Tras el anuncio de su separación con Íñigo Onieva, la marquesa abandonó su piso en el centro de Madrid para refugiarse en la mansión familiar, donde ha estado recibiendo una visita muy especial diariamente
En los últimos días, y a medida que hemos ido conociendo más detalles de la ruptura del momento, Tamara no ha dejado de recibir visitas de sus seres queridos, que no han dudado en desplazarse hasta la residencia de Isabel Preysler para arroparla en estos durísimos momentos.
Además de Ana Boyer, que regresó de urgencia a Madrid con sus hijos cuando su hermana rompió su compromiso, de su monitor de yoga - ya que el deporte la está ayudando a sobrellevar esta situación - y de su estilista, que supervisó personalmente el look elegido por la socalité en su reaparición ante la prensa el pasado martes, Tamara ha recibido estos días una visita muy especial.
Y es que un sacerdote de confianza ha acudido diariamente a la casa de Isabel Preysler para dar consuelo a la marquesa de Griñón, ejerciendo de su guía espiritual y consiguiendo que Tamara afronte este delicado trance refugiándose en su fé, una gran ayuda para sobrellevar su ruptura con Íñigo.