A los miembros de la familia okupa desalojada el pasado martes de un piso de la calle Ballestas, en Guarnizo, les duró poco el disgusto. Unas horas después de ser expulsados por la Guardia Civil y la Policía Local del piso en el que vivían de manera ilegal en el portal 7B, regresaron al edificio, accedieron al inmueble de al lado, y pasaron la
Este contenido es exclusivo para suscriptores
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
El bloque de viviendas afectado por las ocupaciones ilegales en la calle Ballestas, en Guarnizo. / Alberto Aja