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El partido de ayer era una auténtica prueba para el Barcelona. Como lo será el del próximo martes ante el Inter de Milán. El equipo quedó diezmado por el virus FIFA después del último parón de selecciones en el que cayeron hasta cinco jugadores, la mayoría defensas. Xavi tuvo que recurrir a la vieja guardia. En el once estaban Piqué y Alba junto al habitual Busquets. Más tarde entraría Sergi Ro
berto. No están de moda los capitanes en Barcelona. Sus elevados sueldos son fácil blanco para el ataque en las redes sociales. Vaya usted a saber quién los alimenta. La realidad es que su popularidad ha bajado hasta el mínimo. Pero en Mallorca había que tirar de ellos.
Superaron la prueba con un partido serio.
Sufrieron porque
el equipo de Aguirre aprieta
, pero Piqué no cometió errores como tampoco Jordi Alba. Ya lo dijo el entrenador que habría momentos en los que tendrían que ayudar al equipo. Como ayer. Con tantas bajas, el equipo supo sufrir para sacar los tres puntos.
Era un partido para ponerse el mono de trabajo.
Y se lo pusieron. Piqué y Alba siguen estando. También viene a confirmar una máxima sobre la que trabaja la Dirección Deportiva desde hace tiempo:
los títulos no los ganan once jugadores, los ganan las plantillas
. Por eso se ha formado una plantilla con mucho fondo de armario. Van a necesitarlos todos.
