Gorka Santamaría agradece el apoyo de la afición del Badajoz al finalizar el partido ante el Celta B. / J. V. ARNELAS
Los jugadores blanquinegros vuelven a demostrar que quieren el playoff en contra de las acusaciones de la gestora de falta de profesionalidad
El Badajoz tiene más vidas que un gato. Se ha despedido del playoff en varias ocasiones a lo largo de la temporada y vuelve a resurgir. Consigue asomar la cabeza de nuevo haciendo la goma para reaparecer por las primeras posiciones. Nunca se rinde. Todo un ejercicio de resistencia y superación. Más allá de estar enterrado en vida por el desamparo institucional, al equipo blanquinegro le habían dado por muerto en sus aspiraciones de ascenso. Primero fue la derrota ante el DUX, después los pinchazos ante el SD Logroñés en Las Gaunas y el Calahorra en casa y hace dos semanas tras perder en Valladolid. El último empate frente al Celta B en el Nuevo Vivero también fue un mal menor porque sus rivales se empeñan en regalarle una vida extra. Y a ese respirador se ha agarrado tan fuerte que está más vivo que nunca. «Es de agradecer lo que están haciendo», remarcaba Isaac Jové en relación a sus jugadores por su delicada situación.
Lo tiene tan cerca y queda tan poco que justo un año después de sufrir la gran depresión quiere repetir para resarcirse. El Badajoz llega a las dos últimas jornadas en puestos de playoff, una situación que pocos podían aventurar en medio del caos institucional en el que está inmerso el club desde este verano. «Nadie esperaba llegar así a este momento», exponía Isaac Jové tras el empate ante el filial celeste.
No lo tenía tampoco fácil en el terreno de juego porque en febrero estaba a 8 puntos de la quinta plaza. Pero el vestuario blanquinegro siempre creyó, convencido que su momento tenía que llegar. Y ahí está. Contra todo pronóstico y todo tipo de elementos ha atrapado de nuevo el playoff en la parte decisiva del campeonato. La afición también cree y estos días se ilusiona recordando el extraordinario ambiente vivido en Almendralejo hace un año. La fatalidad que ocurrió siete días después ya es otra historia. Y esa espina quieren sacarse certificando el billete a Galicia. El equipo se lo transmite en el césped y la grada se contagia alentando que «sí se puede».
La plantilla ha pasado por todo tipo de situaciones desagradables y rocambolescas. Pero siempre ha sido un ejemplo de compromiso y entrega por defender un escudo. «Este equipo ha sufrido altibajos en su estado anímico que han tenido que superar», subrayaba el técnico del Badajoz. Luis Oliver cuestionó su profesionalidad y les acusó de falta de intensidad en Valladolid durante una entrevista para Canal Extremadura. Pero los futbolistas volvieron a hablar en el campo y demostraron una vez más que quieren el playoff. Como hicieron jornadas atrás ante el Talavera, Tudelano, Deportivo, Real Unión, Unionistas o Bilbao Athletic. Es su gran oportunidad de poner un final dulce a una auténtica pesadilla.
El playoff es lo que mantiene en pie a un Badajoz donde todo pende de un hilo muy fino. Y esa chispa sin nada en juego podría haber prendido en cualquier momento. Pero el equipo pacense ha llegado al epílogo con vida. «Nos quedan dos finales. Dependemos de nosotros mismos y tenemos que trabajar mucho para sacarlas», apuntaba Jové. Pero los dos enfrentamientos que le quedan son precisamente ante sus dos rivales más directos, UD Logroñés y Rayo Majadahonda. Están igualados a 56 puntos y de los tres, solo pacenses y madrileños dependen de sí mismos, ya que los riojanos tienen perdido el golaverage con los majariegos en caso de ganar ambos sus dos partidos.