El discurso oficial es nítido: el Partido Popular denuncia que la segunda moción de censura que presenta Vox contra el Gobierno de coalición es un "circo" y un "error". Por la extravagancia del candidato, porque "da un balón de oxígeno a Pedro Sánchez en su peor momento", desviando el foco mediático de las polémicas que le sacuden -como la de las rebajas de penas a violadores por la ley de sólo sí es sí- y porque otorga al presidente una victoria política con sus socios de investidura en el Parlamento.
Sin embargo, en privado, distintas personas del entorno de Alberto Núñez Feijóo ya empiezan a 'celebrar', discretamente, esta estrategia de la formación de Santiago Abascal. Porque creen que la "performance" de Ramón Tamames abrirá una fuga de votos procedentes de Vox hacia el PP. Como sucedió con Macarena Olona en las elecciones andaluzas.
Desde hace días, algunos dirigentes populares trazan un paralelismo entre ambos episodios, recordando que, al igual que Feijóo intentó convencer a Tamames para que no aceptara la propuesta de Vox de liderar la moción de censura, Juanma Moreno se encargó personalmente de hablar con Abascal, tratando sin éxito de persuadirle para que no nombrase a Olona como candidata.
[El 'salto' de Feijóo: sus encuestas le dan un 11% de votos del PSOE, el 15% de Vox y el 29% de Cs]
Si el líder del PP ha argumentado en más de una ocasión lo inoportuno de montar un "espectáculo" en el Congreso que, además, puede resultar rentable al PSOE en términos electorales a las puertas de unos comicios municipales y autonómicos, el presidente de la Junta de Andalucía pidió a Vox dar marcha atrás con Olona con el razonamiento de que nombrar a una figura tan reconocida dentro de la política española iba a movilizar en masa a los votantes de izquierda.
Inicialmente, el paso al frente de Tamames con la moción de censura supuso un jarro de agua fría en Génova. De la misma manera, en el Palacio de San Telmo saltaron las alarmas cuando Vox ratificó a Olona como candidata y comenzó una campaña con mensajes grandilocuentes que, pensaban en el equipo de Moreno, podía dificultar la carrera electoral. Los sondeos internos del PP, dos semanas antes de ir a votar en Andalucía, dibujaban un tablero muy fragmentado y con ninguna posibilidad de lograr la mayoría absoluta.
Las estridencias de Olona
Sin embargo, las estridencias de Olona desde su nombramiento hasta el día de las elecciones, empezando por un empadronamiento fallido en un pueblo de Granada -es alicantina de nacimiento-, siguiendo por los paseos de faralaes en la feria de Sevilla y hasta con un extraño parón de una semana en mitad de la campaña, llevaron a Vox a sacar un resultado pésimo en comparación con las expectativas del partido, que aspiraba a entrar en la Junta.
En la dirección del PP recuerdan que el nombramiento fallido de Olona, "una candidata cómica", fue determinante para la histórica mayoría absoluta de Moreno. "Consiguió que muchos votantes de Vox se pasaran a nuestras filas. Con otro candidato de perfil bajo, hubiesen conseguido perfectamente entre 18 y 20 diputados en el Parlamento andaluz y nosotros no hubiésemos tenido mayoría absoluta", admiten en la cúpula popular.
Por otro lado, señalan las citadas fuentes, el presidente de la Junta de Andalucía enarboló un discurso que también apuntaló un trasvase importante de votantes procedentes del PSOE. Si el favorito en las encuestas era Moreno, mejor "gobernar solo que mal acompañado". De ahí que el PP, apelando al "voto útil", consiguiera capitalizar el temor de muchos andaluces de izquierda a que Olona entrase en San Telmo.
Los máximos dirigentes del PP subrayan ahora que en un partido como Vox, "que es tercera fuerza política en España con 52 diputados", hay muchos "votantes serios que no entienden este circo de la moción con Tamames". "Es un sainete en toda regla", reiteran una y otra vez en Génova.
Para el PP, todo lo que está sucediendo estos días con la moción de censura "es ridículo": desde la elección del candidato, que no comparte muchos puntos del programa electoral de Vox, hasta la filtración del discurso una semana antes de que arranque el pleno.
La hoja de ruta que ha diseñado Génova para la moción es idéntica a la de Juanma Moreno. La consigna para Cuca Gamarra, que será quien intervenga desde la tribuna del Congreso, es ignorar a Vox y no confrontar directamente con Abascal. Tan sólo reiterará el argumentario de que la moción "no sirve para nada" y es una victoria política para Sánchez.
[Cuca Gamarra será la encargada de representar al PP en la moción de censura de Vox]
Por otro lado, Feijóo y el resto de dirigentes populares proseguirán con su discurso de que aspiran a ganar con una "mayoría suficiente" para no depender de nadie. Es decir, insistirán en pedir el apoyo a los votantes de centroizquierda con el argumento de que así, tras las municipales y autonómicas, el PP no tendrá que pactar con Vox.
En las últimas encuestas internas que ha recibido Feijóo, se aprecia un trasvase de votantes procedentes del PSOE del 11% y también de Vox, de un 15%. Si se mantiene esa tendencia, Génova confía en obtener una fuga de votos procedentes de la formación de Abascal mucho mayor.