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Sube tensión entre las Coreas tras 130 disparos desde Pyongyang

Corea del Norte señaló que fue en respuesta a los ejercicios entre Corea del Sur, EEUU y Japón, mientras Seúl pide a Pyongyang cesar "provocación"

Militares norcoreanos lanzaron este lunes unos 130 proyectiles de artillería hacia zonas de seguridad marítimas en el este y el oeste del país, informó la agencia surcoreana Yonhap, que cita al Estado Mayor Conjunto del país, reseñan AFP.

El Estado Mayor Conjunto surcoreano calificó este lunes como una violación del acuerdo bilateral firmado en septiembre de 2018 los disparos efectuados con lanzacohetes múltiples desde el condado de Kumgang, en la provincia de Kanwon, y desde el cabo Jangsan, en la provincia de Hwanghae del Sur. Seúl envió, asegura la agencia surcoreana, varias advertencias a su vecino del norte instándole a cesar inmediatamente lo que califican como una provocación.

Y es que, según Seúl, los proyectiles cayeron en las zonas de separación en la línea de límite norte, que es una frontera marítima de facto entre ambas naciones reconocida hace cuatro años.

Horas más tarde del comunicado de Seúl, el Ejército norcoreano confirmó ensayos que incluían decenas de lanzamientos de proyectiles al mar y ´señaló que los disparos fueron en respuesta a simulacros surcoreanos con fuego real.

Un portavoz del Estado Mayor de Pyonyang, citado por la agencia estatal surcoreana KCNA, dijo que el Ejército norcoreano «ajustará cuentas con todas las acciones provocadoras del enemigo, una por una, y las contrarrestará siempre con una acción militar firme y abrumadora». Asimismo, instó a Seúl a «no encender la llama de una escalada de tensión innecesaria» en la zona fronteriza.

Los ensayos de artillería de Pionyang ocurren luego que EEUU, Corea del Sur y Japón impusieran medidas coercitivas adicionales contra individuos e instituciones relacionadas a los programas armamentísticos norcoreanos.

La tensión en la península coreana se intensifica desde hace meses y aumentó luego de la visita no autorizada de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU a la isla china de Taiwán.

El pasado 15 de septiembre ambas Coreas realizaron pruebas con misiles balísticos, esto con sólo horas de diferencia, en una demostración de fuerza militar. Sin embargo Tokio y Washington sólo reprocharon las acciones emprendidas por Pyongyang.

Ese 15 de septiembre, Corea del Norte habría lanzado dos misiles balísticos hacia el mar de Japón, según Seúl, y la cadena nipona Kyodo News reseñó que “los proyectiles cayeron fuera de la Zona Económica Exclusiva de Japón” y no entraron en su territorio y Yoshihide Suga, primer ministro de Japón calificó en ese momento al gobierno de Kim Jong-un, líder norcoreano como una “amenaza para la paz de Japón y la estabilidad de la Región”, sin referir la prueba de los misiles de Corea del Sur.

Luego el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó las pruebas norcoreanas con misiles y las calificó de provocación, entre ellas algunas con artefactos capacees de alcance intercontinental, mismas que Pyongyang señala como parte de su legítimo derecho a desarrollar armas para defenderse de la creciente amenaza de EEUU y sus aliados en la región del norte del Pacífico.

Ante la evidente parcialidad del máximo representante de la ONU, el 21 de noviembre pasado, la canciller norcoreana, Choe Son Hui, señaló a Guterres de incumplir los principios consagrados en la carta de la Naciones Unidas y repudió como el funcionario «calificó nuevamente de ‘provocación’ el ejercicio legítimo y justo de la República Popular Democrática de Corea del derecho a la autodefensa contra la grave amenaza militar estadounidense».

La titular de Exteriores lamentó que Guterres actúe como funcionario del gobierno de EEUU. «Últimamente me tomo a menudo al secretario general de la ONU por un miembro de la Casa Blanca de Estados Unidos o de su Departamento de Estado», destacó Choe en el texto oficial en el que directamente acusó al diplomático de ser «claramente un títere de Estados Unidos… Esto es lo más asombroso y deplorable para mí», dijo.

Luego, el 25 de noviembre, Kim Yo-jong, hermana de Kim Jong-un; líder de la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y segunda al mando del Comité Central del Partido del Trabajo de esa nación asiática, aseguró que Estados Unidos podría tener «una crisis fatal de seguridad» si continúa presionando en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que se viole el derecho de Pyongyang a la legítima defensa.

La advertencia de Kim Yo-jong ocurrió luego que Linda Thomas-Greenfield, representante permanente de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aseguró durante una reunión de emergencia de esa instancia que distribuirá una declaración de Joseph Biden, presidente de su país, proponiendo condenar los lanzamientos de misiles de Corea del Norte, además de censurar lo que Washington califica como «otras actividades desestabilizadoras».

La líder norcoreana calificó el señalamientos de Thomas-Greenfield como “una repugnante declaración junto con chusmas como Gran Bretaña, Francia, Australia, Japón y Corea del Sur”, además repudió como parte del «Consejo de Seguridad de la ONU mira para otro lado y evita hacer frente al peligro que suponen los ejercicios militares de Estados Unidos y Corea del Sur en la zona”, y recalcó el “derecho inviolable a la legítima defensa” de su país ante la amenaza que significa la influencia estadounidense en esa zona del Pacífico.