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La demanda de viviendas para estudiantes supera la oferta

La ciudad es un destino atractivo debido a su asequibilidad y al lento crecimiento de los alquileres

Los pisos y los precios medios de alquiler hacen Ourense un destino asequible para los estudiantes que deciden estudiar en los campus de la UVigo o en los centros de formación profesional. Según datos del Observatorio da Vivenda de Galicia, de los siete concejos más importantes de Galicia, el municipio de As Burgas ganó una media de 436,20 euros al mes el pasado mes de junio, por delante de Ferrol (387,70 euros) y Lugo (411).  

En Ourense, los estudiantes generalmente intentan compartir propiedades para que el alquiler esté entre 150 y 200 € al mes. Otra de las ventajas de la ciudad es que los precios son relativamente estables: según los últimos datos de junio, las rentas medias han subido solo un 3,5 % respecto al mismo mes de 2021. En cinco años, se ha registrado un aumento del 19,2 %, lo que la hace más barata que la más cara La Coruña (26%).

A pesar de las ventajas, este tipo de inquilino tiene cada vez más obstáculos para encontrar una vivienda, según confirman las inmobiliarias. Porque los dueños de departamentos no quieren alojar estudiantes”, señala Carlos Iglesias de Remax Habitat.

"Si tienes 20 pisos de alquiler en cartera, solo hay dos para estudiantes", dice el director del Centro Inmobiliario, Ramón Fernández. Este desequilibrio se hace notar a la hora de asegurar un apartamento para el año siguiente. Los más precavidos empiezan a buscar habitaciones baratas en mayo y ponen la mira en septiembre.

Además, Fernández señala una de las principales razones por las que los propietarios prefieren ceder sus apartamentos al tipo de inquilino que garantiza seguridad y compromiso a largo plazo. Prefieren 4 años de alquiler, tienen cierta estabilidad y no pueden quedarse 9 meses durante el curso.

Otro factor importante es la mala reputación de los jóvenes inquilinos a quienes les encantaría organizar fiestas en sus casas. “Los estudiantes universitarios, por ejemplo, no ofrecen la seguridad de un trato adecuado y protección de sus bienes como lo hacen los matrimonios y las parejas”, explica Fernández.