Alberto Fernández no resigna su sueño reeleccionista ni tampoco su plan para ordenar al PJ, camino a las PASO 2023. Aunque utópica, mantiene la idea de relanzar el partido justicialista con un acto de reinauguración de la renovada sede de la calle Matheu el próximo 24 de febrero. Ese día -mientras muestre el nuevo quincho y auditorio, sedes de grandes roscas políticas- pediría llamar a una reunión del Congreso partidario que con piloto automático maneja Gildo Insfrán desde Formosa.
Envalentonado con la visita de José Inacio 'Lula' da Silva, su cierre como presidente y anfitrión de la CELAC, y hasta por un aspecto más humano como su mejora física, hace pocos días volvió a decirle a sus íntimos que tiene que "asumir el rol de armar" la estrategia para este 2023. Le será difícil en un Frente de Todos en crisis permanente y que desconoce su autoridad.
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Además está convencido de que Cristina Kirchner se bajó de la carrera presidencial después de la condena judicial, por lo que volvió a caminar el país sin pedir permiso. Este fin de semana Máximo Kirchner le hizo saber a través de una entrevista pública que "tiene la responsabilidad" de modificar la situación de la Vicepresidenta como jefe del partido y Presidente de la Nación. "Tiene un rol fundamental en este asunto, que no puede esquivar" le dijo quizás esperando que al convocar al PJ haga un pronunciamiento a favor de CFK que la habilite a ser candidata mientras no esté firme la condena.
EL ROL DE LA CGT Y LOS GOBERNADORES
El optimismo del albertismo, expresado en varias sobremesas, apunta a que cuando baje la inflación el Presidente, logre el acompañamiento de gobernadores, movimientos sociales y de la CGT. Para eso y con tres años de demora, Fernández querría institucionalizar el Frente de Todos con características similares al Frente Amplio uruguayo que tantas veces elogió. Lo alentó la foto de Lula en Montevideo con el ex presidente José "Pepe" Mujica. Él mismo, durante la campaña, visitó la chacra del uruguayo con el proyecto de repetir el modelo oriental. Tras la pandemia, el Presidente desistió y en lugar de presidir el Frente de Todos asumió en el PJ.
Mal que le pese a muchos, Cristina Kirchner sigue concentrando gran parte del liderazgo y los votos. Y lo que no controla ella está loteado entre distintos dirigentes, entre ellos Sergio Massa.
Hay que sentarse a hablar, no es conveniente ir a la elección con un grado de distorsión tan grande respecto de la realidad política
"Hace tiempo que reclamamos una mesa política donde yo no quiero estar, pero corresponde que estén otros compañeros y compañeras. Hay que sentarse a hablar, no es conveniente ir a la elección con un grado de distorsión tan grande respecto de la realidad política", dijo en la misma entrevista concedida a El cohete a la luna el diputado Kirchner.
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En plena campaña por su propia reelección, el gobernador Axel Kicillof agregó este lunes que "la unidad en la Provincia no está en riesgo. A nivel nacional, todos entendemos que tenemos que ir con unidad, pero en el peronismo siempre la determinación de las candidaturas implica negociaciones y discusiones".
Sobre esas discusiones se sumó desde Avellaneda el intendente Jorge Ferraresi, que hace meses reclama una estrategia electoral. Como la sangría se da en público, fue en Futurock donde el ex ministro de Desarrollo y Hábitat blanqueó que "los debates de gestión hay que debatirlos en una interna electoral, los daremos en las primarias. Tenemos que tener gente con la suficiente valentía para tomar decisiones y experiencias de gestión positiva". Y apuntó que el propio Presidente tiene que decir qué quiere ser.