereses rusos, cada vez que algún tipo de cuestión de calado relacionada con el conflicto bélico es planteada y votada en el Congreso de los Diputados o el Parlamento Europeo. Aunque eso sí, en no pocas ocasiones les está costando una civilizada -según trasciende al exterior- disidencia interna.
El último ejemplo de ello ha tenido lugar esta semana en el Parlamento europeo, donde se votó una resolución en la que se declara a Rusia como un país "promotor del terrorismo". La iniciativa contó con un apoyo abrumador de la bancada europea y de los representantes españoles en la institución, aunque dejó algunos detalles reveladores, como las divisiones en la extrema izquierda española sobre el sentido del voto.
Por ejemplo, de los dos parlamentarios que tiene ERC en la Eurocámara, uno votó a favor y otro se abstuvo. Pero el rosario auténtico se produjo entre los seis eurodiputados que fueron elegidos en las elecciones de 2019 en las listas de la coalición Podemos-IU. Dos de ellos se pusieron de perfil y se abstuvieron, tres prefirieron no acudir siquiera a votar, mientras que el representante de la corriente de Anticapitalistas votó en contra.
Una actuación coherente que lo que pasó a mediados de mes durante la celebración de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN en Madrid, cuando los representantes en las comisiones de Defensa y Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu plantaron a una delegación del Parlamento de Ucrania que se había desplazado hasta nuestro país para asistir a la misma.
El mayor ejemplo de la equidistancia en algunos casos, y el apoyo directo en otros, de Podemos, IU, y EH Bildu ante las atrocidades rusas en Ucrania se pudo ver perfectamente al inicio de la invasión, durante una trascendente jornada de votaciones en el Parlamento europeo a principios de marzo. Ese día los representantes de estas tres formaciones políticas se negaron a condenar el ataque ruso a Ucrania, como sí hizo la inmensa mayoría de la Eurocámara.
Ese mismo día, Podemos, IU y EH Bildu se negaron a ampliar las sanciones económicas a Rusia; Podemos, IU, ERC y EH Bildu votaron en contra proveer de ayuda financiera a Ucrania para la compra de armas y de que los países europeos entregaran armas al Gobierno de Kiev; Podemos, IU y EH Bildu no han apoyado la suspensión de RT o Sputnik, medios propagandísticos al servicio del Kremlin; y Podemos, IU y EH votaron en contra de convertir a Ucrania en país candidato al ingreso en la Unión Europea.
Esas actitudes también se han visualizado en España. Pese a la condena inicial de la invasión en el Congreso de los Diputados a principios de marzo, Podemos, IU, ERC y EH Bildu se negaron a hacerlo el pasado mes de octubre por segunda vez en la Cámara Baja, además de haber intentado frustrar con sus votos en el hemiciclo que el Gobierno de España enviase armas a Ucrania para su legítima defensa, reconocida en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
