La multinacional francesa Saint-Gobain compró una empresa en la Argentina y sigue apostando a un sector que crece en el país: la construcción con foco en nuevas soluciones y productos que aseguren mayor eficiencia.
Esta vez con la compra de una planta, la compañía de construcción liviana, busca crecer en el país. En este caso, la dueña de marcas como Weber, Isover y Megaflex, adquirió Térmica San Luis, una empresa familiar con 70 años de trayectoria y gran presencia comercial en la fabricación y venta de aislante de lana mineral.
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Ya a fines de 2021, la francesa había invertido u$s 200 millones, en alianza con la japonesa NSG, en una planta de fabricación de vidrio plano en Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires.
"Es una un objetivo que formaba parte de plan de ruta de Saint-Gobain en la región y nos permite reforzar nuestro liderazgo en el segmento de materiales de aislamiento donde ya éramos líderes en lana de vidrio y ahora buscamos serlo también en lana de roca", explicó a El Cronista, el CEO de la empresa para América latina, el español Javier Gimeno.
Si bien la firma no quiso dar a conocer el monto de la operación -"fue un precio competitivo", aseguraron-, si adelantó que, además del precio de compra, deberá hacer una inversión de 10 millones de euros (casi u$s 11 millones) para adecuar la planta a los estándares de la multinacional de origen francés en temas medio ambientales y, así en cuatro años, triplicar la capacidad de la fábrica, que hoy es de 2500 toneladas por año.
"Si bien los estándares de Térmica San Luis están al nivel de lo que le legislación argentina exige pero no están al nivel de los criterios de funcionamiento de Saint-Gobain establecen. Y ese gap, para producir con muchas menos energía de la que hoy se necesita, requiere inversiones adicionales bastante cuantiosas", señaló Gimeno, quien suma que "aumentar la capacidad es preciso para acompañar el mercado argentino que sigue creciendo".
El ejecutivo aseguró, además, que "la Argentina es un mercado vigoroso en el que vale la pena invertir. Vemos un alto potencial y lo mejor en nuestra historial aún se está por escribir. Es verdad que Argentina tiene elementos mejorables en términos de flujos de capital, de dificultades para importar. Pero, aun así este mercado se desarrolla de un forma muy rápida y donde queremos ser líderes, por eso aceleramos nuestro ritmo inversor".
Si bien este tipo de aislantes particularmente se usan en la construcción industrial para asegurar que las fábricas, al estar bien aisladas, usen muchas menos energía; también se puede usar en la construcción de viviendas y en otras industrias como la automotriz o la naval.
Justamente, en el caso de la industria automotriz, a mediados de 2020, Saint-Gobain trasladó la fábrica de parabrisas a Brasil. "Cuando hicimos esa inversión teníamos unas expectativas de crecimiento de la industria que nunca se cumplieron. Pero somos muy pragmáticos, y si el sector automotriz vuelve a crecer y de forma consistente, no tendremos ningún problema en volver".
Unos de los principios de la empresa francesa es producir tanto productos como servicios lo más cerca del lugar donde son vendidos. "El flujo de importaciones es un porcentaje muy pequeño de nuestras ventas, apenas un 1%", dijo el número uno de la región.
Ahora, con 15 fábricas en el país, la compañía cerró 2022 con un crecimiento de entre un 12 y un 14% en ventas. "Crecimos más que el sector, que lo hizo entre un 8 y un 10%; fundamentalmente porque en momentos de crisis la construcción se transforma en un refugio, y además porque nosotros estamos haciendo un trabajo de fondo con una nueva gama de productos que apuntan a la eficiencia que nos lleva a mejorar nuestra participación en el mercado", detalló Mariano Bó, CEO de la firma para Argentina, Chile y Perú.