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«Sopotocientos» pasó de la tele al lenguaje

Historiadores de la industria de la televisión venezolana dudan poco a la hora de escoger el mejor programa infantil de todos los tiempos. Con facilidad, surge el nombre de «Sopotocientos», que, a pesar de haber permanecido un año en pantalla, resultó inolvidable por la perfecta manera en que conjugó dos tareas: educar y entretener.

El espacio surgió durante el primer período presidencial de Rafael Caldera, como iniciativa del Ministerio de Educación, canalizada a través de una de sus dependencias, Educatel. Para darle forma, contactaron a la sicóloga Alba de Revenga, quien se encargó de armar el equipo de trabajo que vio materializado todo el esfuerzo, el 5 de febrero de 1973.

A partir de ese momento, los chamos de la época pudieron seguir las aventuras de dos hermanos de carne y hueso que interactuaban con personajes antropomorfos, mientras aprendían o reforzaban lecciones básicas. YouTube contiene algunos videos que han sobrevivido 50 años.

El paquete

La estructura de «Sopotocientos» era realmente sencilla. Apenas contaba con siete personajes: cuatro humanos y tres ficticios. El primer grupo estaba formado por la familia Rodríguez: los padres, interpretados por América Alonso y Julio Capote; y los hijos Pablito y Tinita, a quienes dieron vida Hugo Rojas y Karin Lechner.

El segundo lo integraban los amigos imaginarios de los pequeños: Doña Coco, una baba del Orinoco que representaba la sabiduría, la cordura y la sensatez, encarnada por María Luisa Lamata; Potamito, un hipopótamo bebé que personificaba la inocencia y la ternura, a cargo de Martha Velazco; y Rascón Corroncho, un erizo que simbolizaba el pesimismo y el malhumor, en el cuerpo de Oscar Ibarra.

Alba de Revenga se rodeó de una decena de sicólogos que pulían los contenidos, con la finalidad de atender a los más chicos de la casa y complementar la educación formal. Cada uno de los 200 capítulos cerraba con una conclusión comprensible para los destinatarios.

Aunque en principio «Sopotocientos» apareció por la señal del Canal 5, un convenio favoreció la transmisión por las otras televisoras nacionales: Venevisión, Venezolana de Televisión y Radio Caracas Televisión, con lo cual se ampliaron las posibilidades de que el programa llegara a más niños.

El éxito obtenido llevó a la publicación de un disco con algunas de las canciones que fueron incluidas en el espacio, para facilitar la fijación de los mensajes. Además, incorporó al lenguaje coloquial del país una palabra que es utilizada como sinónimo de “muchos”, aunque todavía no haya sido reconocida por la Real Academia Española de la Lengua.

Asesoría

Algunos detractores de «Sopotocientos» han tratado de restarle virtudes, argumentando que era una copia de «Plaza Sésamo». Sin embargo, para el momento en que fue estrenado el espacio mexicano (6 de octubre de 1972), ya se encontraba en plena fase de preproducción la propuesta criolla que, además, fue grabada antes de salir al aire, el 5 de febrero de 1973.

Lo que sí han reconocido algunos involucrados es que pidieron asesoría a los productores del norte, en cuanto a directrices para realizar el vestuario de los personajes ficticios. También hay quienes aseguran que el cambio de gobierno sepultó el programa, en 1974.