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Suban el techo que el mono no cabe

El endeudamiento público del país del norte es un problema crónico, en varias oportunidades el Departamento del Tesoro de EE.UU. le ha solicitado al congreso aprobar un aumento del techo de la deuda pública. ¿Éste es un problema estructural y crónico de la economía modelo, referente de los demás países del mundo?. 

En días recientes, la actual secretaria del tesoro de los EE.UU. Janet Yellen ha hecho pública su solicitud de autorización al Congreso de un aumento de techo de la deuda pública, pues se corre el riesgo del impago y el cierre operativo del gobierno federal pues no hay real. 

«“Les escribo para informarles de que, a partir del jueves 19 de enero de 2023, se prevé que la deuda en circulación de Estados Unidos alcance el límite legal. Una vez alcanzado el límite, el Tesoro tendrá que empezar a tomar ciertas medidas extraordinarias para evitar que Estados Unidos incumpla sus obligaciones”, señala Yellen en su carta.» (El país, 13-1-2023)

En la actualidad este techo de deuda pública federal está en US $31,381 billones, en el 2022 la economía de EE.UU. fué de US $25,461 billones (Datos Macro), lo cual significa que el techo autorizado es 123% del tamaño de la economía del país, ya a mediados de enero del presente año los gastos del gobierno federal sobrepasaron este límite. Pasó el 19 de enero y aún nada, es decir, la secretaria Yellen debe haber tomado las medidas extraordinarias correspondientes. 

El tema es interesante porque muestra la otra cara de la economía más grande del mundo, la economía más endeudada del mundo, el gobierno más deficiente del mundo y muchos otros calificativos se nos podrían ocurrir. Esta es una realidad que poca resonancia tiene en la prensa internacional y en la prensa hispano parlante menos. Es una realidad que no se difunde y no se analiza.

Esta es la motivación de esta reflexión: Suban el techo que el mono no cabe. En los países de la región de América Latina, se le dice a la deuda “mono”. Es común escuchar en los titulares: “recibió el gobierno o la empresa tal con un mono de tantos millones o millardos”, para indicar cómo superó la situación o para justificar un fracasó posterior de gestión.

Algunas expresiones, con breves comentarios, para ilustrar cómo nosotros percibimos al país del norte:

“Para ellos es fácil, lo que tienen que hacer es prender la máquina de imprimir dólares.” Es más complicado y el congreso tiene la última palabra. Esos dólares que se “emiten” arrastran su cadena.

“El dólar es inorgánico”, menos mal, se imaginan si fuera orgánico. El sistema monetario internacional está hecho a la medida del dólar, su hegemonía es tal porque tiene las condiciones materiales y subjetivas que la sustentan. Entonces, ¿esta expresión qué persigue?-

“La gestión de la economía estadounidense es eficiente y ejemplo para el mundo”. Ni el sector privado ni el público en ese país están libres de deuda, el sector privado no financiero para el 2020 tenía una deuda que era 84,7% su PIB (statista). 

“Tal o cual gobierno del llamado tercer mundo cuando emite dinero o deja devaluar la moneda frente al dólar es para tapar su déficit fiscal, su ineficiencia”, es una crítica al Banco Central por no quemar dólares en el mercado cambiario para mantener la paridad. Habría que preguntarse en el caso de los EE.UU., desde cuando es esta realidad deficitaria del presupuesto del gobierno federal. Es un problema que se traduce en un insuficiente ingreso obtenido por la vía impositiva o por excesivo gasto público.

Los expertos: “Los bancos centrales deben ser independiente”, agregamos, pero no tanto. La Reserva Federal de EE.UU. no es independiente del poder legislativo.

Mientras, a nuestros países en condiciones similares el FMI le impone una agenda con mandatos de ajustes en política fiscal y política monetaria, a los EE.UU. nada les dice, ni pío.

¿Cuándo se aumentó el techo actual?

Este techo aumentó en US $2,5 billones en diciembre del 2021, para llegar a US $31,381 billones, rebasados el 19 de enero. Desde la segunda guerra mundial este techo ha sido modificado más de 100 veces, de acuerdo al Servicio de Investigación del Congreso (Comité por un Presupuesto Federal Responsable, crfb por sus siglas en inglés). 

Durante la década de 1980, el techo de la deuda se incrementó de menos de $1 billón a casi $3 billones. En el transcurso de la década de 1990, se duplicó a casi $6 billones, y en la década de 2000 se duplicó nuevamente a más de $12 billones. La Ley de Control Presupuestario de 2011 elevó automáticamente el techo de la deuda en $900 mil millones y otorgó al presidente autoridad para aumentar el límite en $1,2 billones adicionales (para un total de $2,1 billones) a $16,39 billones. Los legisladores han suspendido el límite de deuda, en lugar de aumentarlo en un monto específico en dólares, siete veces desde febrero de 2013. El límite de deuda se incrementó, no se suspendió, dos veces en 2021, recientemente en un proyecto de ley de diciembre de 2021 aumentó formalmente el límite a $31.381 billones.” (ib.) 

