Vecinos organizados del Barrio Nuevo y el sector Mirador del Este, ubicados en la parroquia Petare del municipio Sucre, han puesto en marcha un programa ecológico social para reciclar el agua de lluvia y solventar problemas de abastecimiento en la zona.
El preescolar Fermín Toro, la escuela Pedro Felipe Camejo y un módulo de salud comparten una estructura de tres niveles en Barrio Nuevo, donde hace dos años se organizaron un grupo de vecinos para activar el programa denominado Lata de Agua, que utiliza el agua de lluvia en los quehaceres diarios de los dos centros educativos y el dispensario.
Yasmin Carballo, Thais Colmenares y Sally Carballo, integrantes del grupo de promotoras del proyecto, señalaron que durante un tiempo para tratar de solventar el problema de la falta de agua en las instituciones educativas solicitaban a los estudiantes llevar una botella llena de agua para cubrir sus necesidades.
En esa travesía, conocieron del proyecto del reciclaje de aguas de lluvia a través del arquitecto Laurencio Sánchez, quien les ayudó a ejecutar el programa cumpliendo una serie de etapas, que pasaron por informar a la comunidad, pedir permiso para la instalación de los equipos y solicitar el financiamiento necesario.
El agua de las precipitaciones es recolectada en una platabanda, posteriormente, es tratada con varios filtros y luego es depositada en tanques, que cuentan con el sistema de bombeo para distribuirla a las escuelas y el módulo de salud.
Las vecinas recuerdan que fueron nueve meses de arduo trabajo durante plena pandemia del covid-19, sin embargo, a la fecha han obtenido buenos resultados, mejorando la calidad de atención para los residentes de la comunidad, especialmente, a las niñas y niños, quienes cuentan con los lavaderos de manos para la prevención del coronavirus.
Otra experiencia
La Unidad Educativa Nuestra Señora del Encuentro, situada en el sector Mirador del Este, también tiene en desarrollo el proyecto de reciclaje de agua de lluvia, a través del cual se benefician a 800 alumnos de la institución.
Marines Garriero, directora del centro educativo, indicó que habían realizado varios intentos para desarrollar un huerto escolar, pero por la falta de agua las siembras se secaban y ahora tienen los recursos necesarios para tener su propios cultivos.
“Desde el pasado mes de mayo practicamos en la escuela el reciclaje de agua de lluvia y tenemos un sistema de riego para nuestro huerto, donde hemos plantado maíz, quinchoncho, ahuyama, lechugas, zanahorias, yuca, caraotas, perejil, entre otros productos, que nos han servido para preparar la comida de los alumnos, especialmente lo referido a las sopas para su almuerzo”, agregó la directora del plantel.
Los promotores de ambas experiencias informaron que contaron con el financiamiento de la Embajada de Francia para el desarrollo de los proyectos comunitarios.
