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Rosa Rodríguez: "En la provincia se estima que hay más de 11.000 personas que padecen alzhéirmer"

La semana pasada se celebró el Día Mundial del Alzhéimer, una patología que tiene una gran afectación en Ourense, ya que es una enfermedad en la que la edad es un factor de riesgo importante. Rosa Rodríguez, neuróloga del CHUO, será la ponente del Foro La Región que abordará este tema mañana, a las 20,30 horas, en el centro cultural Marcos Valcárcel. Rodríguez será presentada por María Dolores Neira, presidenta de Afaor.

Según la Fundación Pascual Maragall, el alzhéimer es el culpable del 75% de las demencias.¿Qué lo hace tan común?

Aunque hay otras, es la forma de demencia más común, eso está claro. Hay que desterrar la idea de que el envejecimiento causa pérdida de memoria. Hay pacientes de mucha edad que tienen una memoria normal y pacientes jóvenes que tienen pérdidas de memoria, aunque es cierto que la prevalencia aumenta con la edad. Según la probabilidad, uno de cada diez mayores de 65 años tiene alzhéimer, y si son mayores de 85 pueden ser uno de cada dos. Es muy frecuente porque vivimos en una sociedad especialmente envejecida, y sobre todo en Ourense.

¿Cuántas personas hay afectadas en Ourense?

Puede haber sobre 11.000 personas. Esto es si se hace una estimación de los censos de población, pero hay que decir que hay muchos pacientes no diagnosticados. Por lo que el volumen puede ser mayor.

¿Hay una predisposición genética para padecerlo?

Solo un 1% de los casos son hereditarios. Esto es porque la persona tiene antecedentes familiares de demencias en personas por debajo de los 65 años y se pueden encontrar mutaciones en genes concretos. También hay algunos genes que pueden hacer que una persona tenga más predisposición a padecerla.

Además de la genética, ¿cuáles son los factores de riesgo y qué podemos hacer para prevenirlo?

Hay factores de riesgo modificables y otros no modificables. La edad, por ejemplo, no es modificable. Por otra parte, están los hábitos de vida, alteraciones vasculares, evitar el tabaco, el alcohol, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico, ejercitar el cerebro (leyendo o jugando a las cartas, por ejemplo). La prevención es muy importante. 

¿Es una enfermedad con tendencia al alza, hay cada vez más afectados?

Las cifras se están disparando. Es cierto que cada vez diagnosticamos más, pero las previsiones que hace la OMS es que las cifras se dupliquen cada cinco años.

¿A qué se debe?

El cambio de los hábitos de vida, el envejecimiento, el mayor diagnóstico (aunque la mitad no están diagnosticados). Los números conocidos son la punta del iceberg. También el aumento de la esperanza de vida.

¿Con cuánta antelación puede detectarse? 

El alzhéimer empieza a aparecer en el cerebro 20 o 30 años antes de que empiecen los síntomas. La familia y el entorno son muy importantes en este asunto y debe dársele importancia a la pérdida de memoria, pero también a otros síntomas como dificultades a la hora de hacer otras actividades, menos iniciativa o cambios en el carácter que le hacen una persona diferente. La memoria no siempre es el primer síntoma. Tampoco todos los problemas de memoria son alzhéimer, pero hay que estar muy atentos, porque el diagnóstico temprano es esencial. 

¿Cómo está la investigación sobre el alzhéimer?

Avanza, pero las inversiones son insuficientes. El apoyo que se necesita es ingente y, por ejemplo, la inversión en patologías cardiovasculares o el cáncer es mucho mayor. Desde 2003 no sale un tratamiento nuevo específico para el alzhéimer, aunque eso no quiere decir que no haya tratamientos efectivos. Creo que ahora puede haber un cambio de paradigma porque se están investigando anticuerpos monoclonales que pueden cambiar el curso de la enfermedad y tener una efectividad clínica en el día a día. Con todo, la aplicación tendría que ser en fases muy tempranas.

¿Cree que llegará a tener cura?

Hoy el alzhéimer no se cura, pero se trata y se puede modificar mucho la calidad de vida de las personas. Pero la investigación es muy esperanzadora y por eso todos los agentes sociales deben apoyarla.

Esta enfermedad no sólo afecta a los pacientes. ¿Cómo afecta a una familia un enfermo de alzhéimer?

Afecta drásticamente. Es una enfermedad del paciente, de la familia y de la sociedad, porque repercute en la vida diaria de las personas porque la dependencia según pasa el tiempo es mayor. Esto condiciona claramente la vida de los familiares, algunos incluso tienen que dejar de trabajar y el coste económico es muy alto. El cuidador es la figura que recorre el camino con el paciente y también necesita el apoyo de instituciones y el resto de familiares.

¿Qué labor juegan las asociaciones como Afaor?

Hace una labor encomiable. Es una buena parte del tratamiento no farmacológico. La socialización es muy importante para su mantenimiento cognitivo, además de las ayudas y atención emocional que ofrecen a cuidador y entorno.

¿Deberían implicarse más las instituciones?

Hay programas establecidos, pero hay que cumplirlos. El programa de estrategia de enfermedades neurodegenerativas o el programa nacional de alzhéimer están sobre el papel, pero es crucial llevarlos a término y que esas políticas se reflejasen en el día a día. Si somos un pueblo que cuida a sus enfermos, debería hacerlo sobre todo en este tipo de patologías.