La evidencia indica que el problema es crónico y estructural y nada se ha hecho para cambiarlo, agravándose a partir de los 80’s, curiosamente el inicio del neoliberalismo, donde se supone se reduce el tamaño del estado y se desregulariza y libera la economía. 

¿Cuán grave puede ser este impago del gobierno federal? La nota del Comité para el Presupuesto Federal Responsable cita a un reporte de una prestigiosa calificadora de riesgo, la cual expresó:

Un informe de Moody’s Analytics publicado en septiembre de 2021 estimó que un incumplimiento podría tener consecuencias macroeconómicas similares a las de la Gran Recesión: una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) del 4 por ciento, casi 6 millones de empleos perdidos y una tasa de desempleo del 9 por ciento. Además, Moody ‘s predice una pérdida de 15 billones de dólares en la riqueza de los hogares, con una caída de las acciones de hasta un tercio en el punto más bajo de la liquidación.” (ib.)

¿Cómo funciona este proceso?

El congreso sube el techo, el departamento del Tesoro emite títulos del gobierno (bonos, pagarés y letras) y los coloca en el mercado, los compran los que tienen liquidez e interés, pueden ser bancos o instituciones financieras del mismo EE.UU., pueden ser bancos Centrales de países extranjeros para aumentar sus reservas internacionales, pueden ser instituciones financieras o de inversión privadas. Así, se obtiene el dinero requerido.

En la actualidad, la deuda federal está distribuida en US $24,5 billones en manos del público y US $6,9 billones que el gobierno se debe a sí mismo como resultado de los préstamos de varias cuentas gubernamentales, como los fondos fiduciarios del Seguro Social y Medicare. (ib).

Qué pasa si nadie quiere comprar esos bonos de deuda, el congreso le ordena a la Junta de gobernadores de la FED que los compre, ésta los hace y emite el dinero bancario correspondiente. Así es cómo hace la FED cuando debe resolver una crisis financiera, compra deuda y la convierte en dinero líquido (claro electrónico), a este proceso se le conoce como flexibilización cuantitativa. Esta deuda pasa a formar parte de los activos en su balance general. La FED se encarga de la política monetaria y el Departamento del Tesoro de la política fiscal, aunque son independientes entre sí están bajo la tutela del congreso.

Todavía no hay humo blanco y los efectos del impago se comienzan a denunciar.

El presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (R. California) se reunirán el miércoles para discutir el aumento del techo de la deuda, el límite legal de lo que el gobierno puede pedir prestado para financiar sus operaciones. El gobierno alcanzó el techo de 31,4 billones de dólares el 19 de enero y desde entonces ha tomado lo que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha llamado “medidas extraordinarias” para mantener el gobierno a flote. En cuestión de meses, estos movimientos contables provisionales ya no serán efectivos; Para evitar un incumplimiento sin precedentes, el Congreso debe actuar antes de que EE. UU. se quede sin capacidad de endeudamiento, lo que podría ocurrir en junio.” (Elizabeth O’Brien, Barron’s 1-2-2023)

Alguien pudiera pensar que ésta es una situación a corregir, de urgencia, pero a juzgar por el histórico y las proyecciones de este indicador de la Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO), esta deuda seguirá en aumento hasta llegar al 195% del PIB para el 2050, con un déficit proyectado del tamaño de 13% del PIB. (CBO, septiembre 2020).

Sin agotar la discusión, nos da la impresión de que la política monetaria expansiva , al igual que la política fiscal expansiva en los Estados Unidos, son un mal necesario dado su nivel de globalización financiera y globalización económica, la inflación la deberán controlar por otra vía, cuidado sino implementan un control de precios. Su deuda y su expansión monetaria en constante crecimiento ya es un signo característico de su economía. Esta inflación puede que obedezca más a factores externos de la economía estadounidense, la interrupción de la cadena de suministros pero también de la cadena de producción mundializada de muchas de sus empresas transnacionales, al igual que la sumatoria de crisis mundiales que se han comentado en los escritos anteriores. La pérdida de hegemonía mundial de los EE.UU. en el sistema financiero, en especial el monetario, al igual que en el comercio internacional se verá reflejada en un impacto de su economía interna muy externalizada. Sustituir esta oferta de bienes tardará pues implica re-industrializar al país, lo que se traduce en cuantiosas inversiones y en tiempo.

¿Qué hacer?

.-Desde la región de América Latina y el Caribe, ponerse las pilas, porque esta crisis nos va a pegar, recuerden lo del resfriado allá, convertido en neumonía aquí (teoría del caos).

.-Difundir, interpretar, analizar y debatir la situación del país del norte, desde sus orígenes para conocer lo frágil que están, en especial el dólar como moneda hegemónica, la base de su hegemonía financiera y comercial.

.-Ir diversificando socios, agregar más oro a las reservas internacionales y tal vez otras divisas. Promover una nueva economía real, nacional, integrada regionalmente.