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Daniela Navarro está dispuesta a seguir bajando de peso

Daniela Navarro presumió su figura. La actriz venezolana usó su cuenta de Instagram para posar con diferentes trajes de baño y lucir su cuerpo muy orgullosa.

«Bienvenido mi mes el mes del amor… de mi cumpleaños… y este año me llegan los 40 y me puse de mete de estar como cuando tenia 18 años y se los prometo que lo lograré», comenzó la publicación que ya cuenta con más de 63 mil likes.

Tras poner punto y final a los comentarios negativos, la artista apuntó en su lista de propósitos seguir mejorando su apariencia física.

«Por mí, para mí. Los años son los que te enseñan, no existe un libro ni ninguna guía, pasaría por cada una de mis experiencias para llegar hasta donde hoy estoy. Mujeres la edad es un número la actitud delante de la vida lo es todo los adoro…», continuó.

Navarro se encuentra dispuesta a seguir disfrutando de todos sus momentos. La modelo se mantiene positiva y optimista a pesar de algunas situaciones familiares que le ha tocado enfrentar.

«Feliz inicio de mes, recuerden todos tenemos pensamientos negativos el secreto es no alimentarlos, bailen ríen gocen que la vida es una sola. Este año lo único que voy a perder es peso jajaja , agarrada duro de ti mi papá Dios tú mandas así que me relajo y coopero jajajaja», puntualizó la criolla.

Daniela se ha sometido a tratamientos para tonificar su abdomen y mejorar su silueta. Luego de estar en «La casa de los famosos», la venezolana se propuso bajar de peso. «P.D: por cada criticona que salga es una libra menos jajajaja para mí, una para la criticona ajajajja. Mi cumpleaños es el 27 febrero», concluyó.

«Gorda»

El pasado mes de enero, Daniela Navarro no se aguantó y respondió a quienes la criticaron y llamaron gorda. «Hay una persona que me está haciendo hater y que ha abierto como siete cuentas para decirme ‘estás gorda, estás gorda’. Y es verdad, sí estoy, tengo todavía como 17 libras de más; pero mira, quisieras estar tú gordita así», respondió en ese entonces la artista en sus historias de Instagram.

La actriz de «Relaciones peligrosas», aunque se defendió de las criticas, no le dio tanta importancia a los comentarios. Al contrario, aprovechó para enviar un mensaje de empoderamiento para no hacerle tanto caso al qué dirán.

«Digan lo que digan se tú mismo porque ninguna otra persona va a entender tus circunstancias, solamente tú, así que no dejes de ser tú mismo. Así que sean felices y recuerden que la gente feliz no molesta», puntualizó.

Y agregó: «Y otra cosa importante mis mujeres, como me dice una mujer ‘por eso es que los hombres te montan cacho porque si estás gorda…’. Mujeres en serio su físico no tiene nada que ver con las infidelidades de los hombres, si no pregúntenle a Shakira, a Jennifer López, a Jennifer Aniston. Así que sáquense eso de la cabeza, si a usted le gusta lucir bien que sea para usted y por usted».

Calvario durante su embarazo

La actriz venezolana atravesó un delicado momento de salud cuando estuvo embarazada de su hija Ujuiella de cinco años de edad, fruto de la relación con el exbeisbolista Ugueth Urbina, debido a un procedimiento estético que casi le costó la vida.

«Yo cometí una estupidez en mi juventud por acomplejada y por insegura. La gente no entiende que cuando estás en el medio uno quiere tener los estándares de belleza erróneos y en vez de inyectarme las pompis, me inyecté las pantorrillas con supuestamente una sustancia permitida», recordó en entrevista con People En Español.

«Diez años después, cuando salgo embarazada, mis piernas empezaron a deformarse. Celulitis contagiosa se llama, es como una infección que te da. Estaba embarazada y el tratamiento era consumir esteroides que podrían afectar el feto. Entonces era o mi bebé o las piernas», continuó.

En 2016, Navarro anunció que estaba embarazada y desde entonces compartió su evolución a través de las redes sociales.

«Yo pasé todo el embarazo con las piernas hinchadas, deformes, con dolor que no me las podían ni tocar. El papá de mi hija me ponía hielitos para calmarme», señaló.

Al dar a luz las pernas comenzaron a mejorar. «Dije: ‘no pasa nada’. Cuando ella tenía dos años, empeoraron, y me tenían que poner una malla porque la sustancia se podía ir para el el corazón. Fue una cosa engorrosa, espantosa. Mi hija tenía apenas dos añitos y allí empezó mi cuadro de depresión, de decir: ‘soy una estúpida, una insegura’, y de lamentar las cosas que uno hace en la juventud”, reveló.