(Desde San Pablo) - El voto evangelista es clave para las elecciones de este domingo en Brasil y es el sostén que tiene el presidente Jair Bolsonaro para forzar un balotaje, ya que es en este electorado donde radica su fortaleza para enfrentar al favorito, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, al que la extrema derecha acusa en las redes sociales de querer cerrar las iglesias.
No importa, a esta altura, si lo que llega a los teléfonos celulares es verdad o mentira.
El mensaje penetra sobre todo en el pueblo más pobre y ha llevado a que se registren casos de persecución contra pastores que no respaldan a Bolsonaro.
El caso de Cristiane Guimaraes, niñera en una mansión de Jardim Europa, el barrio más caro de San Pablo y residente de Perús, en la periferia de la mayor ciudad sudamericana, es un ejemplo de cómo Bolsonaro, incluso con una política de congelamiento de salarios, logra penetrar en las camadas más pobres afectadas por la inflación de la canasta básica de alimentos.
"Para mi Bolsonaro es un candidato que siempre se refiere a Dios, a la familia y del otro lado hay mucha corrupción", dijo Guimaraes a Télam, alineada con el presidente y el bolsonarismo, que ha hecho campaña con el paso por la prisión por 580 días de Lula, el expresidente del Partido de los Trabajadores que es favorito entre los más pobres, los que ganan menos de 400 dólares mensuales.
Según estimaciones, casi el 30% de la población brasileña es evangélica, en un país que también cuenta con la mayor cantidad de católicos del mundo.
El bolsonarismo ha hecho alianzas con Edir Macedo, el fundador de la Iglesia Universal y dueño del imperio mediático del segundo canal de aire, Record, y con Silas Malafaia, un pastor electrónico con el que ha viajado a Londres al funeral de la reina.
El bolsonarismo ha hecho alianzas con Edir Macedo, el fundador de la Iglesia Universal y dueño del imperio mediático del segundo canal de aire, RecordMalafaia repite que la mitad de la población del país será evangelista en Brasil dentro de 10 años, que con Bolsonaro en el poder ha incorporado al Palacio del Planalto a la Biblia como uno de los pilares civilizatorios de la extrema derecha.
"El otro lado está a favor del aborto y de la liberación de las drogas", repitió Bolsonaro en sus últimas propagandas electorales.
Entre los electores evangelistas, Bolsonaro tiene el 50% de apoyo, contra el 30% de Lula. La diferencia aumentó de 18 a 20 puntos en una semana.
Durante la campaña para las elecciones de 2018, en la que salió victorioso Bolsonaro, el político diseminó la "fake news" -algo por lo cual fue advertido por el Tribunal Superior Electoral- de que el candidato del PT de entonces, Fernando Haddad, ex ministro de Educación, quería repartir mamaderas con una tetina en forma de pene para las guarderías públicas.
En aquel momento, esa ola novedosa de cadenas de WhatsApp contrarrestó con éxito la marcha Ele Nao (El No), donde el progresismo y el feminismo marcharon contra Bolsonaro.
Esas imágenes lograron el efecto contrario en el público evangelista, donde los pastores comenzaron a ingresar a la política hasta llegar a la corte suprema.
Este año, Bolsonaro designó al pastor presbiteriano André Mendonça, el abogado del gobierno y su ministro de Justicia, como miembro del Supremo Tribunal Federal, donde estará por los próximos 30 años.
"He colocado en la corte un juez terriblemente evangélico, como prometimos", dijo el mandatario.
Entre los electores evangelistas, Bolsonaro tiene el 50% de apoyo, contra el 30% de LulaLa mano derecha del presidente es la fanática evangélica Michelle Bolsonaro, la primera dama, que en los actos de campaña oraba ante la multitud vestida de verde o de amarillo con la frase "Dios eligió a Brasil".
"Hace dos décadas había en todos los barrios y favelas comités partidarios sobre todo del PT. Eso comenzó a cambiar y ahora en todos los barrios y ciudades de Brasil hay alguna puerta que lleva a una iglesia evangelista", dijo a Télam Maria Aparecida Gomes, trabajadora municipal del hospital Mboio Mirim de Capao Redondo, una de las zonas más violentas de la periferia de San Pablo.
La campaña de Lula reforzó que fue durante el gobierno del exsindicalista que se legalizó como feriado la Marcha por Jesús y se firmó la ley de libertad religiosa.
Para Luis Sabanay, un pastor evangelista que es uno de los coordinadores de la campaña de Lula, el PT logró recupera terreno en el último mes entre el público cristiano, teniendo en cuenta que el expresidente gana entre los católicos.
"Nosotros no hacemos discusión de valores, sino que hacemos hincapié en la calidad de vida, en que defender a la familia es respetar la mesa familiar, esa es nuestra diferencia en la campaña", dijo en una entrevista con Télam.
Para Sabanay existe un "mesianismo", sobre todo en Michelle Bolsonaro, vinculado a la divulgación de noticias falsas y extorsiones.
"Ellos utilizan el artificio de la violencia religiosa persiguiendo pastores no bolsonaristas. Lo que hay que saber es que la falta de alimentos provocada por el modelo de este gobierno también es un ataque a las familias evangelistas", comentó Sabanay.