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Wuikelman Ángel: El Inces es clave para transformar la educación

Este año Wuikelman Ángel Paredes arribó al octavo aniversario como el presidente del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces), un recorrido que inició con la formulación de un plan diagnóstico hasta la concreción de grandes logros como la puesta en marcha de un campus virtual para los aprendices Inces que les permitió continuar sus estudios durante la pandemia.

Asimismo, en este periodo el ente ha logrado un histórico récord de capacitación con 4.155.985 participantes atendidos hasta 2021 y en lo que va de año van 609.391 aprendices en los diferentes programas de formación, entre ellos la acreditación de saberes, formación productiva, convenios nacionales, acuerdos internacionales, entre otros.
El también viceministro de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo ha sido partícipe del programa Una Gota de Amor para mi Escuela con la atención de 289 centros educativos.

Ángel mantiene su objetivo de reinventar el Inces, para encontrar nuevas soluciones en el marco de los desafíos que presenta el sector educativo. Resalta que se van encontrando soluciones, pero aún les falta mucho por recorrer para lograr la adaptación a las nuevas tecnologías y los modelos de producción.

—¿Cuáles son los avances en el Inces desde su llegada hace ochos años y los principales desafíos?
— Nosotros hemos ido convirtiendo con el tiempo el plan de diagnóstico que hicimos al llegar en un plan de acción y luego en uno estratégico. Como parte de los pasos que fuimos dando en ese plan estratégico, y que es fundamental para nosotros, fue reinventarnos como Inces y seguir a la par con la transformación curricular, es decir, adaptarnos a los nuevos contenidos o las nuevas ocupaciones que existen en Venezuela y en el mundo. Aquí se nos presenta el problema de quién produce los contenidos de esas nuevas ocupaciones. Por ejemplo, si se trata de un periodista digital en un rol equis, hay que desarrollar los niveles de complejidad de esa formación y las competencias que debe tener el profesional para desarrollar ese rol. Corresponde entonces al instituto dar la formación, pero ¿quién nos dice cuáles son las habilidades que tiene que desarrollar esa ocupación específica? ¿Cuál sería “la base del conocimiento”? y luego ¿ quién produce los conocimientos, la ruta didáctica, la estrategia pedagógica y andragógica en este caso para poder garantizar que las personas se formen de cara a esas ocupaciones? Entonces hay un problemón, que no es nada más para nosotros, es un problema que está presente en el mundo entero, sobre todo porque antes las ocupaciones pasaban 50 años y seguían ahí, ahora no, ahora todos los días aparecen ocupaciones nuevas, es decir, la velocidad de la tecnología es un desafío impresionante, como lo fue para el campo de la comunicación el surgimiento de las nuevas tecnologías de la información (TIC), y esa misma relación ahora se traslada al campo de la educación, como hizo el mundo de la comunicación para adaptarse a las TIC, lo cual representa ahora el desafío para el mundo de la educación; cómo nos adaptamos a las herramientas tecnológicas de estos tiempos, a las cuales estamos obligados a responder y además a formar, tanto el área de la formación técnica profesional que es lo que le corresponde al Inces, como en el propio sistema educativo, en el recorrido académico de la educación media a la universitaria, lograr este reacondicionamiento es nuestro desafío.

—¿Cuáles son los oficios que presentan ese desafío?
—Partiendo de esa línea de transformación curricular empezamos a ver primero que nosotros tenemos un conjunto de ocupaciones que se mantienen en el tiempo como la carpintería, mecánica, herrería, incluso algunos ya con cierto nivel o base tecnológica más compleja. Esas las tenemos que sostener, también tienen incorporaciones e innovaciones, pero luego hay una cantidad enorme asociadas a las competencias digitales, al mundo de estos tiempos, los criptoactivos, las criptomonedas, a las criptoeconomías, la comunicación, al mundo de la producción e información digital. Todo eso para nosotros representa un enorme desafío: ¿cómo nos introducimos ahí? También es una demanda del sector de la juventud, las redes sociales, la producción de contenidos para redes, esto se va complejizando cada vez más, con la inteligencia artificial y ahora la big data.

—¿Qué acciones se vienen implementando en las naciones para atender este desafío que se plantea?
—El sistema educativo, no solo el venezolano, sino del mundo entero, es hoy por hoy objeto de revisión. Ahora en New York, Estados Unidos, en el marco de la 77° Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, se está tratando en una de las reuniones paralelas cómo impacta en la educación un conjunto de aspectos que tienen que ser considerados en la formulación de las respuestas del mundo educativo. Este sector se declara prácticamente en crisis, porque está la velocidad de la tecnología, los desafíos del cambio climático, la nueva recomposición de los polos de poder en el mundo, entre otros aspectos, además combinados. A ello le sumamos la pandemia que vino a remover todo eso. En esta cumbre participan los ministros de educación de todo el mundo y se trata el tema de lo que tiene que hacer el mundo de la educación para adaptarse a estos tiempos.

