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De cronista deportivo a 'padrino' literario: Rajoy reaparece y reúne a históricos del PP junto a Pons

El Hotel Intercontinental de Madrid ha sido testigo esta noche de la 'unión' real del PP. El 'viejo', el nuevo, el de ayer, el de hoy, el amigo y el otrora adversario. Y el pegamento no ha sido otro que Mariano Rajoy, que reapareció hace unas semanas como cronista deportivo y ahora parece hacer las veces de anfitrión literario. El 'apadrinado' ha sido el actual vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, que también cumplió el rol de hombre fuerte del expresidente del Gobierno y que este miércoles ha presentado su último libro, El Escaño de Satanás, un relato que, como ha enunciado el propio Rajoy, mezcla realidad con ficción y tiene como escenario el propio Congreso de los Diputados.

El Hotel Intercontinental de Madrid ha sido testigo esta noche de la 'unión' real del PP. El 'viejo', el nuevo, el de ayer, el de hoy, el amigo y el otrora adversario. Y el pegamento no ha sido otro que Mariano Rajoy, que reapareció hace unas semanas como cronista deportivo y ahora parece hacer las veces de anfitrión literario. El 'apadrinado' ha sido el actual vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, que también cumplió el rol de hombre fuerte del expresidente del Gobierno y que este miércoles ha presentado su último libro, El Escaño de Satanás, un relato que, como ha enunciado el propio Rajoy, mezcla realidad con ficción y tiene como escenario el propio Congreso de los Diputados.

El expresidente del Gobierno ha destripado ante un nutrido grupo de políticos del PP y exministros del partido el libro de su "buen amigo" Pons. Rajoy no defraudó y tiró de ironía para mezclar la línea argumental de la ficción literaria con la realidad que se vive en el Congreso de los Diputados. "Cuando en un país los políticos dejan de tomarse a sí mismos en serio, ocurre que los que no creen en la política ocupan el poder", afirmaba, trazando un paralelismo entre el día a día y el libro de González Pons.

En el Paseo de la Castellana se ha dado cita lo más nutrido del PP. Desde históricos del partido, como Luisa Fernanda Rudi, Jesús Posada, José Manuel Soria, Íñigo Méndez de Vigo o Ana Mato hasta presidentes territoriales como Carlos Iturgaiz o José Antonio Monago. La cita estuvo 'bendecida' por Alberto Núñez Feijóo, al que tanto Pons como Rajoy auguraron un "excelente" futuro político, así como la plana mayor de Génova y un gran número de diputados y senadores. Tampoco faltaron las sorpresas, como la reaparición pública del exsecretario general del PP, Teodoro García Egea, hace tan sólo unos meses enfrentado a otros de los presentes, como la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

La mano derecha de Pablo Casado no coincidió, sin embargo, con su archienemiga Isabel Díaz Ayuso, que decidió ausentarse del evento. Pero sí cruzó algunas palabras con Alberto Núñez Feijóo, al que saludó con una amplia sonrisa, y con Mariano Rajoy. También con excompañeros de filas, como José Luis Martínez-Almeida, con quien trabajó unos meses en la dirección; o Cuca Gamarra, que permaneció leal a la anterior dirección hasta que el barco comenzó hundirse. Como todo en política, de aquellos tiempos parecía haber pasado una eternidad.

De la acelerada actualidad política también se hizo eco Esteban González Pons, quien por la mañana denuncia el "asalto" institucional de Sánchez y la "violación del Estado de Derecho" por los pactos con los "sediciosos" como por la noche habla de "vampiros, tumbas y lenguas cortadas". "Miren al Congreso real esta mañana (...). Pero, ¿qué ocurre en la novela de González Pons que no ocurra en la vida real?", cuestionaba, ante el aplauso sincero de un público entregado.

Pero el protagonista de la jornada volvió a ser Mariano Rajoy, al que ahora se dirigen todas las miradas por unas crónicas deportivas breves y redactadas vía nota de voz. En su entorno aseguran que está "feliz", que ve a Feijóo "muy bien" y que el frenesí político, que abandonó hace unos años, no le quita ya el sueño. Sin más. Porque lo bueno, si breve, dos veces bueno.