SOS en las bateas por la marea roja

Las costas gallegas están sufriendo un episodio insólito de biotoxinas (marea roja) que no solo está afectando al cultivo de mejillón en batea, sino también a importantes bancos marisqueros de la provincia. La ría de Pontevedra es las más afectada: lleva al menos dos meses cerrada por completo, mientras que la de Ría de Vigo se encuentra ahora al 50 por ciento, con la mitad de los parques bateeros abiertos y problemas para poder mariscar en las playas (cuatro abiertos y dos cerrados). Otros bivalvos, como las zamburiñas, están prácticamente vedadas, con solo un polígono activo en Vigo. Así lo señalaron cofradías de pesca de las Rías Baixas, que ayer se reunieron para calificar el actual episódico como de “excepcional”, tanto por la intensidad de los niveles de biotoxinas acumulados por los moluscos como por la extensión temporal y recurrencia de la presencia de fitoplancton productor de biotoxinas en las aguas a lo largo de los últimos meses. En estas condiciones, reclamaron ayudas a la Consellería de Mar y que realice un estudio pormenorizado de las zonas más afectadas para conocer las razones y soluciones. También se dirigieron al Intecmar, organismo del Ministerio de Transición Ecológica y la Conselleria de Mar, para mantener una reunión en donde puedan recibir más explicaciones de la situación excepcional.A la reunión, celebrada en Conxemar, asistieron por parte de la Federación Provincial de Cofradías su presidente y secretario junto con los patrones mayores de Cambados, Lourizán, Redondela y A Illa de Arousa; por parte de Agade asistieron su presidente, el secretario general y miembros de la directiva.

Los responsables de los pósitos advirtieron sobre que en importantes bancos marisqueros se haya establecido la prohibición de extracción de moluscos bivalvos con aperturas puntuales y de corta duración a lo largo de los últimos meses. Dichos cierres, señalan, conllevan una importante reducción en las cantidades de moluscos extraídas para su depuración y comercialización, afectando por un lado a las rentas de las personas dedicadas al marisqueo, de manera dramática en zonas concretas de la provincia. Las empresas depuradoras de moluscos también se ven seriamente afectadas al encontrar grandes dificultades para abastecer a sus mercados tradicionales o, directamente, ser incapaces de cubrir la demanda habitual de sus clientes. Reconocen que se trata de un fenómeno natural contra el que poco se puede hacer para evitar sus consecuencias, pero la Federación Provincial de Cofradías y la asociación gallega entienden que es necesario adoptar medidas que contribuyan a minimizar o paliar los efectos de las prohibiciones de extracción. Añaden que estas medidas, para que alcancen la mayor eficacia posible, deben ser acordadas entre la parte productiva y la parte comercializadora y transmitidas a la Administración para minimizar los efectos negativos de la marea roja.

Reclaman poder abrir subzonas

Como resultado de la reunión se plantearon tres acuerdos. En primer lugar, solicitar a la Consellería do Mar que, para los casos de episodios de carácter excepcional como el actual, se estudien en detalle las zonas de producción más afectadas para comercializar el marisco de aquellas subzonas en las que sea posible. En segundo, piden la habilitación de un seguro que cubra los costes derivados de las devoluciones de producto ya extraído cuando se produzca el cierre de una zona abierta. Y finalmente, pidieron las cofradías a la directora del Instituto Tecnológico del Mar (Intecmar, con sede en Arousa) una reunión para, entre otros asuntos relacionados con los episodios tóxicos, disponer de un análisis detallado de la dinámica del actual episodio y las previsiones con respecto a su evolución, criterios para determinar los muestreos y analíticas según las distintas especies de moluscos presentes en cada zona de producción, condiciones de aplicación de los cierres cautelares, que posteriormente serán trasladadas a los asociados de la Federación y de la asociación gallega.