Lejana en la geografía, cuando construimos nuestra identidad nacional, llevábamos a China en nuestras venas. Lo reconoció la Asamblea Legislativa en la ley de celebración del día de la cultura china. Fue un punto emblemático de reconocimiento de un legado en un largo camino que aún no termina. En el 2003, el presidente Pacheco decretó la celebración cada primer lunes de octubre. La Ley 9733 cambió la fecha, que ahora debe coincidir con el comienzo del calendario chino, como un tributo a sus propias efemérides.
La cercanía del primer lunes de octubre genera reflexiones. Los primeros migrantes chinos llegaron a Costa Rica en 1855. Desde hace 167 años están entre nosotros. Estuvieron para construir el primer ferrocarril. En 1874, lideraron las primeras luchas laborales. Varios perdieron la vida en nuestra primera huelga obrera. El escenario fue el mismo de las otras jornadas inmortalizadas en Mamita Yunái. Pero esa primigenia vanguardia laboral china quedó en el olvido.
¿Y si no fuera casualidad sino presagio que la Municipalidad de San José pusiera el paseo de los Estudiantes para construir el barrio chino? A mí se me antoja esa decisión cargada de simbolismos. Relacionar a China con el paseo de los Estudiantes es una alegoría. Bien que nos costó reconocer el espacio que había logrado recuperar en el mundo. Costa Rica tuvo que encontrar agallas para establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China.
La ciudad de San José precedió al país porque se hermanó con Pekín mucho antes de que el país lo hiciera con China. Era una invitación a pensar. Lo hemos hecho, pero no enteramente. Todavía nos queda grande esa prometedora relación. Nos encadenamos a su gran iniciativa La Franja y la Ruta pero sin mucha imaginación. Nuestro tibio estilo no encuentra aún formas para un aprovechamiento audaz. Estamos “estudiando”, contemplando paralizados cómo Panamá se apresta junto con ella a emprender otro canal interoceánico y a desarrollar una vía ferroviaria de alta velocidad.
¿Y Costa Rica? He ahí el peso de la alegoría en nuestro realismo mágico. Nos quedamos en el paseo de los Estudiantes, bajo arcos decorativos, mientras el otro barrio chino crece y vitaliza la aldea global, lleno de promesas que no alcanzamos a fecundar.
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Velia Govaere, exviceministra de Economía, es catedrática de la UNED y especialista en Comercio Internacional con amplia experiencia en Centroamérica y el Caribe. Ha escrito tres libros sobre derecho comercial internacional y tratados de libre comercio. El más reciente se titula “Hegemonía de un modelo contradictorio en Costa Rica: procesos e impactos discordantes de los TLC”.