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El Arnoia mereció más

El equipo de Adrián Padrón perdonó en un gran primer tiempo y sucumbió al acierto de un Juvenil mucho más acertado


El Atlético Arnoia sufrió la primera derrota del curso al sucumbir en A Queixeira por 0-2 ante el Juvenil de Ponteareas, en un partido en el que encajó los dos tantos en la segunda parte y en el que mereció una suerte mejor.

La tarde de fútbol prometía un buen espectáculo. Se enfrentaban dos equipos recién descendidos, con la ilusión y las ganas por volver a pelear por el lugar perdido. Los dos con muchas caras conocidas, los dos reforzando la confianza en el banquillo pese a la pérdida de categoría.

El Arnoia llegaba con la flecha para arriba, con la confianza que da la victoria en sus dos primeros partidos. El Juvenil de Ponteareas, por contra, con el temor de no adaptarse a un campo pequeño que no iba a ser propicio. Lo advertía su “coach” Lino Estévez en la previa y así lo tradujo en el terreno de juego. Una alineación “de Romanos”, como dirían los más antiguos catedráticos del balompié. La altura media sobrepasaba de largo el 1’80.

Todo lo dicho ocurrió en los primeros 45 minutos, con un Arnoia que fue superior y que fruto de ello tuvo dos clarísimas oportunidades para “abrir” la lata. Las dos con Rubén Arce como protagonista, que por el “carril del 8”, su banda derecha, encontró una autovía desquiciando a su par.  No fueron las únicas, pero sí las que más cerca estuvieron del cántico del gol en el aficionado local.  La primera con centro y remate de cabeza de Alfredo al palo, la segunda con un balón muerto en el área que sacaba la defensa bajo palos. Entre medias, mucha intensidad en ambos equipos, una falta marca de la casa del “Mago Frodovic” con peligro y una víctima Rubén Lamelas que con molestias tuvo que abandonar el terreno de juego un poco antes del descanso, entrando en su lugar Mitogo. Dani Vázquez, ayer sustituto de Rucho Sotelo en la punta, retrasaría su posición. Todavía hubo tiempo para que el público protestase un agarrón del jugador visitante Carlos que pudo ser la segunda amarilla.

En el segundo acto, cambiaría la decoración, pese a que el guión del partido fuese el mismo. Rubén Arce seguía a la suya, pero con menos licencias por parte de un Doval más atinado en defensa que se compensaba con un juego más coral del equipo. El gol parecía estar cerca.

No fue así. Fue todo lo contrario. Brais, merced a un gran pase entre líneas, marcaba el primero para los visitantes en el minuto 52 y como si de balonmano se tratase fue inmediatamente cambiado por Gonzalo. El cerrojado de Juvenil de Ponteareas fue un hecho. Lino no dudó.

Pese a este jarro de agua fría,  los de Adrián Padrón no se vinieron abajo y siguieron buscando el área contraria.

La mejor oportunidad fue para Roca, con un disparo que golpeó de manera violenta contra el travesaño.  

También la tuvo para el Juvenil el capitán Portas, encontrando la madera tras un golpe franco de belleza factura.

Tras otro balón sacado bajo palos por los rojiblancos llegaría la sentencia en el 78, en el quizá único despiste defensivo reprochable a los locales en el día de ayer. Gonzalo no la desaprovechó y la rubricó tras un golpeo de cabeza y un balón a tierra propicio a sus intereses.

A partir de ahí, prisas y precipitación en los locales, que no empaña el buen encuentro y las buenas sensaciones de cara al futuro. La paradoja del buen juego y nulo rédito, la máxima de “si perdonas pierdes”, se había consumado.