El Antela conquista los primeros puntos de la temporada después de terminar pidiendo la hora de un partido que debió ganar con un marcador abultado
Tardó tres jornadas, pero llegó a lo grande. El Antela más desatado conquistó los primeros puntos de la temporada a costa de un Cultural Areas que solo compareció en la última media hora. Por momentos, la superioridad ourensana fue hasta abusiva, solo que únicamente le dio para apañar una ventaja de dos goles que, a la postre, poco faltó para que resultara insuficiente. Cosas de no matar el partido, los limianos acabaron sacando agua con cubos, a la caza de una contra que resolviese, pero que nunca llegó. Con todo, las sensaciones que dejó el partido son de lo más prometedoras.
A los dieciocho minutos de juego ya ganaban 2-0 los de Sabucedo que, antes del primer gol, y llegó en el cinco, ya habían rondado el marco visitante con una pared entre Charly y Tumbeiro y un centro lateral después que interceptó el guardameta y con un mano a mano en el que se vio Breixo antes de aturullarse. Llegó ese 1-0, Charly golpeó con comodidad una pelota servida desde la izquierda.
Mientras esperaban la comparecencia de los pontevedreses, los locales siguieron a lo suyo, una cascada de llegadas que presagiaban una victoria abultadísima. La tuvo Tumbeiro, al que se le escapó a un dedo del poste, ese mismo dedo que también le sobró al cabezazo de Breixo. Tan superior era el Antela que hasta Charly probó intentándolo desde su propio campo. Dado que no había manera, la suerte apareció en forma de rebote, el pelotazo en forma de despeje del portero golpeó en Tumbeiro y de ahí marchó a la red. 2-0, poco era para lo que podía ser.
Cómo lo vería Dani Fernández, el entrenador visitante, que al más puro estilo Paco Jémez, pero yendo mucho más allá, introdujo cuatro cambios de una tacada a la media hora de juego. Ni por esas, en A Moreira el que reinaba era Tumbeiro, primero con un señor regate que no acabó bien, después con una contra que acabó tirando demasiado arriba.
Fue volver del descanso y continuar el Antela desmelenado, Fabio encaró, sentó al portero y remató alto. Un minuto después, Jony estampó la pelota contra el guardameta. Era un festival, pero de lamentos.
Cerca de la hora de juego le llegó al fin una pelota a Suso, que atrapó junto al palo el lanzamiento de Víctor. Llegó entonces el minuto 61, un balón en banda aparentemente sin peligro lo condujo Kevin hasta que lo estampó en la puerta.
Aparecieron los sudores fríos entonces. Cómo era posible esto. De repente, los ourensanos se vieron atrapados, ante el dilema de seguir buscando el gol para sentenciar o guardar la viña. No renunciaron a lo primero, solo que no encontraron esa oportunidad que buscaban. Por contra, aun sin pasar unos agobios excesivos, debieron santiguarse para que el cabezazo de Capelo acabara marchándose por palmo y medio y sobre todo para que pegara fatal a la pelota cuando estaba solísimo en el punto de penalti.
Los siete minutos de prolongación se hicieron largos, más bien parecieron siete horas. Cada balón que se paraba parecía el final, que, sin embargo, no llegaba. El último estertor visitante llegó desde la cabeza de Kevin.
Continúa con la L de novato el Antela, solo que ya conoce la victoria. Y eso supone mucho.