—¿Han conseguido otros obstáculos en el camino a la transformación curricular del instituto?
—Antes se construía a partir de la opinión de expertos, el experto necesita tiempo, pero ahora no hay tiempo para el experto. Nosotros aplicábamos una metodología y ellos tenían el peso, ahora el problema es que los expertos entran en crisis, porque para llegar a ese nivel se requiere tiempo y formación y ya no tienes tiempo, vivimos en un mundo muy rápido. Actualizar el contenido pasa por enfrentarse con la realidad de que ningún método regular con el que se producía contenido ya no vale, hay que buscar otra forma que te permita producir la información a la velocidad en la cual se están produciendo las soluciones y en los múltiples espacios, que es otro problema. Es decir, al calor de la acción se están produciendo cambios, entonces necesitamos captar las soluciones que se dan en determinados sitios como las industrias, empresas, instituciones, comunas, comunidades, en los sectores de pesca y agricultura. Esto es complejísimo, ¿qué planteamos? por un lado, decidimos pasar la página del método tradicional de construcción del conocimiento, donde había una serie de pasos y el producto final era técnicamente solvente, pero exigía mucho tiempo. Primer planteamiento: cómo hacer para recoger las experiencias, a lo mejor no con el mismo nivel de rigurosidad del método tradicional, pero al menos acoplar en el sitio a partir de los propios actores los nuevos conocimientos, es decir, si estamos hablando de periodismo digital, nos corresponde acudir a los espacios donde se está ejerciendo y sentarnos con los que lo hacen posible, allí levantamos la información.

—¿Cuáles son los profesionales con los que cuenta el Inces para acoplar toda esa información?
— La ruta curricular implicó la instalación de mesas de construcción. Aquí los profesionales acompañan la producción del contenido, por ahora son todos empleados del Inces. En principio estamos trabajando con un espacio de multiplicadores para apropiarnos de ese método, la idea es que ese equipo también se multiplique, es decir, que lleguemos a contar con compañeros y compañeras que tengan el dominio de la producción curricular en el territorio. A lo mejor suena ingenuo, pero resulta que nosotros hemos acudido a muchos espacios y hemos encontrado la disposición de la gente mientras se les brinde la herramienta. Otro desafío es lograr que el método esté automatizado: si desarrollamos una herramienta que brinde en línea soporte, que dé acceso a productores curriculares en muchas partes, estos van a poder acceder a un conjunto de módulos, donde están las reglas de cómo producir los contenidos y a eso estamos apostando.

—¿Qué ventajas tiene la transformación curricular?
— Nosotros les presentamos a las universidades del país el cambio que hicimos en el currículo de las unidades de aprendizaje. Muchas universidades tienen armado su plan de estudios con unidades curriculares, eso es muy técnico si yo voy a hacer una carrera en construcción civil o en mecánica, esas unidades curriculares me la deberían validar en el sistema de educación superior, lo que significa que estudiar en el Inces ya no es estar fuera de la universidad sino estar dentro, y en ese proceso estamos. Nos sentamos con 22 universidades en el marco del aniversario y todas mostraron disposición para validar este proceso, es decir, los certificados que emitamos por unidades curriculares a partir del año 2023, porque aún no tenemos activo este plan, actualmente operamos con el currículo viejo.

—¿Tienen identificados a los colaboradores?
—Sí, nosotros hicimos un modelo de gestión, Matriz Programática, para poder acudir al territorio en diversos ámbitos, donde se está produciendo procesos productivos y con ellos conocimientos productivos; no es nada más los centros del Inces con sus laboratorios, talleres y aulas, a ello súmales las universidades, las escuelas técnicas, los liceos, el mundo educativo, agrega las empresas, industrias, espacios donde hay iniciativas productivas, emprendimientos, los centros militares de investigación. Este diagnóstico ya lo tenemos en un sistema que nos produce unos mapas para ubicar las comunas en el territorio y saber por ejemplo cuáles tienen proyectos y de qué tipos.

El objetivo es acudir a aquellas comunas donde el proceso ya esté avanzado en la producción de bienes y servicios, la tecnología que usan. Eso es válido también para mapear las industrias básicas, medianas, pequeñas, las cámaras de los empresarios, por ejemplo la asociación de mecánicos, de hoteles cinco estrellas, y con todos ellos vamos haciendo convenios, donde además de asistirlos en una formación técnica o una puntual, hay un compromiso de ellos, de aportar constructores de currículos, docentes, espacios, y eso lo hacemos a partir de la demanda específica que tenga esa empresa, comuna o centro de investigación.

