"En Rosario es peligroso hasta respirar": la protesta de vecinos contra los incendios en el Delta del Paraná

Miles de rosarinos se concentraron esta tarde en el Monumento Nacional a la Bandera para exigir que cesen los incendios en el Delta del Paraná, una práctica que provoca severos daños ambientales y altos niveles de contaminación en el aire.

“Basta de ecocidio”, “En Rosario es peligroso hasta respirar” o “Hay más humo que sentido común”, podía leerse en alguno de los cientos de carteles improvisados que llevaban los manifestantes.

La multitudinaria convocatoria se lanzó el fin de semana, cuando el humo que llegaba proveniente de las islas entrerrianas contaminaba el ambiente en Rosario y en localidades del sur de Santa Fe. El llamado a una protesta se viralizó rápidamente.

“No podemos respirar. Basta de quemas. Basta de humo. Basta de esta violencia. Exigimos responsables. Que aparezca la Justicia. Cortá con tanta angustia e impotencia. Trae tu cartel y tus ganas de vivir en un mundo mejor”, planteaba la convocatoria por redes.

La movilización fue impulsada por ciudadanos autoconvocados y grupos ambientalistas, pero sumó además el respaldo de vecinos, organizaciones sociales, estudiantiles y gremiales.

En el lugar se montó una radio abierta a la que se sumaron científicos e investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y del Conicet. Una de las que tomó la palabra reclamó medidas urgentes. “Nadie nos va a defender. Tenemos que salir nosotros. Si no nuestros nietos no van a tener futuro”, planteó.

Los que se movilizaban en auto tocaban sus bocinas en una clara muestra de apoyo. Como una medida de protesta, la asamblea abierta que se organizó en el lugar adelantó que convocará a un corte del puente que une Rosario con la localidad entrerriana de Victoria. Esa medida se realizaría el mes próximo.

Entre los reclamos, los manifestantes insistían por el debate y la aprobación de la demorada Ley de Humedales, que se espera ayude a proteger una zona afectada por los incendios desde hace años.

“Ley de Humedales queremos ya y que a las islas las dejen de explotar”, cantaba un grupo de manifestantes. Lo mismo exigía un grupo identificado con carteles de la organización Greenpeace.

“Cristo de las redes, no nos abandones. Y en los espinales llévate tus matones. Ni ecologista ni pachamamista. Ciudadanos asfixiados”, se leía en una ingeniosa pancarta que intervenía la letra de “Oración del remanso”, canción de Jorge Fandermole que retrata la vida de los pescadores y de las islas en las que, mientras se desarrollaba la concentración, había incendios activos. Desde Rosario se observaban columnas de humo.

En el encuentro hubo críticas a los diferentes niveles del Estado y contra la Justicia. “Jueces y gobierno están rematando la supervivencia de sus propios hijos. Son una deshonra del pueblo”, rezaba un cartel que portaba una joven que estaba desde temprano apostada en el Monumento, junto a un cochecito en el que descansaba su bebé.

“Basta de ecocidio. Gobernantes no podemos respirar. Por nuestra fauna y flora. Justicia. Sólo queremos respirar”, planteaba una mujer llegada desde Arroyo Seco, una localidad ubicada al sur de Rosario, junto al río Paraná, donde también sufren por las quemas.

Un problema repetido El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Juan Cabandié, aseguró esta semana que el fuego en distintas zonas del Delta del Paraná es provocado de manera intencional por productores agropecuarios y agrícolas, cazadores e impulsores de proyectos inmobiliarios. Un problema que se agrava con la sequía y la bajante del río, que lleva tres años con registros alarmantes.

Cabandié se presentó el martes en el juzgado de Victoria para interiorizarse sobre los detalles de una causa que hasta el momento no ha logrado avanzar sobre los responsables de las quemas.

Entre otros elementos presentó la geolocalización de los campos incendiados. Durante la reunión el juez Federico Martín y el fiscal Federal Claudio Kishimoto adelantaron que reclamarán datos catastrales y que comenzarán a indagar a los titulares de esos predios o a quienes los arrendan.

Sólo este año, y de acuerdo a un relevamiento que publica el museo de ciencias naturales “Antonio Scasso”, de San Nicolás, se produjeron hasta el 7 de agosto 7.851 focos de calor en la zona del Plan integral estratégico para la conservación y el aprovechamiento sostenible (PIECAS) en el delta del Paraná, que se extiende desde la capital de Santa Fe hasta Campana.

Esa zona comprende una superficie aproximada de 2,3 millones de hectáreas, de las cuales la mayoría están concentradas en tres provincias: el 67% pertenece a Entre Ríos, el 8% a Santa Fe y el 16% está en territorio bonaerense. Algo menos de la mitad –950 mil hectáreas– se quemaron de 2020 a la fecha.

En los primeros siete meses de 2022 ya se superó en cantidad de focos detectados el total anual de todos los registros anteriores, con excepción de lo ocurrido en 2020 (se contabilizaron 39.552) y 2021 (14.722).

Las zonas afectadas en 2022 alcanzan las 110.405 hectáreas, seis veces la superficie de Rosario. Un ecocidio de imprevisibles consecuencias futuras que afecta a animales –cientos de especies de aves, mamíferos, reptiles, anfibios y peces–, y que daña la flora, el aire y el agua, una biodiversidad que es de las más ricas del país.

De acuerdo a un relevamiento realizado por la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Tecnológica Nacional, la calidad del aire en los últimos días, afectada por la quema en las islas, mostró en la ciudad claros niveles de contaminación: las partículas que lo afectan estaban un 41 por ciento por encima de lo permitido por las normas provinciales.

Ese nivel fue alcanzado en la zona del Monumento Nacional a la Bandera. De acuerdo a especialistas médicos, la situación que provoca la llegada de humo provoca daños a la salud, en especial a personas con enfermedades respiratorias, alergias o cuadros crónicos preexistentes.

El avance del humo provocó, el miércoles a la mañana, que debiera cerrarse la autopista que une Buenos Aires con Rosario ante la reducción en la visibilidad. Las quemas han provocado en los últimos meses accidentes en las principales trazas del sur santafesino y el norte bonaerense, algunos con consecuencias fatales.

La situación y el malestar escaló desde el fin de semana por la intensidad de los incendios y la afectación en el aire. A tal punto, que provocó un sacudón político en la provincia.

La aparición de pintadas reclamando por el cese de las quemas y de los homicidios (“Plomo y humo. El negocio de matar”), mensajes estampados sobre las fachadas de edificios públicos de Rosario como las sedes del municipio y de la gobernación, los tribunales provinciales de Justicia y la Catedral, derivaron en un reclamo del intendente Pablo Javkin por la falta de patrullaje y ahondaron la crisis en materia de seguridad, provocando la salida del ministro del área a nivel provincial, Jorge Lagna, y la renuncia de la jefa de policía, Emilce Chimenti.

Esa leyenda exhibida en los grafitis se convirtió casi en una consigna de resistencia. En la manifestación del Monumento eran varios los que la exhibían en carteles y en improvisados sombreros de papel con forma de barco. Algunas organizaciones ambientalistas admitieron estar detrás de ese reclamo expresado en la fachada de los edificios públicos. Un grito para denunciar dos de las problemáticas que más aquejan a los rosarinos.

Rosario. Corresponsalía

MG​