Gustavo Gónzalez, un catalán jubilado, pasa los veranos en la comarca de Trives y describe sus cosas favoritas de la región
Cuando tenía apenas 10 años, Gustavo hizo un viaje a Barcelona con sus padres. La idea de mejorar su situación y porque sufría una pérdida severa de visión y sus padres querían brindarle la mejor solución posible. Proveniente de una familia que ya sabía lo que era la inmigración, pues sus abuelos ya habían pasado por Cuba, este vecino de la localidad de As Forcadas, Chandrexa de Queixa, vive a mil kilómetros de distancia y aunque empezó una nueva vida, siempre estuvo muy unido a su familia. Tierra gallega, prueba de ello es que el gallego siguió siendo la primera lengua en su casa. Un niño de 10 años seguía escuchando y ahora, en el retiro, sigue hablando gallego a la perfección.
¿Qué significa para ti volver a Chandrexa y los Trives?
Para mí, volver aquí es reencontrarme con mi familia. Aún tengo primos. y familia aquí.
¿Cómo recuerdas el cambio de vida del campo a la ciudad?
En Barcelona recuerdo lo difícil que fue adaptarse a la escuela cuando Llegué. En As Forcadas, los profesores solo venían unas horas una o dos veces por semana. De repente tuve que viajar todos los días y no funcionó tan bien.
Estuvo en contacto con esta tierra. ¿Cómo ha cambiado esto desde que era un niño?
Me tomó unos días considerando el tiempo. Las carreteras son diferentes y los coches son… imagínense.
Cada vez que vuelvo a la tierra de Chandrexa de Queixa, ¿qué sigue siendo lo que más me gusta?
Me gusta como la gente aquí me gusta mucho Son muy amables y abiertos y encajan fácilmente. Por favor ven a esta área. Destaco la quietud, la tranquilidad que hay aquí en una ciudad que es casi invisible.
Vamos a esta zona...
El mayor problema es poder moverse de un lugar a otro. No hay mucho transporte público. , y hay que adaptarse a su horario.
¿Y la gastronomía?
Quiero señalar que ponen mucha comida en el plato. 51}
