Una mujer suiza de 32 años fue asesinada recientemente en una de estas fiestas ilegales en Zamora.
Históricamente, las notorias fiestas ilegales o "raves" se han asociado con la música electrónica y el exceso de alcohol y drogas como eventos encubiertos, de seguridad, de emergencia o de prevención de riesgos. aumenta los riesgos para la salud de los participantes.
Una de estas "raves" comenzó a moverse en las últimas horas a orillas del Embalse de Almendra. Una mujer suiza de 32 años fue la última en morir en el sitio de la desaparecida localidad de Zamora de Argusino. Desde la tarde del lunes, ningún novio, el resto de los participantes, o en definitiva un paramédico (Sasil) pudo salvarle la vida. Los cuerpos de las víctimas, que anteriormente padecían enfermedades del corazón y fallecieron por causas naturales, no mostraban signos evidentes de violencia, pero cuando el personal médico llegó a un lugar remoto, ya era demasiado tarde. Joaquín, Sara y Carlos ( nombres ficticios) son asiduos usuarios de este tipo de festivales, que suelen celebrarse en enclaves de difícil acceso alejados de los núcleos de población y no denunciados a las autoridades. Más bien, tal y como explican los organizadores, se difundirá a través de las redes sociales detallando los planes de desarrollo del evento y ofreciendo localizaciones secretas.
Abuso de sustancias, calor o Cullera (Valencia) Otras condiciones meteorológicas adversas, como la que provocaron la tragedia en el Festival Medusa, son factores de riesgo adicionales que ponen en riesgo la salud, e incluso pueden poner en riesgo la salud de los participantes. Los protocolos de emergencia y la ausencia de personal médico, entre otras medidas de seguridad, se suman al escenario.
¿Quién los organiza?
Una de las últimas grandes raves que se celebraron en España antes de tener lugar en Zamora se celebró durante cuatro días desde Nochevieja hasta el día 4 en una cantera abandonada en el desierto almeriense de Tabernas. , cuando la Guardia Civil pudo desalojarla tras 96 horas de vigilancia. Raúl Aguilera, portavoz de la Comandancia de Almería de la Benemérita, destacó que la "seguridad" de los agentes y auxiliares es una prioridad en este tipo de concentraciones ilegales. Estos últimos pueden estar bajo la influencia de sustancias estupefacientes y son un grave peligro si se los obliga a salir a la vía Es para identificar en forma plural a los organizadores que se están preparando para el evento a nivel de infraestructura, como bares. fiesta oficial.
La diferencia crítica, según esta guardia ciudadana, es la "ausencia absoluta" de protocolos de seguridad, emergencia o prevención de riesgos, y cualquier tipo de atención queda en manos improvisadas. Como el de la "rave" de Argusino que costó la vida a los participantes, puede pasar. Apaga el parlante y comenzará la búsqueda.
Algunos grupos son más problemáticos que las discotecas comerciales de música en los centros de las ciudades donde "se ganan la vida" vendiendo comida allí. "Hay muy buen ambiente", dice. Pero en estas fiestas a las que acuden "todo tipo de personas" de diferentes nacionalidades, el consumo de drogas que se pueden adquirir en el propio lugar, y la concentración de asistentes, puede hacer que alguien "se salga de control" y se convierta en una amenaza para otros. Si esto sucede, Sarah informa que es normal expulsar directamente "y por la fuerza" a cualquier persona que esté causando problemas.
En la última fiesta ilegal a la que asistieron Joaquín, Sara y Carlos, había incluso un lugar para vender alcohol y comida en el lugar con autos privados y vendedores ambulantes. "Tienen de todo, desde paella hasta carne con tomates", dice Sarah. Según los describen, son personas o grupos que se "ganan la vida" recorriendo lugares donde se realizan grandes "raves", brindando equipos de sonido o vendiendo comida y bebida.Estamos recaudando fondos.
Otro lado del negocio de estas partes es el narcotráfico. Los más habituales son los alucinógenos, los estimulantes y los depresores, además de la ketamina, una de estas sustancias reinas del medio ambiente, señala Antón Gómez-Escolar, experto en sustancias psicoactivas.
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