Los tres meses de encarcelamiento experimentados en 2020 fueron tan traumáticos, extraños y sacrificatorios que las consecuencias emocionales continuaron surgiendo dos años después. Lo aquejan particularmente los adolescentes que han visto interrumpido su ciclo de vida en una etapa que resultó ser significativa. No vivieron lo que tenían que vivir, no experimentaron l
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Intimidación policial. Decenas de vecinos se congregaron ayer frente a un edificio de la calle Floranes de Santander, ante los gritos de los menores que amenazaban con subirse al tejado y suicidarse. La Policía Nacional intervino y, mediante la comparecencia de un negociador, la convenció de que desistiera de su intención de quitarse la vida. / DM