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Bailando ante el abismo

Si Ucrania está ganando, ¿por qué pide más y más armas y con tanto apremio? Ahora pide submarinos. Es por una duda que tengo. Lo de Zelenski es dilapidar capitales. Y vidas. Le fue encargado ese gran potlatch —busca esa palabra en una enciclopedia, no te dé pena, además, vale la pena. Apúrate porque a lo mejor se acaba el mundo y te quedas sin saber qué es eso. Parece que esas vidas no preocupan a nadie. Bueno, al menos a mí me preocupa la mía. La palabra nadie aquí es una metáfora de la tendencia general en el gobierno del mundo actual.

A la marchosa periodista rusa Liu Sivaya (búscala por youtube, no te dé pena) se autoasignó la dura tarea de reportar desde el abismo las noticias más monstruosas, y hasta tal vez la peor: el fin de la humanidad, que puede ocurrir en cualquier momento y espero que no haya pasado todavía para que puedas leerme. Aparte de hablar un correctísimo castellano. Como otra periodista rusa igualmente marchosa y con un punto de vista opuesto: Inna Afinogénova. Pero Liu está ilustremente equivocada: Zelenski no es “un loco manipulado por los Estados Unidos”; está más bien cumpliendo una misión muy seria: crear negocios pingües al borde de una tercera guerra mundial, con el potlatch de armas de guerra carísimas, que pagarán pueblos cada vez más arruinados. Como es un cómico, está cumpliendo el libreto más macabro de la historia humana: el del fin del mundo. Tal vez es que el capitalismo, cada vez más ávido de capitales en síndrome de abstinencia, está promoviendo los negocios más pantagruélicos: la tercera guerra mundial, la peor pandemia, muy probablemente producida en laboratorios como los que el hijo de Biden tiene en Ucrania. Me detengo en estos dos por el momento.

Diosdado observó que Pompeo, y otros energúmenos de alto standing, escriben para exaltar sus peores fracasos. Es decir, para hacer el ridículo a lo grande. Añado: lo hacen con la ufanía con que Miguel Cabrera escribiría sobre sus mejores jonrones. Imagina a un bate quebrado que escribiera sobre sus peores ponches.

No es la primera vez que la humanidad pone a los peores mequetrefes a dirigir catástrofes. Los Estados Unidos, por ejemplo, están entre Biden y Trump. Pero dejo esto hasta aquí por el momento.

@rhm1947