—¿Cuándo arrancan con el uso de las nuevas unidades curriculares?
—Los equipos están trabajando a todo tren para arrancar en enero, pero qué importancia tiene desde el punto de vista social, todo el que se forme en nuestros espacios ya no puede ser visto como una persona por fuera del sistema educativo, sino al contrario, estudiar en el Inces será estudiar en muchas universidades, porque las unidades curriculares pueden ser parte de recorrido homologado en cualquiera de las carreras universitarias a las que acudan, eso es un aspecto importante; es decir, si antes no eras admitido en la universidad te mandaban para el instituto, ahora la formación es un recorrido universitario. Actualmente, estamos formulando convenios con la Universidad Simón Rodríguez, la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), Universidad Experimental de la Gran Caracas (Unexca), la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (Unefa) y las politécnicas territoriales.

—¿Qué oficios tienen mayor demanda en el Inces por parte del sector privado?
—Las diferentes industrias, las grandes, medianas y pequeñas empresas han indicado la prioridad en qué áreas atender, dónde enfocar la formación. En el acercamiento con ellas diagnosticamos que todas las cámaras del sector industrial empresarial sufren de lo que padecemos la mayoría, se le fue la mano de obra y sobre todo los especialistas. Por ejemplo, las cámaras profesionales como el calzado, que necesitan de personas que han tenido 20 o 30 años en costura o manejando máquinas, vas a un taller grande calzado y ves que carecen de eso, al visitarlos vez mucha gente mayor. Hay un problemón ahí, tú le dices a un joven mira vamos a formarte en calzado y él te dice “¿qué?” y ese ya es un elemento de la realidad, no logramos tener una estrategia que atrape a la juventud que está bombardeada por las nuevas tecnologías. Si antes teníamos el problema de que todo el mundo quería ser abogado, ahora todos quieren hacer dinero con criptoactivos y redes sociales. El Inces trabaja en cómo vencer esa apatía de la juventud hacia esas ocupaciones tradicionales con la Feven, OBE y los movimientos de aprendices.

—¿Cómo surgió la idea de crear un aula de domótica?
— Eso fue una iniciativa de una empresa, aprovechamos de invitar a todas las empresas que quieran acercarse al Inces y establecer acuerdos para desarrollar aulas en las áreas en las cuales esas empresas tengan interés en participar. Esta empresa se llama Vimar, está ubicada en Guatire, ella prevé de insumos eléctricos al sector de la construcción en general, privado y público, entre ellos la Gran Misión Vivienda. Ellos plantearon que estaban interesados en introducir en el país todo el campo de la domótica, de promover y desarrollar con los jóvenes, por un lado conocer de qué va, cómo es que a partir de las tecnologías controlas todos los dispositivos en una casa o en un edificio, y por otro lado qué tipo de formaciones técnicas se deben dominar para producir esos controles con aplicaciones desde el teléfono. Todo esto abre un campo de trabajo para la juventud, iniciamos con una experiencia piloto en el centro de formación Danilo Anderson que está en Los Cortijos; la empresa habilitó el aula, nos equipó con los paneles de control e iniciamos un proceso de formación de formadores que son los que van a formar en el interior del país, vamos a desarrollarlos en determinadas ciudades donde hay campo de trabajos para los jóvenes. El grupo que se forma en esas aulas quedan insertos en las aulas de trabajo. Asimismo, se tiene previsto crear un aula en fibra óptica y accesorios para celulares.

Datos

Mesas de desarrollo curricular. Son una instancia de construcción y crecimiento permanente. Están conformadas por Corpoelec, Metro de Caracas, Cantv, Recreación y los miembros de los centros de formación del Inces.
Campo virtual. Es una herramienta que nació como una necesidad durante la pandemia del covid-19 y ha brindado la atención a 3.646 participantes en 14 unidades curriculares. Igualmente, a través del convenio con la Fundación Telefónica – España, se han llevado a cabo 19 cursos y se contó con una matrícula de 1.226 alumnos.
Escuela de emprendimiento. Está ubicada en el Centro de Formación Socialista Jorge Rodríguez. Desde este espacio se orientó que en cada centro se conforme un núcleo. Cuenta con varias salas de creación, entrenamiento, usos múltiples, conexiones y reuniones, siete aulas para la formación. Hasta la fecha se han atendido 38 maestros técnicos productivos con talleres para las pequeñas y medianas industrias, igualmente 23 emprendedores han participado en las charlas de motivación personal y 18 iniciativas recibieron formación integral sobre el manejo de la contabilidad en empresas.