El secretario y el director general de la institución malagueña visitan uno por uno a sus vocales en la entidad para sugerirles que dejen el cargo antes del 31 de enero
La Fundación Unicaja se ha movilizado para asegurar el relevo de sus consejeros dominicales en Unicaja Banco. Hace unos días la institución, máximo accionista de la entidad financiera, envió a dos de sus altos cargos a visitar personalmente a tres de sus cuatro representantes en el órgano de gobierno del banco para persuadirles de que cesen en el cargo lo antes posible, según confirman a EL MUNDO fuentes conocedoras de estos encuentros.
Los portavoces que escogió la institución que preside José Manuel Domínguez para realizar esta ronda de contactos fueron Sergio Corral Delgado, director general de la Fundación Unicaja, y Juan Medina Serramitjana, secretario del Patronato de la institución y socio del despacho Sagardoy Abogados, una de las firmas de referencia en España en materia laboral.
Ambos se desplazaron desde Málaga para entrevistarse uno por uno con Manuel Muela, Petra Mateos y Teresa Sáez Ponte. Todos ellos, al igual que el también consejero dominical, Juan Fraile, fueron reelegidos en la etapa final del último mandato de Braulio Medel como presidente de la Fundación Unicaja, en la última gran renovación que vivió el consejo del banco tras la fusión con Liberbank. Fuentes de la Fundación han declinado hacer comentarios al respecto.
Sergio Corral y Juan Medina, este último en calidad de asesor legal de la Fundación, trasladaron a la terna de consejeros la conveniencia de que abandonen su asiento en el consejo de Unicaja a la mayor brevedad, al alegar que los tres han perdido la confianza de la Fundación, donde consideran que los vocales han dejado de servir a sus intereses. Fraile es, a día de hoy, el único que se salva de la quema pues, a ojos de la institución, habría demostrado su fidelidad a las voluntades del bloque malagueño.
Fecha clave, 31 de enero
El 31 de enero es una fecha marcada en rojo en el calendario de la Fundación. Se trata de la fecha en la que Unicaja deberá trasladar al Banco Central Europeo el plan de sucesión de su presidente, Manuel Azuaga, y el resultado de la reevaluación de su consejero delegado, Manuel Menéndez. El primero debe renunciar a los poderes ejecutivos, tal y como quedó recogido en el acuerdo de fusión con Liberbank. El segundo, debe someter su puesto al examen del consejo.
A la Fundación Unicaja le aprieta el calendario, dado que un relevo en bloque de sus consejeros sería determinante para la definición de la cúpula definitiva del banco combinado, así como para blindar el equilibrio de fuerzas dentro de la quinta entidad financiera del país.
La Fundación tiene dos vías para acometer el relevo en el consejo de Unicaja. La primera, y la menos controvertida, es el cese motu proprio de estos tres dominicales. La segunda pasa por celebrar una junta extraordinaria, convocada expresamente para destituir a estos tres consejeros.
La institución es consciente de que la opción de una junta extraordinaria levantaría ampollas en el Banco Central Europeo y en el Banco de España, que vigilan con especial celo la evolución de la batalla interna por el control del banco fusionado. Ambos supervisores entenderían el movimiento como un golpe de mano por parte de la Fundación, destinado a garantizar el "arraigo" malagueño de una entidad cotizada y, por tanto, sujeta a los más estrictos cánones internacionales de gobernanza.
Los tres consejeros en cuestión entienden que su mandato sigue vigente y que, dado que fueron refrendados por la junta de accionistas de Unicaja Banco, deben continuar en el cargo hasta que dicho órgano decida lo contrario. Además, defienden que en virtud de su puesto deben mirar por los intereses de la entidad y no solo por los de la Fundación, institución que, desde la salida de Braulio Medel, les ha estado trasladando distintas recomendaciones de voto.
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