La historia presentada por Rueda comienza con una premisa simple. En la puerta de entrada de una empresa aparece un día un cartel con la leyenda “El día de ayer falleció la persona que impedía tu crecimiento en esta empresa”. Los empleados que van llegando y avistando el cartel entran en la duda sobre quién es esa persona, dirigiéndose apurados al área de deportes, el lugar donde se realizaría el velatorio.
“Tuvieron que llamar a seguridad para alinear las filas para entrar al velorio”, siguió contando Rueda. Al entrar al área de deportes, los empleados fueron recibidos con un ataúd y, uno a uno, pasaron por al lado de él, consumidos por la curiosidad. Pero cada empleado que lo hacía retornaba con una cara de asombro poco disimulable.
Dentro del ataúd, afirmó la coach, se hallaba un espejo. “La única persona que puede impedir tu crecimiento sos vos”, decía una inscripción debajo de él. “Con esta historia nos encontramos con una realidad que nos toca mucho: los propios limitadores del crecimiento somos, muchas veces, nosotros mismos”, explicó Rueda.
Estas limitaciones internas suelen aparecer en la forma de pensamientos, creencias, y en la construcción que cada uno tiene sobre su autoestima. Esto, en el área del coaching, se conoce como “creencias limitantes”. “Las creencias limitantes son los pensamientos que nos ponen límites, que dicen que no lo vamos a lograr. Es una percepción de la realidad totalmente equivocada”, afirmó la coach.
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Las creencias limitantes son las consecuencias de experiencias pasadas (tanto éxitos como fracasos) y aspectos de la cultura y educación en la que se vio envuelto cada uno. “Todas estas cosas van construyendo ese paradigma que todos tenemos. No está ni bien ni mal, pero la cosa es cuando nos impiden avanzar detrás del proyecto”, sostuvo.
Cuando la creencia se vuelve un obstáculo surge la creencia limitante. “En esos momentos entra la herramienta del coaching”, indicó Rueda. El coaching se basa en una serie de conversaciones con el objetivo de abrir espacios de aprendizaje, reflexión, crecimiento, y desarrollo.
Rueda señaló que es como “abrir un espacio nuevo a una nueva manera de ser y hacer las cosas”, que permita avanzar más efectivamente detrás de los objetivos más generales, rompiendo así con las creencias limitantes. “Lo repito: todos las tienen. El punto es darnos cuenta de que están ahí”, reiteró.
La constante evolución de la sociedad hace imposible la viabilidad de quedarse atrás en el entorno profesional o empresarial, y al momento de impedir que suceda eso, deshacerse de las creencias limitantes es un paso fundamental. “Nos encontramos muchas veces desde nuestra consultora con empresas con necesidad de innovar y están con estas preguntas inseguras. Estas preguntas ponen un límite a ese deseo de innovación”, manifestó.
Muchas personas están insatisfechas con sus vidas y expresan deseos por cambiar su rumbo, pero generalmente se frustran al no poder encontrar la manera de hacerlo o sienten temor ante la posibilidad de lograr un cambio verdadero. Esto, según Rueda, es incluso observable en las personas más influyentes de cualquier organización.
“En un cierto porcentaje, el temor al cambio es normal. Somos seres de hábito, pero esos son paradigmas de lo nuevo y el temor. ¿Qué hay detrás de ese miedo? A ese punto tenemos que llegar: cuál es esa creencia limitante”, explicó. Uno de los primeros pasos, por consiguiente, es catalogar a las limitaciones para así saber cómo superarlas.
Para eso es útil el coaching, y las conversaciones que se incluyen en él. “Una vez que descubrimos el origen de esas creencias, que a veces cuesta un poco, se pasa al diseño de una nueva manera de pensar”, afirmó la coach. La tarea es una mucho más profunda que sólo jurar lealtad a los pensamientos positivos: conlleva una reestructuración mental e ideológica completa.
Una vez se haya pensado con qué pensamientos reemplazar aquellos que se consideren “limitantes”, se debe pasar a desarrollar un plan de acción para ponerlos en práctica que, en el caso del emprendedurismo, lleva a una innovación buscada por muchos, pero lograda por muy pocos.
Esto, según aseveró Rueda, también es aplicable a políticas a nivel empresarial y hasta a nivel gubernamental. “Es muy importante que el líder pueda entender si hay creencias que lo limitan a él mismo en esa proyección de empresa, porque impactan a todo el resto del equipo, llámese país, empresa, o emprendimiento. Las creencias limitantes marcadas arriba bajarán sin dudas al resto de la estructura organizacional”, sostuvo.
El resultado de la superación de esos límites es una “satisfacción enorme”. “La primera emoción y motivación es la satisfacción, porque logramos vencer una barrera que no sabíamos de dónde venía”, indicó. Su identificación y superación tiende muchas veces a crear deseos de “conquistar más cosas”.
“No se trata solo de simples declaraciones. La semilla es un pensamiento, que se traslada a la comunicación, a un lenguaje, a acciones, a conductas que llevan a una realidad”, expresó Rueda. Muchas personas afirman “no querer” superarse, en un intento por no salir de su zona de confort, pero esto, afirmó la coach, son impedimentos autoimpuestos.
En caso de existir una resistencia a los cambios a nivel institucional, el coaching trabaja “con diferentes programas que ayudan a adaptar esa realidad nueva a la institución u organismo”. Para esto se trabaja tanto con la cúpula directiva como con los mandos medios y los equipos de trabajo, con tal de identificar los pensamientos limitantes y sus orígenes.
“Tenemos que indagar cuál es ese punto de inflexión, dónde está el pensamiento que está impidiendo que se avance, que muchas veces está relacionado con el temor a lo nuevo. Trabajamos con herramientas que involucran un aprendizaje, y ahí es donde sucede el cambio y el entrenamiento”, concluyó.
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— misionesonline.net (@misionesonline) August 9, 2022